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EXTRACTOS DE LAS transmisiones de radio DE EL HERALDO DE LA CIENCIA CRISTIANA

En todas partes del mundo, las transmisiones de radio de onda corta del Heraldo están llegando a un extenso público. Los extractos que citamos a continuación, tomados en su mayor parte de entrevistas por teléfono o en nuestros estudios, expresan el lenguaje hablado y no han sido corregidos sustancialmente para su publicación.

Debemos familiarizarnos con los pensamientos de Dios

Del número de agosto de 1994 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


¿Alguna vez ha hospedado ángeles? Si ha escuchado los pensamientos de Dios y sentido que ha recibido Su guía, ¡usted ha hospedado ángeles! En este extracto de las transmisiones por onda corta de El Heraldo de la Ciencia Cristiana, Enrique Smeke habla con estudiante de la Ciencia Cristiana, que reside en Caracas, Venezuela.

Enrique Smeke: Patricia, ¿cómo aprendiste a abrir la puerta a los pensamientos que vienen de Dios?

Patricia Pombo-Leuschner: Todos hemos sentido en uno u otro momento de nuestra vida la necesidad imperiosa de ayuda, de consuelo, de guía al tomar decisiones. Cuando uno es un niño, se apoya despreocupadamente en sus padres, con una confianza absoluta de que todo está bajo control. De la misma manera, podemos aprender a confiar con todo nuestro corazón en la protección de Dios. Esta protección es segura, continua, infalible. El es el que puede sacarnos de la angustia, de la incertidumbre, del desaliento, del desorden. Pero siempre la pregunta es: ¿Cómo podemos escuchar a Dios? ¿Cómo podemos sentir que El está cerca de nosotros para que entonces podamos beneficiarnos de esa protección de Su cuidado tierno y esmerado?

Smeke: Efectivamente. Mucha gente siente en lo profundo que ellos están alejados de Dios, y dudan de que Dios pueda escucharlos o los escuche. Quizás no se sientan dignos de que Dios ni siquiera los tome en consideración.

Pombo-Leuschner: La Ciencia Cristiana tiene un punto de vista único acerca del concepto del ángel. Los ángeles son definidos en Ciencia y Salud, escrito por la Sra. Eddy, como: “Pensamientos de Dios que vienen al hombre; intuiciones espirituales, puras y perfectas”.Ciencia y Salud, pág. 581. También la Biblia está llena de relatos en los que aparecen ángeles. La tradición los presenta como unos seres con una determinada apariencia, normalmente con alas; pero en realidad la Biblia no nos dice nada del aspecto físico de los ángeles. Cada vez que aparece en la escena bíblica uno de ellos, aparece una idea de amor, de inteligencia, de protección o de aliento. Jacob, por ejemplo, lucha con un ángel hasta que éste lo bendice, y, como resultado de esto, termina una terrible enemistad con un hermano que había durado muchos años. Véase Gén. 32:24—33:10. O, como le ocurre a Elías, que estaba tan desalentado que se echó debajo del enebro para dejarse morir. Véase 1 Reyes 19:1—8. Los ángeles lo alimentan y le dan fuerza para que siga su camino.

Smeke: ¿Ha ocurrido algo en tu vida que te ha dado prueba de estos pensamientos divinos, de estos ángeles que siempre están comunicándose con nosotros?

Pombo-Leuschner: Quizás la vez que más necesité escuchar a Dios y sentir la ayuda de esos ángeles de Su presencia, fue hace algunos años atrás cuando recién había empezado mi relación con el que es ahora mi marido. Teníamos algunas cosa en común. El también estaba estudiando la Ciencia Cristiana. Nos gustaba mucho conversar. El es un hombre tierno, bueno e inteligente. Pero, por provenir de dos culturas muy diferentes, las peleas eran continuas. Nunca había paz entre nosotros, y llegó un punto en donde decidí que debíamos dejar de vernos durante algún tiempo, para tratar de clarificar mis pensamientos. Aquellos primeros días de reflexión se convirtieron en días de mucha tristeza. Me sentía incapaz de tomar una decisión correcta. Era como si hubiera perdido el rumbo; era una situación muy depresiva.

Smeke: ¿Qué fue lo que hiciste entonces?

Pombo-Leuschner: Me preguntaba a mí misma a quién pedirle consejo, quién podía decirme claramente lo que debo hacer, quién puede saber con seguridad qué es lo mejor para los dos. Y la respuesta fue fácil: sólo Dios puede saber y ayudarnos. Entonces, empecé a orar tratando de traer a mi pensamiento los hechos espirituales concernientes a las cosas puras, las cosas verdaderas. También examiné mis móviles: ¿Cuáles eran los móviles en esta relación? ¿Qué era lo correcto? ¿Qué era lo que yo debía expresar como hija de Dios? Y, ¿qué era lo que yo debía esperar de mi compañero como hijo de Dios también? La idea de que estos ángeles vienen de Dios para guiarnos siempre me había fascinado.

