El hombre espiritual, la semejanza de Dios, manifiesta Sus atributos. Este hombre real es perfecto ahora mismo. Como idea, mora en la Mente. Conoce y experimenta únicamente lo que emana de su creador, Dios. Tal hombre puro creado por Dios nada sabe de discordancias; jamás ha caído en tentación o en pecado. Existe por siempre en punto de perfección absoluta. Los cinco sentidos materiales tratan de pintarlo como mortal, concebido en pecado y como carne, sujeto a leyes materiales, esclavo de la edad que lleva a la senectud, de la sensualidad y del fracaso, y condenado a muerte. Pero las creencias carnales son fraudes. No forman parte de lo que sabe la Mente, de lo que Dios es.
Los mortales están propensos a aceptar el testimonio de los supuestos sentidos como hecho o hechos inevitables, y esta falacia es el foco de las discordancias humanas. El Apóstol Pablo da en el capítulo octavo de su epístola a los Romanos una reseña vívida de la tendencia deformadora de la mentalidad carnal. Indica que no hay nada de bueno en las creencias carnales; que la mente carnal “es enemistad contra Dios.”
¿Cómo librarse la raza humana de estas malas creencias y de su efecto maléfico? La Christian ScienceNombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es “Ciencia Cristiana”., el Consolador que prometiera el Maestro, contesta esta pregunta cuya importancia todo lo abarca. Enseña que el relato de la creación en el segundo capítulo del Génesis es falso — un cuadro o punto de vista material respecto a Dios, al hombre y a toda la creación. Esta supuesta mente carnal ve su propia impresión de desfiguramiento de las cosas, en el cual el universo parece material y el hombre un mortal. Aunque a los sentidos personales el mortal parezca ser real, tal supuesto hombre no es ni ha sido nunca la imagen de Dios. Ni lo mortal se vuelve nunca espiritual o inmortal. Jamás se vuelve hombre. Es siempre una falsificación, un engaño de los sentidos materiales.
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