Relatos de curación
La autora expresa su gratitud por la curación de una extraña protuberancia en el pecho, que tuvo el año pasado.
La autora ora junto con su mamá y pronto una desagradable verruga en una de sus rodillas desaparece completamente.
Un miércoles por la noche, hace dos veranos atrás, iba caminando por una hierba alta, cuando de pronto sentí un dolor muy agudo en la punta de un dedo del pie. Inmediatamente, empecé a declarar en voz alta las verdades de la bondad y la totalidad de Dios.
A través de las ideas espirituales contenidas en El Heraldo de la Ciencia Cristiana y en Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, la autora encontró la curación para dolor menstrual crónico.
Al ser picado en la mano por una abeja, Nathan oró con la abuela y la mano le dejó de doler.
El autor tuvo una experiencia que le demostró la habilidad de Dios para sanar y salvar en cualquier circunstancia, y le mostró que la oración puede traer curación cuando nos enfrentamos con la malaria o cualquier otra enfermedad.
Hace algunos años , una tarde lluviosa, iba de camino a una celebración familiar, pero antes, pase a recoger a una de mis cuñadas, para llevarla conmigo a esa celebración. Ella vive en una zona de la ciudad donde las calles tienen pequeñas zanjas que permiten que el agua de lluvia circule más fácilmente.
Algunos años atrás , un miércoles a la mañana, me desperté con dolor en la columna vertebral, y todos mis músculos estaban doloridos. Durante años había tenido que caminar varios kilómetros cada día para ir a trabajar, y mi oficio exigía mucho esfuerzo físico.
Crecí cerca del mar en una región donde suele haber huracanes, de manera que me he preparado para soportar estas tormentas torrenciales muchísimas veces. Sin embargo, hay un huracán que recuerdo en especial porque un amigo y yo nos sentimos divinamente protegidos y guiados durante la tormenta, gracias a que nos apoyamos en la oración para confiar en Dios como la única presencia y poder.
Es con gran alegría que expreso mi gratitud a Dios por la curación que tuvo mi hijo mayor, que en aquel momento tenía cuatro años de edad. Una mañana, hace unos cinco años, se despertó y vino corriendo a verme.