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Mary Baker Eddy: toda una vida de curación

Esta serie de artículos se centra en las curaciones que realizó Mary Baker Eddy. Las mismas empezaron en su niñez y continuaron a través de su vida adulta. Algunas de ellas se publican aquí por primera vez.

“Boga mar adentro” (1882—1885)

Del número de mayo de 1996 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Era el año mil ochocientos ochenta y dos; la tercera semana de enero fue ese año, fría, gris y lluviosa. Sin embargo, en la casa de los Eddy en Lynn, Massachusetts, quedaba poco tiempo para prestar atención a las condiciones atmosféricas. Mary y su marido, Asa Gilbert, se estaban preparando para realizar un prolongado viaje a la capital del país, Washington, D.C., y tenían mucho que hacer. La iglesia y los estudiantes de la Sra. Eddy necesitaban guía y aliento. Tenían que hacer arreglos para su sermón dominical en ausencia de la Sra. Eddy, su pastora, que había sido ordenada recientemente. Era necesario que los estudiantes trabajaran juntos. Ella aconsejó a dos de ellos:

Permitan que la iglesia trabaje unida y no separada. Permitan participar a todo el que sea capaz de hacerlo, no se cansen de hacer el bien y Dios los ayudará.

Recomiendo que el servicio de los domingos se celebre alternadamente en su local de Boston y en Charlestown, y que ustedes, y la Sra. Whiting, la Srta. Bartlett y la Sra. Poor se turnen para conducir los servicios en orden alfabético según sus nombres. Documento de la Historia de la Iglesia: L02496, Departamento de Historia de La Iglesia Madre.

Esto os ruego, que se amen “unos a otros, como yo os he amado”. Que ninguna raíz de amargura surja entre vosotros. No permitan que aparezca el orgullo ni la pregunta vanidosa “¿quién es el mayor?”, sino recuerden que yo me he hecho sierva para poder guiar a otros hacia el Cristo. Documento de la Historia de la Iglesia: L07689.

El matrimonio Eddy permaneció diez semanas en Washington, muy ocupados con un palpitante itinerario pleno de actividad. Ella enseñó y dio conferencias, él dedicó mucho de su tiempo al estudio de la ley de derechos de autor. A mediados de marzo, la Sra. Eddy le escribió a una estudiante de Boston:

He dado conferencias en casas particulares dos noches seguidas. Unas cincuenta personas me escucharon y expresaron sus ideas libremente. Redactores, coroneles, maestros, un clérigo, etc.. . Ésta es la ciudad más hermosa que he visitado. Documento de la Historia de la Iglesia: L10642.

Dos semanas antes había escrito:

¡Aquí he trabajado más que nunca! He dado conferencias de tres horas durante catorce noches consecutivas, aparte de todo lo demás que tengo entre manos. Me acuesto a medianoche, me levanto a las 6 de la mañana y trabajo. Documento de la Historia de la Iglesia: L02499.

“Todo lo demás” que tenía entre manos incluía la curación. El Sr. y la Sra. Eddy fueron un domingo a la iglesia a la que el Presidente asistía normalmente. Les presentaron al ministro religioso, quien les preguntó si podía visitarlos y fue cordialmente alentado a hacerlo. El ministro pasó gran parte de una tarde escuchando las explicaciones de la Sra. Eddy sobre las verdades bíblicas. Cuando llegó la hora de la cena, lo invitaron a cenar con ellos. Les dijo que no podría comer, pero que se quedaría para disfrutar de su compañía. El corazón de Mary se llenó de compasión por ese hombre. En 1901, la Sra. Eddy contó la curación del ministro:

Le dije brevemente que ésa era una excelente oportunidad para poner a prueba lo que habíamos hablado por la tarde. Respondió diciendo que difícilmente podía asentir a poner a prueba la doctrina a riesgo de perder la vida. No obstante, yo declaré la Verdad y afirmé su habilidad para comer sin problema. Fue con nosotros a la mesa, pronto se olvidó de sí mismo y de sus temores falsos y comió con gusto las ensaladas, las carnes y los pasteles. Al final de la cena dijo: “¿Qué he hecho? ¿Sobreviviré?” Le aseguramos que no corría peligro. No sintió ningún malestar y jamás volvió a tener problemas. Notas de Irving C. Tomlinson, Historia de la Iglesia.

Los Eddy regresaron a Nueva Inglaterra el 4 de abril y al domingo siguiente, la Sra. Eddy ocupó su lugar en el púlpito de la sala de la iglesia en Hawthorne Hall. Después le dijo a un estudiante:

Ayer prediqué ante gran cantidad de público sobre el texto “Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después”. Hablé mayormente de la obra sanadora de Jesús que todavía no se comprendía pero se comprenderá, y entonces se entenderá el carácter de su Cristo. Ojalá pudiera ver el exuberante entusiasmo que hay aquí sobre esta bendita Verdad. La recepción fue ciertamente esplendorosa. Había una corona de flores y sobre la palabra Verdad una gran cruz con la palabra Amor, otro arreglo floral sobre hojas verdes decía Bienvenida. Éste estaba encima de la puerta. Había tantas personas que me llevó una hora darle la mano a todos. Esta fue mi entrada a Jerusalén. ¿Le seguirá la cruz? Documento de la Historia de la Iglesia: L12626.

