En este último año, mucha gente ha pasado por épocas de huracanes y terremotos, otros han estado sufriendo por guerras que parecen no tener fin. Debido a eso, consideramos que es oportuno publicar este articulo sobre la influencia sutil que puede tener el magnetismo animal en el pensamiento. Confiamos en que estas ideas le serán útiles en su búsqueda de una mayor paz y unidad.
La humanidad está pasando por un período de mucha desunión. Lo vemos entre naciones, dentro de las naciones mismas, así como en el quehacer comercial, las relaciones familiares, las instituciones académicas y otras; incluso dentro de la iglesia. En síntesis, la creencia mundial en la desunión o en la división del pensamiento, está clamando por ser aceptada.
¿Por qué nos vemos enfrentados a este problema de desunión en tantos aspectos de nuestra vida, y en, virtualmente, todas partes del mundo? Una respuesta podría ser la negligencia para encarar lo que se llama magnetismo animal. Es decir, la negligencia para reconocer que lo que parece ser desunión o imperfección no es una condición real de nuestra vida, sino un concepto falso, una mentira que actúa influyendo mesméricamente la consciencia humana. De modo que para resolver el problema debemos encarar el magnetismo animal.
¿Qué es el magnetismo animal?
Para comprender qué es el magnetismo animal, puede ser útil primero definir los siguientes términos como se usan en la Christian Science: error, magnetismo animal, sugestión mental agresiva y mala práctica mental. Error es un término que se emplea para indicar la supuesta ausencia de la verdad o realidad. Como es obvio, es una suposición, porque es imposible tener una irrealidad real o una realidad irreal. El magnetismo animal no es algo real. Es tan sólo un término que se usa para indicar que el error, la supuesta ausencia de la verdad, tiene el poder de actuar, de hacer algo. Pero, ¿cómo puede ser que aquello que no existe pueda hacer algo? El hecho es que no puede. Sólo parece hacerlo. ¿De qué modo? Presentando ante nuestro pensamiento una sugestión falsa. A su vez, la sugestión mental agresiva es el medio por el cual el magnetismo animal parece obrar en el pensamiento. Pero esto también es tan sólo un término. Mientras que la mala práctica mental es el aparente efecto o resultado de aceptar como reales las sugestiones mentales agresivas.
Puesto que las sugestiones del magnetismo animal se manifiestan disfrazadas como nuestro propio pensamiento, tenemos que estar alertas para detectarlas cuando se nos presentan. Mary Baker Eddy escribe en Ciencia y Salud: "Estad de portero a la puerta del pensamiento".Ciencia y Salud, pág. 392.
Jesús se negó a aceptar las sugestiones falsas. Dijo: "Viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí". Juan 14:30. Si nos negamos a aceptar una sugestión en nuestra conciencia, el magnetismo animal no puede tocarnos.
La base de la unidad es la gran verdad de que Dios y el hombre son uno.
Los psiquiatras que han hecho estudios sobre hipnosis parecen estar de acuerdo con la afirmación de M.B. Eddy de que la hipnosis ocurre cuando se acepta una sugestión falsa en la conciencia. Si aceptamos la sugestión falsa, entonces hemos sido hipnotizados para ver, sentir o escuchar ese estado falso como si fuera una realidad. No es de extrañar que la Sra. Eddy haya advertido: "Será deber de todo miembro de esta Iglesia defenderse a diario de toda sugestión mental agresiva..."Manual de La Iglesia Madre, pág. 42. Sin embargo, si abrimos la puerta a una sugestión falsa y la admitimos en nuestra conciencia, la sugestión falsa se transforma en lo que clasificamos como "creencia falsa". No obstante, aun si le permitimos que se transforme en una creencia falsa, la verdad, Dios, la puede destruir.
Una defensa segura
¿Cómo encaramos al magnetismo animal? Reconociendo su nada. Recuerde, no se trata de una entidad verdadera, es tan sólo un término. Encarar el magnetismo animal no significa defendernos de un poder malévolo y terrible. Por el contrario, significa defender nuestro pensamiento para que no acepte la sugestión falsa de que ese poder pueda ser real.
