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Para Jóvenes

Conocimiento que dio sus frutos

Del número de enero de 2006 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Aníbal

Hace unos meses, tuve la oportunidad de hablar con Aníbal Ibáñez de Maldonado, Uruguay, sobre los motivos que lo impulsaron a abandonar la carrera de medicina luego de tres años de estudios exitosos.

Me contó que su vida estuvo siempre basada en el temor, la falta de confianza en sí mismo y la búsqueda de su verdadera vocación. Cuando decidió ser médico, el fin que perseguía era el de ganar dinero más que el de ayudar a su prójimo. Ya en esa época había empezado a beber mucho, era mujeriego y se involucraba en peleas callejeras con sus amigos. "Yo era como el hijo pródigo que probó todos los pecados del mundo", manifestó.

Cuando se radicó en la capital del país para proseguir la carrera, su vida no cambió demasiado; los fines de semana la historia de los excesos se repetía una y otra vez, y ya había empezado a experimentar con marihuana. No obstante, a pesar de que no dedicaba mucho tiempo a estudiar, tenía muy buenas notas.

"El sexo casual siempre había sido sin precaución y de pronto, el miedo al contagio del VIH, me paralizó casi por completo", comentó Aníbal. "Me pasaba horas enteras frente al espejo examinando mi cuerpo en busca de síntomas, pero el mismo temor me impedía hacerme análisis que hubieran podido confirmar mis peores sospechas".

En ese momento recordó que su madre le había dicho que la Christian Science curaba y buscó información sobre ese tema en Internet. Los artículos que encontraba eran hermosos y muchas veces lo tranquilizaban, aunque no totalmente. Decidió entonces que la medicina no era la carrera adecuada para él y la abandonó, casi al mismo tiempo que dejaba de consumir drogas.

Comenzó a trabajar en la chacra de sus padres, apoyándose poco a poco en lo que iba comprendiendo de esta Ciencia, pero sin haber vencido aún las dudas en su mente. Se sentía solo e incomprendido, ya que todos sus amigos lo fueron abandonando una vez que dejó de consumir drogas.

"El tiempo fue pasando y continué en la investigación de esta Ciencia que sabía en mi corazón que era la verdad que había estado buscando. Fui venciendo el temor a la enfermedad y a pesar de no haberme realizado ningún examen físico, y luego de haber transcurrido más de dos años desde este cambio radical en mi vida, hoy siento que estoy libre de dicho flagelo porque me he liberado del temor al mismo".

Pero la lucha de Aníbal por librarse de la adicción a las drogas, aún no había terminado. Durante su fiesta de cumpleaños volvió a fumar marihuana y continuó haciéndolo por un par de meses. No obstante, el estudio de la Christian Science le decía que eso debía terminar. Y así fue. Comprendió que antes había dejado de consumir por temor al "castigo" divino, y no por el entendimiento de que las drogas no causan ningún placer y que son una forma errada de buscar libertad. Fue comprendiendo "que la verdadera libertad está dentro de mí mismo y que en realidad no tengo límites al reflejar a la Mente infinita, Dios".

Sin embargo, el tema que seguía sin resolver era a qué dedicar su vida. La Christian Science ocupaba un lugar preponderante en ella, y pensaba contar a cuanta gente pudiera acerca de la forma tan fundamental en que ésta lo había cambiado.

En esos días, se enteró de que un amigo estaba tomando clases de actuación y recordó que de niño, él mismo había interpretado algún pequeño papel en obras de teatro para escolares. Más tarde, mientras estudiaba en Nueva Zelanda gracias a una beca estudiantil, estudió teatro e incluso participó en una obra de Shakespeare. Desde pequeño le había gustado escribir, aunque su timidez siempre le había impedido expresarse. Pero el conocimiento de Dios y de sí mismo que estaba adquiriendo, lo impulsó a realizar todo aquello que la desconfianza en sus habilidades le había impedido hacer antes. Ahora ha encontrado su verdadera vocación. Está estudiando teatro y ha empezado a cumplir su sueño. También ha escrito una pequeña obra que ha estrenado, con relativo éxito, junto a su nuevo grupo de amigos.