A fines de abril los Eddy alquilaron una casa de piedra gris en la avenida Colombus en Boston, que no sólo iba a ser un nuevo hogar para ellos, sino también para el Colegio Metafísico de Massachusetts. La Sra. Eddy y algunos de sus estudiantes habían establecido el Colegio a fines de 1880, y recibieron una carta constitucional del estado en enero de 1881. Pero el brillo de esta primavera iba a ser grandemente oscurecido por el fallecimiento de Gilbert, el 3 de junio. Éste fue un golpe extremadamente duro para Mary. Fue a Vermont a la casa de la familia de un estudiante para recuperar la paz; sólo él y otra estudiante la compañaron. Tenía una imperiosa necesidad de curación.. . y la curación se produjo. A fines de julio, dio una charla en la iglesia metodista de Barton, sobre el tema que estaba siempre en su corazón y en sus labios: la curación cristiana. El ministro fue a visitarla al día siguiente y pasaron la mañana hablando sobre su charla. Al regresar a su casa la Sra. Eddy escribió en su Biblia: “6 de agosto de 1882.. . abierta en Isaías 54”. Colección de Biblias de Mary Baker Eddy, AQA2, Historia de la Iglesia. Uno de los tantos versículos consoladores que leyó fue: “De la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria”. Para fines de octubre le pudo decir a un alumno: “La barca de la ciencia está en marcha nuevamente, atravesando las olas, elevándose por encima de la marejada, desafiando las compuertas del error, porque Dios está en el timón”. Documento de la Historia de la Iglesia: L04885.

En los años siguientes le dio prioridad a sus publicaciones y a expandir el movimiento. “Estoy muy abocada a escribir en estos momentos, es algo que no le he comunicado a mis alumnos”, Documento de la Historia de la Iglesia: L04493. la Sra. Eddy escribió a modo de confesión en una carta. Cuando apareció la primera revista de los Científicos Cristianos, el Journal of Christian Science, en abril de 1883, ella era su redactora y escribía la mayor parte de su contenido. El trabajo, si bien estimulante, era árduo. Ella tenía poco tiempo libre, trabajaba siete días por semana y descansaba exclusivamente en el amor al trabajo y el amor a Dios. Con mucho placer recibía gratis las publicaciones religiosas más importantes de Boston a cambio del Journal. Por más de un año ella también había estado revisando su libro de texto, Ciencia y Salud. Incluyó en su sexta edición una sección titulada “Clave de las Escrituras”, que se publicó en septiembre de 1883. Originalmente la Sra. Eddy había tenido la intención de poner esta “Clave” en su segunda edición que apareció en 1878, pero graves problemas con el impresor y otras circunstancias se lo impidieron. La “Clave” consistía en interpretaciones metafísicas de muchos de los nombres y términos que aparecen en la Biblia, que actualmente se encuentran en el Glosario del libro de texto. Veintitrés de estos términos e interpretaciones aparecieron por primera vez en las más de 600 páginas de anotaciones sobre el Génesis que la Sra. Eddy escribió entre 1866 y 1869. Véase Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, pág. 109:11–17. Repercusiones de estas anotaciones aparecen en el libro de texto actual, según se ve en los siguientes dos ejemplos:

El cielo era la felicidad y no una localidad, era la atmósfera de un principio donde todo era armonía. Documento de la Historia de la Iglesia: A9000, 41:2–3. Compárese con Ciencia y Salud, pág. 291:14–16 (hasta,). y Esta verdad se halla a la puerta de tus pensamientos, es un huésped tan nuevo y extraño que sabemos que debe golpear fuerte y esperar mucho antes que lo dejes entrar; sin embargo, una vez atravesado el portal de hierro de creencias que se cierran contra ella, llega a donde la verdad se une a la comprensión y para siempre después dirás de ella: Hemos albergado ángeles sin saberlo. Documento de la Historia de la Iglesia: A9000, 593:9–14. Compárese con Ciencia y Salud, pág. vii:15–17 (La), y pág. 224:22–27.

Por cierto que la Ciencia Cristiana estaba golpeando fuerte a la puerta del pensamiento popular. Los diarios y las iglesias cuestionaban y criticaban cada vez más a esta nueva denominación religiosa. Finalmente un año y medio después de la publicación de la sexta edición del libro de texto, la Sra. Eddy publicó dos folletos: “Historical Scketches of Metaphysical Healing” y “Defense of Christian Science”. Después de muchas revisiones y agregados, “Historical Sketches of Metaphysical Healing” se publicó en 1891 como el libro Retrospección e Introspección. Lo mismo sucedió con “Defense of Christian Science”, que luego se imprimió como No y Si.

