La suave influencia de la Ciencia Cristiana [Christian Science] en mi vida comenzó en mi juventud y fue a consecuencia de la declaración titulada: “Lo que dice nuestra Guía" que se hallaba encuadrada y colgaba en una de las paredes de mi habitación. Esta declaración de Mrs. Eddy aparece en la página 210 de la obra “The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany” (La Primera Iglesia Científica de Cristo y Miscelánea). “Queridos Científicos Cristianos: Tened la mente siempre tan llena de Verdad y de Amor, que ni el pecado, ni la enfermedad, ni la muerte puedan entrar en ella.”
Este era por cierto un consejo muy bueno para una persona joven que recién conocía la Ciencia Cristiana [Christian Science]. Obedecer un consejo tan tierno y ofrecido con tanto afecto, aportó la solución de problemas de familia muy confusos y de relaciones con otros estudiantes, como también la corrección de muchos conceptos falsos respecto al progreso y al éxito humanos.
¡ Cuán importante es que mantengamos nuestra consciencia llena de pensamientos semejantes a Dios! No tenemos porque esperar hasta que la otra persona sea afectuosa y comprensiva, mas podemos comenzar a serlo nosotros mismos. Algunas veces lo único que necesitamos para solucionar una situación penosa o una condición física, es reconocer y aceptar humildemente este hecho. ¿Y porqué? Porque jamás es una persona la que necesita curación o corrección es sólo el pensamiento — la creencia falsa de que Dios, el Amor divino, hubiera podido crear un hombre egoísta, cruel o enfermo.
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