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Frustremos los intentos criminales

Del número de octubre de 1993 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


La Republica De Africa del Sur ha sido un gigantesco tablero de ajedrez político por muchos años. Las fuerzas políticas en conflicto están constantemente ideando nuevas tácticas para sacar ventaja. Es trágico que esas tácticas usen con frecuencia a hombres, mujeres y niños como instrumentos para llevar a cabo sus proyectos. Tal escenario humano deja poco lugar a la esperanza hasta que la gente se da cuenta de que de ninguna manera son instrumentos indefensos.

A mediados de la década de los setenta, durante un período de gran injusticia y de subsecuente disturbio civil, un grupo militante de Soweto planeó una marcha masiva a llevarse a cabo en el centro de Johanesburgo. Se instruyó a todo residente fuerte y sano a que tomara parte. Muchos no querían participar, pero se dieron cuenta de que si se negaban, se exponían a que los manifestantes los sacaran a la fuerza de sus hogares. Un número muy pequeño de los amenazados eran Científicos Cristianos.

La amenaza de violencia era tan seria que esos Científicos Cristianos pidieron a sus compañeros miembros de las iglesias en todas las provincias que oraran por la situación. Un versículo de la Biblia fue muy provechoso en esta ocasión al pensar profundamente acerca de la naturaleza de Dios. Dice así: “Frustra los pensamientos de los astutos, para que sus manos no hagan nada”. Job 5:12.

Una semana después, se llevó a cabo la marcha, pero nadie fue forzado a tomar parte en ella, y los daños causados en la zona del centro de la ciudad fueron mínimos, lo opuesto de lo que tenían planeado los manifestantes.

Desde entonces he pensado acerca de ese versículo de Job con frecuencia, especialmente en momentos en que la violencia y el desasosiego aumentaban y se extendían por todo el país. Ese pasaje, junto con muchos otros, ha provisto una base sólida para orar sobre la tensión en Africa del Sur. He percibido más de lo que la Ciencia Cristiana enseña acerca de la totalidad de Dios, la Mente divina y Su inteligente idea espiritual, el hombre. Tengo la certeza de que las oraciones que persisten en afirmar que la Mente divina es suprema y está presente contribuyen mucho a la curación de las tensiones políticas. Como la Sra. Eddy declara en Ciencia y Salud: “La Mente no es impotente. La inteligencia no enmudece ante la no-inteligencia”.Ciencia y Salud, pág. 191.

Ya sea que estemos en casa, en un centro comercial, o en nuestro automóvil, la oración vigilante que incluye a todos es la orden del día. Tal oración elimina la sensación de impotencia y la reemplaza con una sensación de dominio y seguridad. Veremos cada vez más que la armonía de la existencia espiritual se manifiesta en nuestra vida diaria a medida que trabajamos y oramos para comprender la majestad y poder de la Mente infinita, Dios. Ciencia y Salud dice: “Debe reconocerse que la Mente inmortal, la cual gobierna todo, es suprema en el llamado reino físico, tanto como en el espiritual”.Ibid, pág. 427.

El Evangelio relata muchas de las obras que hizo Cristo Jesús en medio de la multitud. Hoy en día tenemos presente al mismo espíritu vivificante del Cristo, al cual la Biblia llama “Emanuel” o “Dios con nosotros”. Mateo 1:23. El Cristo es el poder de Dios y está siempre presente en la consciencia humana para desactivar el odio y la venganza cruel.

Hace cerca de tres años, hubo un período de suma preocupación y de crecientes advertencias acerca de posibles ataques terroristas. Un día, al estacionar mi automóvil frente a un edificio de oficinas, me pareció que el mismo sería fácil blanco para uno de esos ataques. Inmediatamente pensé en ese versículo de Job y empecé a orar. Dos horas después, explotó una bomba en el vestíbulo de ese edificio, pero el intento criminal fue indiscutiblemente reducido al mínimo. Si hubiera explotado antes, cientos de oficinistas habrían estado pasando por el edificio de regreso a sus hogares y habrían sido heridos, pues ésta es una zona muy transitada. En el momento de la explosión, no había ni gente ni automóviles en la calle, y aparte de vidrios de puertas y ventanas rotos, no hubo más daños.

Para mí, incidentes tales como esos, destacan el hecho de que es necesario comprender que el amor omnipresente y omnisapiente de Dios es el único factor determinante que motiva los actos de la humanidad en la tierra — ya sea en Belfast, Ciudad del Cabo, o Jerusalén— como en el cielo.

La verdadera naturaleza del hombre, creada por Dios, no es animal ni brutal. Cuando lleguemos a reconocer esta identidad, tendremos mayor dominio sobre las propensiones animales. Jesús nos manda a todos a amarnos los unos a los otros y así promover el bienestar de todos. El poder del amor de Dios no sabe de conflictos, tal como la salida del sol no tiene conflicto con la desaparición de la oscuridad.

Jehová hace nulo
el consejo de las naciones,
y frustra las maquinaciones
de los pueblos.

Salmo 33:10

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