A pesar de las continuas exigencias de escribir, publicar y predicar, la Sra. Eddy todavía encontraba tiempo para enseñar clases y aconsejar a sus alumnos. En 1884 hizo un viaje a Chicago. A su vuelta le explicó a un estudiante en una carta:

En mayo fui a Chicago por el llamado imperativo de la gente de allí y mi propio sentido de la necesidad que tenían. Esta gran obra había comenzado, pero mis alumnos me precisaban para que les diera una base correcta y un impulso en esa ciudad tan progresista. Por eso acudí, y en tres semanas enseñé una clase de 25 alumnos, di una conferencia en el Music Hall que estaba lleno al máximo, recibí 20 suscripciones a mi Journal, vendí unos treinta ejemplares de Ciencia y Salud, etc. . .

Una dama.. . sanó de cuerpo y mente al conversar conmigo por unos minutos en Chicago. Cambió todo el curso de su viday la carta que me envió después de mi regreso alude a ello. Documento de la Historia de la Iglesia: L02069. Ella basó su conferencia en el texto bíblico “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?”

Por haberse alejado de la práctica pública, se suscitó la pregunta: “¿Ha perdido la Sra. Eddy su poder para sanar?” Ella contestó en el Journal de junio. Su respuesta empezó así: “¿Se ha olvidado de brillar el sol, y se han olvidado los planetas de girar alrededor de él?” Véase Mary Baker Eddy, Escritos Misceláneos, pág. 54. Sus alumnos no tenían dudas sobre su habilidad para sanar. Clara Choate fue a ver a la Sra. Eddy una noche y le pidió que ayudara a su hijo de cuatro años que estaba enfermo. Ella había tratado de sanarlo, pero sin resultado. La Sra. Eddy acudió y oró junto a la cama por unos minutos. De pronto el niño se dio vuelta y empezó a dar puntapiés a la pared junto a su cama lo más fuerte que pudo. La Sra. Eddy permaneció sentada calmadamente y sin decir una palabra. El niño continuó hasta que se cansó y luego volvió a darse vuelta y se durmió: estaba sano. Más adelante la Sra. Choate le preguntó a su maestra en una reunión de estudiantes cómo había tratado a su hijo. Ella respondió:

El único pensamiento que tuve fue “Warren Choate, tu mamá gobierna aquí con la Verdad”. Sra. Choate, usted no gobierna a ese niño moralmente cuando está bien, por eso no puede sanarlo cuando está enfermo. Usted hizo todo lo que podía hacerse pero descuidó la cuestión moral, y eso debe tratarse en todo caso, ya sea un adulto o un niño pequeño. Usted nunca lo hace obedecer, y si le pide que haga algo no insiste en que lo lleve a cabo. Recuerdos de Delia S. Manley, Historia de la Iglesia.

La estudiante que contó esta experiencia agregó un comentario: “¡Esta lección nos causó una profunda impresión a todos en la Asociación, porque jamás hubiéramos pensado en tratar la cuestión moral en el caso de un niño”.Ibid.

La Sra. Eddy veía por debajo de la superficie de las cosas y esperaba lo mismo de sus alumnos. Ella reprendía instantáneamente con amor los métodos equivocados y de igual manera explicaba el método correcto de sanar. En respuesta a un estudiante que había dicho que se sentía frustrado por un caso, la Sra. Eddy aludió a las palabras de Jesús a Simón: “Boga mar adentro”, ancla tu barca en Dios. Actas de la Asociación de Científicos Cristianos, Historia de la Iglesia. En una nota a otro estudiante escribió: “¿Estás listo para ayudar? Dices que sí, pero ¿por qué no me ayudas si estás dispuesto y puedes ocuparte de esto? Todo lo que dices es incongruente a menos que hagas lo que dices. Sané un caso de reblandecimiento cerebral en un minuto, hace tres semanas, pero no dije que lo haría y a continuación abandoné al paciente”. Documento de la Historia de la Iglesia: V00915. “Reblandecimiento cerebral” es una descripción literal de una enfermedad degenerativa que a veces se asocia con la demencia senil parálisis. Y a otro: “Que nuestra vida indique la diferencia que hay entre un sanador falso y uno verdadero, que sana por la Mente”. Documento de la Historia de la Iglesia: L02633. Debido a que ella vivía lo que enseñaba y tenía “esa Mente que estaba también en Cristo Jesús”, Filip. 2:5 (según la versión King James de la Biblia). la Sra. Eddy pudo sanar instantáneamente a un ministro en Washington, a una mujer en Chicago y a un niñito en Boston. Constantemente bogaba mar adentro y anclaba su barca en Dios.

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