¿Qué relación tiene el control del magnetismo animal, con la desunión? Maquiavelo citó la conocida máxima "divide y vencerás". Este concepto se ha presentado de varias formas, incluso en la declaración de Jesús: "Si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer". Marcos 3:25.
Tenemos que estar alertas para refutar las sugestiones del magnetismo animal que siguen esa táctica tan familiar de "divide y vencerás". Logramos rechazar la sugestión falsa de que hay desunión, cuando nos aferramos a la enseñanza básica de la Christian Science de que existe un solo Ser, compuesto de Dios y Su creación. Los Científicos Cristianos comprenden que Dios es la Mente divina. El hombre no es una pequeña parte o cantidad de la Deidad. Dios y el hombre son uno en calidad, uno en el ser, pero distintos como causa y efecto, Mente e idea.
No puede haber separación entre la Mente y su idea. Una idea nunca está separada de la Mente que la piensa. Por lo tanto, no hay división de tiempo o espacio entre Dios y el hombre. La base de la unidad es la gran verdad de que Dios y el hombre son uno.
El magnetismo animal no tiene poder para separar lo que Dios ha unido. La práctica de la curación en la Christian Science se puede decir que es la comprensión de que la Mente y la idea, Dios y el hombre — aunque son distintos— están unidos. A medida que reconozcamos nuestra unidad con Dios encontraremos que estamos unidos los unos con los otros.
El poder de la unidad
¿Cuáles son algunas de las sugestiones falsas del magnetismo animal que tratarían de dividir y destruir? Quizás una de las más obvias sea la sugestión de que la única Mente divina se puede dividir en muchas mentes separadas, y que cada una tiene su propio grado de inteligencia. Aceptar esta sugestión falsa es abrir la puerta para que haya desunión.
Ciencia y Salud afirma: "Lo que extermina al error es la gran verdad de que Dios, el bien, es la Mente única".Ciencia y Salud, pág. 469. ¿Por qué extermina el error la Mente única? Porque el magnetismo animal quisiera tener acceso a nuestra conciencia actuando bajo el disfraz de nuestra propia mente. Pero la Mente divina y única extermina la creencia de que haya una mente aparte de Dios, que piensa erróneamente, para hipnotizar o ser hipnotizada.
La verdad es que reflejamos a la única Mente perfecta como nuestra Mente. Pensamos a medida que Dios hace que pensemos. Por lo tanto, no existen dos mentes en conflicto, ni siquiera dos mentes que estén de acuerdo. Sólo hay una Mente, Dios, que cada persona refleja individualmente. Puesto que hay una sola Mente, debemos estar reflejando la misma Mente omnisapiente que Jesús reflejaba. No hay otra mente que reflejar.
No tener ninguna otra mente más que Dios, la inteligencia universal, aniquila toda afirmación de que el mal es una mente, una persona, un lugar o cosa, y destruye las obras del magnetismo animal que sugiere que hay mentes desunidas. La Mente divina única impide la fragmentación y proporciona la base para que haya unión entre hombres y naciones. Esto hace que se acerque la época en que los hombres estarán "todos unánimes juntos", Hechos 2:1. en que todos habremos cedido al perfecto gobierno de Dios y habremos aprendido a andar en perfecta obediencia a la Mente divina única.
El magnetismo animal también quisiera causar divisiones y derrotas apartando nuestro pensamiento del error que necesitamos encarar. Usa un señuelo, y si no estamos alertas, concentramos nuestra atención en el señuelo en lugar de hacerlo en el error que pretende existir y actuar. Una y otra vez el magnetismo animal pretende usar a la persona como señuelo. Sugiere que el hombre es imperfecto. Si aceptamos esta sugestión nos sentimos tentados a utilizar la Christian Science para corregir al hombre imperfecto. Entramos en el juego del magnetismo animal cuando nos concentramos en la persona en lugar de hacerlo en el error que se presenta como persona.
La Christian Science no corrige a un hombre imperfecto, sino que rechaza las mentiras acerca del hombre perfecto creado por Dios. Nuestra meta no es mejorar a un hombre real e imperfecto, sino negar la mentira de que un hombre imperfecto pueda ser real. El problema no es la persona, sino el magnetismo animal afirmando que tiene un testigo en forma de persona. Debemos impersonalizar al error y verlo por lo que es, tan sólo una mentira. Impersonalizamos al mal para destruirlo.
