
Editoriales
La Ciencia Cristiana proporciona una base espiritual sólida para la inclusión: la verdadera naturaleza de Dios.
Un momento de búsqueda tan humilde y espiritual —incluso en una cabina electoral— puede elevar el pensamiento y purificar nuestros deseos.
Cuando despertamos a la presencia de Dios, el Amor, que cuida de nosotros y suple todas las necesidades, siempre nos sentimos felices.
Cada curación ocurre porque vemos, hasta cierto punto, nuestra unidad eterna con el Amor, nuestro Padre-Madre divino.
La curación es la obra de Dios, y la Mente omnisciente impulsa cada paso para contribuir a su logro.
Poco antes de su crucifixión y resurrección, Cristo Jesús les habló a sus discípulos acerca de continuar su misión después de que él ya no estuviera con ellos. Les indicó que siguieran sus mandamientos y les prometió un Consolador que les permitiría llevar adelante su obra.
Cada uno de nosotros tiene la capacidad inherente de desarrollar esta comprensión del “ser científico” y demostrar que este sentido espiritual trae progreso de manera adecuada y satisfactoria.
Tu “canasta de hermosos duraznos” puede ser algo que le das a otra persona o un tiempo que compartes con alguien que lo necesita. Puede ser expresar amabilidad a alguien que ha sido grosero contigo.
Podemos contar con Dios como el Amor, la Verdad y la Vida, como el fundamento de nuestras vidas.
Independientemente de que seamos hombres o mujeres, podemos tomar medidas prácticas para ser justos y equitativos en nuestro pensamiento y trato con los demás.