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Avancemos al ritmo de un mundo cambiante

Del número de octubre de 1993 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


El Titular Del periódico me llamó la atención: Cosmonauta, verdadero 'viajero del espacio, vuelve a un mundo cambiado. ... después de casi un año de haber estado orbitando la tierra en la estación espacial soviética Mir, Sergei Krikalev pudo finalmente volver a su patria. Pero un mundo bastante distinto lo estaba esperando. Como decían las noticias: “Mientras él estaba dando vueltas alrededor de la tierra..., la Unión Soviética enfrentó un golpe de estado, cambió sus líderes y dejó de existir... Hasta la ciudad donde vivía cambió de nombre mientras él estaba en el espacio; de Leningrado pasó a llamarse San Petersburgo”. En realidad, la cambiante escena política de su país había dejado a Krikalev abandonado en órbita cinco meses más de lo que se había planeado en un principio. Al aterrizar en Kazakhstan, los medios de comunicación lo apodaron “Viajero del espacio”, comparándolo con “los personajes de ciencia-ficción que de pronto se encuentran catapultados hacia un nuevo siglo” (tomado del diario The Boston Globe).

Probablemente sea común hoy en día el sentirse abandonado frente a los acontecimientos, a merced de un mundo en constante cambio, tal vez hasta sentirse víctima del acelerado ritmo de cambios sobre los que una persona parece tener poco o ningún control. ¿Cuántos pueden sentirse al borde de ser “catapultados hacia un nuevo siglo” sin estar lo suficientemente preparados y teniendo muy pocas opciones para determinar su futuro? A la mayoría de las personas quizás no les resulte posible tener alguna oportunidad razonable para prepararse para el año 2000 y más allá, y no hay duda de que muchos se frustran en su esfuerzo por responder a las exigencias diarias que enfrentan sin lograr ponerse nunca totalmente al día.

Si bien es seguro que hay mucho que todos podemos hacer para mirar hacia adelante y prepararnos para el futuro — al continuar nuestra educación, mantenernos informados sobre lo que ocurre en el mundo, y observar alerta las tendencias — muy pocos pueden dedicar todo su tiempo a ello. No obstante, lo que cada uno de nosotros puede hacer para beneficiarse, es obtener un nuevo enfoque de la vida misma, una perspectiva espiritual, una comprensión de nuestro propósito individual en el designio de Dios, y tener confianza en las capacidades espirituales que Dios nos dio para responder a todo lo que pueda presentársenos en nuestro mundo cambiante.

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