Cuando recordé que el Amor divino siempre está a mi alcance, que es un recurso eficaz e infalible, sentí una gran paz. Toda la ansiedad y tristeza desaparecieron. Me sentí realmente calmada y lista para escuchar las respuestas de Dios. Poco a poco vi claramente que las diferencias entre nosotros eran parte de un estereotipo absurdo e impuesto, que dice que personas de determinada nacionalidad pueden tener este tipo de carácter y pueden llegar a chocar con aquellas que tienen una forma de ser distinta.

A través de la oración reflexioné sobre lo que esperaba encontrar en un compañero, y vi todas aquellas cosas importantes reflejadas en el hombre que iba a ser mi esposo. Entonces a los pocos días pusimos fecha para la boda, y las asperezas fueron limándose cada vez más y más hasta que la relación se hizo mucho más armoniosa. Ahora ya han pasado más de cuatro años. Mirando hacia atrás, mi esposo y yo podemos ver claramente que ha habido una línea de progreso, que nuestro matrimonio ha sido una oportunidad para ser mejores personas y también para poder ofrecer cosas buenas a los demás.

Smeke: ¡Qué hermoso, Patricia! Mencionaste la oración, y quizás sea apropiado agregar que la oración es una afirmación de la existencia, el poder, la presencia, el amor de Dios, y de nosotros como Sus hijos, que ya existimos como la semejanza de Dios. Al comprender que este vínculo con Dios jamás se ha quebrado, jamás ha dejado de existir, esto trae curación, ¿no es así?

Pombo-Leuschner: Claro. Muchas veces uno tiene la idea de que para orar uno tiene que repetir ciertas palabras. Pero orar es vernos correctamente como hijos de Dios, expresando todas las cualidades de Dios y reconociendo que Dios está cerca de nosotros, alerta a nuestros deseos y cuidándonos en todo lo que hacemos. En Ciencia y Salud la Sra. Eddy, dice: “El deseo es oración; y nada se puede perder por confiar nuestros deseos a Dios, para que puedan ser modelados y elevados antes que tomen forma en palabras y en acciones”.Ciencia y Salud, pág. 1.

Smeke: Otra cosa interesante es que a medida que estudiamos la Ciencia Cristiana, nos damos cuenta de que el Cristo es la verdadera idea de Dios, y como el hombre es la creación de Dios, El siempre nos está hablando. Es solo una cuestión de escuchar lo que Dios nos está diciendo siempre, ¿no es cierto?

Pombo-Leuschner: Sí. Los pensamientos que provienen de Dios están siempre a nuestro alcance; están continuamente emanando de la Mente única, que es Dios. En realidad, solamente tenemos que prestar atención, volver nuestros rostros hacia el Amor, y tendremos todas las ideas que necesitamos. Esas ideas pueden venirnos por lo que nos dice una persona querida o a través de las cosas que leemos. ¿Cuántas veces nos encontramos con algunas de las publicaciones periódicas, un ejemplar de El Heraldo de la Ciencia Cristiana o del Christian Science Sentinel, que justamente contesta lo que nos estábamos preguntando? O quizá nos volvamos a la Biblia o a Ciencia y Salud y encontramos la respuesta. Las ideas pueden venirnos a través de la radio, o podemos escucharlas a través de nuestros pensamientos con la claridad de una voz, como les ocurrió a Moisés y a los profetas, que realmente escuchaban los mensajes de Dios. Si nosotros humildemente acallamos nuestro sentido personal de la situación y, como Cristo Jesús, nos volvemos de todo corazón a Dios, El siempre nos contesta. Como nos dice la Biblia en el libro de Isaías: “Tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda”. Isa. 30:21. Es también importante que cuando entendemos o creemos que sabemos cual es la voluntad de Dios, sigamos ese camino. Eso nos da una paz muy grande; quizás por ese hecho enseguida sabemos que estamos obrando correctamente.

“Es Con Un corazón lleno de amor, regocijo y paz que les estoy escribiendo. Comencé a escuchar su programa hace tres años. Siento mucha alegría cuando escucho los testimonios de los cristianos que han superado tantas dificultades de la vida gracias al Cristo; y el libro Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, es prueba de ello”.

— Pointe Noire, Congo

Correspondencia de un radioescucha de
El Heraldo de la Ciencia Cristiana por onda corta.

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