¿Qué Tan A Menudo esperamos que haya una curación rápida? ¿O creemos que ese tipo de curación la experimenta la gente que posee una comprensión “más avanzada”, o que parecen ser mejores cristianos?
Muchos de nosotros hemos estudiado las curaciones extraordinarias e inmediatas de enfermedades graves que hizo Cristo Jesús, y nos hemos maravillado por la rapidez con que se produjeron. ¿Pero acaso, él no nos prometió que: “El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre”? Juan 14:12. El poder del Cristo, expresado en forma tan bella y completa durante el ministerio de Jesús, aún está presente. No se limitó exclusivamente al período en que Jesús permaneció en la tierra. Cuando nos despojamos de prejuicios, acerca de aptitudes personales y de limitaciones humanas, podemos comenzar a reconocer que la curación no es una cuestión de tiempo o de personas. Los que hoy en día siguen las enseñanzas de Jesús, son sus discípulos de la era moderna y están capacitados para sanar de una manera tan eficaz, como lo estaban sus primeros discípulos.
Los discípulos de la era moderna, debieran esforzarse por seguir este consejo del Nuevo Testamento: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús”. Filip. 2:5. Una clave para hacer esto, es erradicar los elementos del carácter que no sean cristianos. La buena disposición para ser más compasivo, para reaccionar menos, para estar menos pendiente de uno mismo, o de vivir de una manera más moral, prepara el camino para la curación. Es obvio que debemos vivir el principio del Cristo y no meramente estar conscientes de él. Debemos seguir las enseñanzas de Jesús en lo que respecta a la obediencia de las leyes de Dios y amar a nuestro prójimo.
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