
Relatos de curación
Lejos de su hogar y luchando contra el dolor, esta estudiante universitaria oraba para sanar, pero también le preocupaba que su ubicación geográfica, lejos de sus padres, pudiera ser un impedimento. Comprender su relación indestructible con su Padre divino, Dios, la ayudó a calmar sus temores, y fue el momento clave en su curación.
No existe ningún otro poder o presencia llamada enfermedad —cualquiera sea el nombre— que pueda invadir nuestro ser. De modo que la espiritualidad del universo, la cual me incluye a nosotros, es la única realidad de la creación.
Allison comprendió que el Cristo, la Verdad, está presente con ella. En pocas horas sanó de todos los síntomas de resfriado.
Charlene comprendió que los síntomas físicos de la intolerancia a la lactosa se relacionaban con la creencia de que los productos lácteos puedan ser dañinos para el cuerpo. Una vez que rechazó y corregió la creencia en el pensamiento, los síntomas desaparecieron de forma permanente.
Lea cómo Jennifer se curó al comprender que no hay ninguna causa real para la enfermedad y que la Mente, Dios, es la única influencia.
Hace varios años mi madre falleció, y al enterarme volé inmediatamente a Sudáfrica. Nosotras éramos muy unidas, y me sentí agradecida por ser lo suficientemente fuerte como para realizar su servicio fúnebre y consolar a los que necesitaban consuelo.
Goldy Comprendió que la mente mortal es el único (supuesto) creador de la enfermedad, y que la materia en realidad no tiene ningún poder para lastimar o para curar.
Nuestro Padre-Madre Dios siempre tiene mucho más bien guardado para Sus hijos de lo que podríamos imaginar o planear para nosotros mismos.
Dios realmente nos ve a cada uno de nosotros maravillosamente creados, nos ve como Sus ideas espirituales, sin defectos o problemas. Es importante que nos veamos a nosotros mismos de la misma manera, como ideas saludables y activas, que expresan siempre a Dios.
Con mucha gratitud, Neha se ha dado cuenta de que no importa qué enfrentemos, recurrir a Dios cambia nuestros corazones.