Muchas veces nos graduamos en la universidad y tenemos una idea bien determinada de lo que queremos hacer. Después de todo hemos obtenido un título en un campo específico, hemos estudiado y nos hemos preparado, así que es lógico que consigamos un empleo en esa especialidad, ¿no es así?
No siempre. A menudo ese primer trabajo no es lo que hubiéramos esperado. Esto lo sé bien por experiencia propia. Muchas veces, nuestro primer trabajo no es ni siquiera en el campo de nuestra especialidad. El sentido común tal vez nos diga que tenemos que ganar dinero y pagar el alquiler y los préstamos que solicitamos para poder terminar nuestros estudios. Puede que tengamos que obtener un empleo para responder a esas necesidades, aunque esté poco o nada relacionada con nuestra preparación o con nuestra verdadera meta.
Todavía recuerdo el primer trabajo que tuve después de haberme recibido de abogada. Me imaginaba que iba a trabajar en casos importantes, y que iría a la corte y viajaría, y cosas así. La verdad es que me encontré haciendo corrección de pruebas, llamadas telefónicas sin importancia, corriendo a los bancos a hacer trámites para mis colegas, y labores por el estilo. A menudo sentía que todo estaba por debajo de lo que yo había estudiado y estaba capacitada para hacer.
Una noche en que me sentía muy deprimida, me esforcé (aunque no fue fácil) por pensar en algunas de las cosas buenas que estaba aprendiendo en mi trabajo. Tuve que disciplinarme para tornarme a Dios y ver qué propósito tenía Él reservado para mí en esa actividad.
El libro Ciencia y Salud invariablemente ha sido para mí un buen punto de partida cuando me he sentido frustrada. Esta frase me ha dado mucho consuelo a lo largo de mi vida: "La paciencia debe 'tener su obra perfecta'". Ciencia y Salud, pág. 454, según Versión Moderna de la Biblia. Éstas no son simples palabras para hacernos sentir mejor en un momento determinado; detrás de ellas hay una ley espiritual. Me gusta leer esa frase pensando en esa ley. En otras palabras, no se trata de que la paciencia pueda o podría tener su obra perfecta, sino que es un hecho que TENDRÁ su obra perfecta.
Cuando escuchamos a Dios aprendemos a ser humildes.
Bueno, ese primer trabajo que tuve fue en Milán, Italia, entonces me puse a pensar que por lo menos estaba aprendiendo italiano. Es un idioma que era bueno saber.
Tu carrera es el uso infinito de tus talentos.
Luego pensé, bueno, estoy aprendiendo a manejar la computadora, algo que nunca había logrado hacer cuando estaba en la universidad. Sí, es verdad, no me gustaba tener que ir al banco para depositarle el dinero a mis colegas, o a comprar los sándwiches para el almuerzo. Muchas veces me sentí tentada a renunciar y a buscar un "verdadero" trabajo.
Entonces recordé algo que mi padre me había enseñado cuando era niña: "Piensa que un trabajo es parte de una carrera mucho más grandiosa". En otras palabras, siempre mira el cuadro completo; no las tareas poco importantes, sino el propósito más importante que representan.
Yo había estudiado la Christian Science toda la vida, y sabía que tenía que apoyarme en Dios y encontrar allí mi propósito. Tenía que aprender a adaptarme y a ser humilde. Entonces me compré un ejemplar de Ciencia y Salud en italiano. Me encantó porque cada página tenía a su lado el texto en inglés, de modo que no sólo estaba leyendo el libro, sino que también estaba aprendiendo italiano.
Luego leí otra frase que me ayudó muchísimo: "El Alma tiene recursos infinitos con que bendecir a la humanidad, y alcanzaríamos la felicidad más fácilmente y la conservaríamos con mayor seguridad si la buscásemos en el Alma". ibíd., pág. 60.
Vi que si era una ley espiritual, entonces ese trabajo en particular nunca podría impedir que me sucedieran cosas buenas, ni bloquear de ninguna manera mi inteligencia o mis habilidades. Esta frase realmente inspiró mi oración. Al día siguiente, un colega me invitó a un almuerzo de negocios donde conocí a muchos abogados con quienes intercambié números de teléfono, y comencé a formar conexiones para trabajar.
Otra idea de Ciencia y Salud me ayudó mucho. La misma dice: "Tiene uno que cumplir su misión sin timidez ni disimulo, pues si la obra ha de quedar bien hecha, ha de hacerse desinteresadamente". ibíd., pág. 483. Esto cambió totalmente mi manera de ver las cosas. Me di cuenta de que mi trabajo no era inferior a mí, y traté de ver qué podía yo aprender de él, y qué podía ofrecer.
Muy pronto mi italiano fue lo suficientemente bueno como para hacer traducciones legales, lo que me resultaba muy interesante. A medida que otros abogados se enteraban de que yo estaba viviendo allí, me llamaban para darme más trabajo, ya sea después de mi empleo o durante los fines de semana. Entonces pensé en otras cosas que podía hacer en la comunidad. Mi labor se volvió más interesante, pero yo aún necesitaba algo más, y con el tiempo fui guiada a comenzar mi propia empresa.
Me gusta mucho esta frase de Ciencia y Salud: "El Espíritu, Dios, reúne pensamientos informes en sus cauces adecuados y desarrolla esos pensamientos, tal como abre los pétalos de un propósito sagrado, con el fin de que ese propósito aparezca". ibíd., pág. 506.
Aunque mi primer empleo no era lo que yo esperaba, resultó ser el punto de partida perfecto para la carrera de innumerables oportunidades que tenía yo por delante. Y al apoyarme en la Ciencia del Cristo y escuchar, pude ajustarme a la situación y hacer otras cosas. Ahora mi empresa se ha transformado en un negocio a nivel mundial.
A todo aquel que recién comienza le diría: Puede que tu primer trabajo no sea exactamente lo que has soñado. Pero ten presente que, como dice Ciencia y Salud, "la paciencia debe tener su obra perfecta",1 verás que de cada trabajo aprenderás algo que te irá haciendo progresar cada vez más. Y continúa siempre escuchando a Dios para saber lo que se irá manifestando, porque la verdad es que lo primordial nunca es el empleo que uno tenga, aunque pensemos que así es. Tu carrera es mucho más importante que tu trabajo. Un empleo puede ser temporal, mientras que tu carrera es el uso infinito de tus talentos, expresado de muchas maneras. Siempre habrá alguna forma de manifestar tus estudios, tus intereses y tus talentos. Ésa es tu carrera. El empleo es tan sólo el primer paso. El poder practicar la intuición espiritual, la paciencia, el anhelo de contribuir de manera positiva, actúan como leyes cuyos resultados ciertamente nos llenan de logros satisfactorios.
La clave siempre es escuchar a Dios, ser cada vez más humildes, y seguir Sus indicaciones.