Para impersonalizar el mal
¿Cómo podemos impersonalizer el mal? Tenemos que separar del hombre todo rasgo que no sea semejante a Dios y negarnos a ser testigos de él. Por ejemplo, Dios nunca creó la obstinación, por lo tanto, una persona obstinada no puede ser una expresión de Dios. La obstinación sólo parece existir cuando se le da objetividad en forma de hombre. Sin el hombre que sea testigo de ella, la obstinación no podría existir.
Una vez que hemos separado el mal del hombre, lo hemos destruido. Pero impersonalizar al error no quiere decir que lo ignoremos. La Ciencia del Cristianismo nunca promueve que se ignore la creencia en el mal. que se olviden sus pretensiones y se mire para otro lado. Ignorar la creencia en el mal no lo destruye. Tampoco nos ponemos de acuerdo con el error para mantener una unidad de pensamiento y acción. Todo lo contrario; lo ponemos al descubierto y lo encaramos percibiendo que es nada.
Los Científicos Cristianos tienen que estar muy alertas para rechazar los reclamos que hace el magnetismo animal de que hay desunión, y afirmar que están unidos. Estamos unidos en nuestro gran amor y gratitud a Dios y en Su amor y cuidado inefables por cada uno de nosotros. Estamos unidos en nuestro amor y gratitud por Cristo Jesús, nuestro Mostrador del camino. Estamos unidos en nuestro amor y gratitud por nuestra Guía, Mary Baker Eddy, y por la Christian Science. Estamos unidos en nuestra profunda gratitud por la eficacia de la curación en la Christian Science, y por cada curación que se haya producido. ¿Por qué? Porque cada una de ellas es una prueba de la ley divina, una ley que está en operación para usted y para mí, aquí y ahora.
"Cristo en vosotros"
Dios nos revela Su ley perfecta a través del Cristo. El Cristo es la presencia de la Verdad divina, que destruye el error. El magnetismo animal es la supuesta ausencia del Cristo, la Verdad, por lo tanto, se encara y destruye con el "Cristo en vosotros". Colosenses 1:27. Este Cristo en nosotros es nuestra conciencia de la verdad, la que excluye todas las mentiras acerca de la realidad. La verdad siempre destruye la mentira. La cuestión no es cuán grande es la mentira, sino cuán grande es el Cristo.
El magnetismo animal es como la oscuridad. No es la presencia de algo; es la ausencia de algo. No destruye al hombre perfecto, simplemente oculta al hombre perfecto. Mientras que el Cristo es como la luz. Disipa la oscuridad y revela al hombre perfecto. Pablo escribió: "Te alumbrará Cristo". Efesios 5:14. El Cristo es la luz de la verdad que disipa la oscuridad, revelando de esa forma la creación perfecta de Dios que ya está presente. Sanar no consiste en corregir a un hombre imperfecto. Es revelar al hombre perfecto. No necesitamos esperar la venida del Cristo. ¡El Cristo está aquí ahora!
El Cristo es la presencia divina que destruye todo error.
A medida que veamos que el magnetismo animal no es nada más que un término que no tiene ley, poder, mente ni realidad, también podremos refutar toda sugestión de desunión y decir: "no tiene nada en mí". Es por eso que nuestra habilidad para encarar el magnetismo animal depende principalmente de cómo vivimos, manteniendo en todo momento una norma de pensamiento semejante al Cristo. Es más, no hay poder que pueda impedirnos vivir de esa manera. Jesús no sólo comprendió la Ciencia del ser; ¡la vivió!
El Principio divino gobierna al hombre y esto debe ser reconocido en el individuo y, por ende, visto en la familia, la comunidad, la iglesia, y en los asuntos nacionales y mundiales. Reemplacemos entonces, la creencia falsa de desunión con la verdadera idea divina de unidad. En la epístola de Santiago leemos: "La oración eficaz del justo puede mucho". Santiago 5:16. Oremos por la paz, la armonía y la unidad en el mundo y en nuestra Iglesia. El Cristo que está en usted aniquila el magnetismo animal y revela la unidad.