Comprendí que mi conciencia no conoce mis problemas, sólo percibe a Dios.

Afirma: "He descubierto que el Amor y los buenos pensamientos son más poderosos que las drogas, y que es posible realizar nuestros sueños. Me gustaría decir a todos los jóvenes del mundo que el poder está dentro de cada uno de nosotros, que somos lo que pensamos y que los límites no existen. Vean el ejemplo de Jesús cuando sanó a la gente o alimentó a miles de personas con tan sólo cinco panes y dos peces. Para mí, la vida es el sueño cumplido de Dios y sé que para Él todo es posible".

Marcia

Marcia conoció a Aníbal hace muchos años, y como él era amigo de su hermano, muchas veces iba a su casa y conversaban. "En aquella época, yo no solamente lo consideraba inmaduro sino que creía que él actuaba como si no tuviera límites. Luego dejamos de vernos y cuando volví a encontrarlo nuevamente, me di cuenta de que había cambiado muchísimo", cuenta Marcia.

"No sabía a qué atribuir esa transformación tan notable. Con el paso de los días, me invitó a conocer a su madre y fue entonces que ella me regaló el libro Ciencia y Salud. Cuando comencé a leerlo entendí la razón de su cambio. Lo primero que experimenté cuando me entregó el libro, fue una gran emoción, luego, al leerlo, ya no lo pude dejar. De inmediato confié en la verdad de cada una de sus palabras".

Marcia cuenta que cuando era mucho más joven había pasado por dolorosas experiencias. Había intentado suicidarse varias veces, una de las cuales le dejó cicatrices muy profundas en ambas muñecas y el diagnóstico médico había sido que nunca más podría volver a usar las manos como antes. Esto la había perturbado mucho porque pensaba en todo lo que ya no podría volver a hacer, tal como escribir en la computadora o hacer artesanías, que tanto le gustaba.

"No sé cómo pero, yo sabía que tenía dominio sobre mis manos, que no podía haber nada malo en ellas, y comencé a utilizarlas poco a poco y actualmente me valgo de ellas con normalidad", continúa relatando Marcia. "Esto fue mucho antes de conocer el libro, y una vez que lo leí, me confirmó que mi conciencia verdadera sólo percibe a Dios, y de que estoy hecha de la sustancia del Espíritu".

Hace poco, Marcia pudo comprobar esto al explicar a su padre algo de lo que estaba aprendiendo. Él sufre de diabetes y estaba pasando por un momento bastante difícil, así que ella le sugirió que expresara más ternura hacia los demás. También le explicó que podría suplir todo lo necesario en su vida con sólo manifestar más amor.

"Creo que él entendió mis palabras. Mamá me dijo que los últimos exámenes médicos demostraron que todo estaba normal. Creo que papá se da cuenta de su asombrosa mejoría, porque hace muy poco fue al campo y cortó leña, pasándola de una orilla del arroyo hasta la otra con toda facilidad".

Marcia ha visto su vida cambiar por completo desde que encontró Ciencia y Salud y, según me aclara, aún más desde que empezó a estudiar la Lección Sermón del Cuaderno Trimestral de la Christian Science, la que está constituida de lecturas seleccionadas de la Biblia y de Ciencia y Salud.

"Afirmarme cada mañana en las verdades que encuentro en estos dos libros, me da una seguridad única. Así que cuando tengo que enfrentar cualquier tipo de situación durante el día, sé cómo actuar. Ya no vacilo como antes, sino que este estudio diario me brinda firmeza. Sé que aún me falta progresar, pero no tengo duda de que mis tiempos son de mi Padre y mi desarrollo se hará al ritmo de la Mente divina, Dios".

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