
Relatos de curación
Al orar, la autora se dió cuenta de que nunca podría dejar de saber que era una idea espiritual completa creada por Dios. Tomó cada una de estas benditas verdades y se aferró a ellas, y el dolor se calmó.
Nuestra buena salud es permanente, refleja el “bienestar” del Espíritu, y no puede ser retardada, obstruida o paralizada. Nuestra vida es el reflejo dinámico, eterno, indoloro, armonioso e inmortal del Espíritu divino.
Después de de orar con persistencia, Jae-Bok empezó a ver un cambio inmediato. Él pasó a sentirse sumamente despierto y alerta, y la somnolencia simplemente desapareció.
Por ser el reflejo de Dios, somos uno con Dios, y lo que reflejamos de Él, incluida la salud, no se pierde ni por un instante.
Al saber que el Amor disuelve el temor y es nuestra verdadera y única protección, la autora pudo calmar e incluir a un hombre que estaba haciendo amenazas terroristas en su iglesia, a cuyos servicios religiosos terminó asistiendo pacíficamente.
Al estar más conscientes de la presencia del amor de Dios, vemos al hombre perfecto de Dios, y por medio de eso vemos la irrealidad de todas las imperfecciones, y esto trae curación y armonía.
En un examen de rutina, le dijeron a la autora que tenía un glaucoma. Ella lo trató mediante la oración, esforzándose por ver siempre su verdadera naturaleza espiritual, y sanó.
Cada uno de nosotros refleja la Mente perfecta y sana que es Dios, y la Mente nos da el poder y el entendimiento para superar el miedo y el sufrimiento.
Nuestra autora comprendió que una apoplejía era simplemente parte del sueño mortal de vida en la materia. No era más real que un sueño de una caída, de modo que en verdad no podía haber ninguna evidencia de haber sufrido una apoplejía.
Hace varios años , descubrí un bulto debajo del brazo. Esto instantáneamente trajo imágenes mentales de varias situaciones que me daban mucho miedo.