Mientras terminábamos de preparar el material de este número para la imprenta, nos enteramos de la existencia de varias cartas que algunos de sus alumnos habían enviado a la Sra. Eddy. Sentimos que estas cartas se relacionaban estrechamente con este número.
Sabíamos que estos alumnos habían progresado y llegado a ser trabajadores probados y leales del nuevo y creciente movimiento. Pero esas primeras cartas, escritas poco después de que sus autores habían conocido la Ciencia Cristiana, nos conmovieron profundamente.
Esta nueva enseñanza religiosa revolucionó sus vidas y se abocaron de lleno a su estudio para conocerla mejor. La Ciencia Cristiana no fue para ellos un mero pasatiempo. Casi inmediatamente después de haber comenzado el estudio de esta enseñanza religiosa, nueva y antigua a la vez, la gente empezó a acudir a ellos para ser sanada. Y todos los que acudieron fueron sanados.
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