Es con mucha gratitud y amor que relato este testimonio sobre el cam bio profundo que experimentó mi vida con el estudio de la Christian Science.
Un mes después de dar a luz a mi segunda hija, comencé a sufrir de mareos, así que le pregunté al médico si se debía al parto, pero me dijo que no. También fui a hacerme ver los oídos, pero no encontraron problema alguno. Mi cuero cabelludo estaba rojo y a veces caliente. Tenía una depresión muy grande. No salía, no me arreglaba, y los médicos ya no sabían qué darme. Pero lo peor de todo era el miedo que yo sentía todo el tiempo. Mi esposo viajaba mucho y yo tenía temor de que el avión se estrellara, y me quedara sola con dos criaturas pequeñas. También tenía muy mal carácter con mi esposo, con mis hijas, con la persona que me ayudaba en la casa, y con todos. No podía dormir bien por las noches, y el doctor me prescribió medicamentos para eso también. Tenía miedo de salir sola o quedarme sola en la casa. Durante meses probé la acupuntura, gasté un montón de dinero y nada mejoró. No me aguantaba a mí misma y nadie podía ayudarme.
Mi madre había conocido la Chistian Science hacía un tiempo, a través de una amiga. Luego, en mayo de 1986, mamá enfermó gravemente: no podía hablar y había perdido también la memoria. Así que la llevamos al hospital. Le hicieron todo tipo de controles y análisis, y después de tres días, nos dijeron que no sabían exactamente qué era lo que le estaba causando esos síntomas tan graves, pero que debíamos ser pacientes y tratáramos de conseguir algún especialista que le enseñara cómo hablar de nuevo. Nos dijeron que tomaría algún tiempo, pero que si ella estaba dispuesta a aprender había esperanza de que recuperara esta facultad. Yo empecé a orar con todo mi corazón como nunca antes. Oré constantemente. Dos días después mi madre empezó a hablar otra vez como si nada hubiese pasado. Ella estaba completamente normal y sana. El médico dijo que era un milagro. A partir de ese momento yo supe que no era un "milagro", sino el resultado de la ferviente oración — como enseña la Christian Science — y el discernimiento de la "Mente" en lugar de la curación del "cuerpo".
Después de la maravillosa recuperación de mi madre, ella me dio un Heraldo para leer. Empecé a ver los testimonios, los cuales tuvieron un gran impacto en mí. Inmediatamente decidí llamar a una practicista de la Christian Science de Caracas, Venezuela, y le pedí una cita para verla. Durante esa época yo lloraba todo el tiempo. Cuando me reuní con ella, también estaba llorando y con lágrimas en los ojos le pedí que me ayudara. Nunca me voy a olvidar de lo que me dijo: "No tengas miedo, vas a estar más feliz y más contenta que nunca".
Al principio pensé que eso sería imposible, pero seguí adelante con su ayuda. Me dio la tarea de estudiar la Biblia y, para mejor comprensión de ésta, también Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, en todo lo que se relaciona con la "oración y el Amor". Después de unos tres meses de estudio, logré discernir que la causa de toda mi enfermedad se debía al temor, y como dice en 1a de Juan 4:18: "En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor". Entonces dejé de tomar medicinas y de dárselas a las niñas, porque resultó que ellas respondían tan pronto y tan completamente a la oración, que se recuperaban por completo como resultado del tratamiento específico en la Christian Science; por tanto, ya no había necesidad de que tomaran otra medicina. Me di cuenta de que la oración es una medicina buena y sumamente eficaz.
Una de las oraciones de este libro que me ha ayudado muchísimo ha sido la declaración científica del ser en la página 468 que dice en parte: "No hay vida, verdad, inteligencia ni sustancia en la materia. Todo es Mente infinita y su manifestación infinita, porque Dios es Todo-en-todo..."
Gracias a la Christian Science aprendí quién soy yo y cuál es mi relación con Dios. Como nos enseña Mary Baker Eddy en su libro Ciencia y Salud en la definición del hombre: "El hombre no es materia; no está constituido de cerebro, sangre, huesos y otros elementos materiales. Las Escrituras nos informan que el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios" (pág. 475). La comprensión de esto sanó por completo la depresión que sentía, así como otros síntomas como resfríos, dolores de cabeza, un bulto en el pie derecho, y una infección en la vejiga.
Mi esposo, después de haber visto mi progreso, asistió a una conferencia y se sintió tan impresionado por ella que inmediatamente comenzó a estudiar la Christian Science y también dejó de tomar medicinas.
Aprendí quién soy yo y cuál es mi relación con Dios.
Fue durante esa época que comenzamos a viajar con mucha frecuencia entre Venezuela, Europa y los Estados Unidos. En cada ciudad visitaba las iglesias y Salas de Lectura de la Christian Science, y me ponía en comunicación con los practicistas locales para pedirles ayuda. Esto me brindó un apoyo eficaz en el que podía confiar, y la sensación de que siempre "estaba en casa".
Mi familia y yo estamos muy agradecidos a Dios por todas las bendiciones obtenidas y por todo lo que hizo y escribió Mary Baker Eddy sobre la curación por la Mente.
Massachusetts, Estados Unidos