Puede que este concepto suene muy radical, pero... usted y Dios son uno. No es que estén sólo relacionados o conectados, sino que son uno. ¿Que cómo lo sé? Porque Dios es infinito. Esto quiere decir que todo lo que ha creado es parte de El, estrechamente unido a la única causa divina, el Creador celestial. No puede ser separado de Él ni siquiera por un instante.
Mary Baker Eddy lo explica de esta manera: "El Principio y su idea es uno..."Ciencia y Salud, pág. 465. Esa idea, esa creación, nos incluye a cada uno de nosotros, a cada uno de los hijos de Dios. Ella escribe: "Tal como una gota de agua es una con el mar, un rayo de luz uno con el sol, así Dios y el hombre, Padre e hijo, son uno en el ser". ibíd., pág. 361.
Quizás este concepto de unidad se ilustre mejor por medio de la idea de reflexión, en la cual el sujeto está en total unidad con lo que lo refleja. Me gusta pensar no sólo en la imagen del reflejo en el espejo, sino también en el significado de reflexión en lo que se refiere al acto de pensar, o reflexionar acerca de algo. En otras palabras, si somos el reflejo de Dios, la Mente divina, somos, por ende, lo que la Mente está pensando.
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