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La curación metafísica

Su verdadera identidad

Una conversación con Victor Westberg

Del número de marzo de 2006 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


A pesar de las apariencias, y por más sorprendente que parezca, no somos seres materiales y nunca nacimos; hemos existido siempre y siempre existiremos. Eso es lo que el practicista y maestro de la Christian Science, Victor Westberg, comprendió cuando era joven, mucho antes de que la Christian Science se cruzara en su camino. El Sr. Westberg ahora comprende más plenamente que nuestra verdadera identidad no es mortal, física, ni una relación mente/materia. Realmente usted es cien por cien espiritual. Y él ha aprendido que adoptar este principio de vida nos eleva por encima de la niebla de la materialidad y nos da el poder para cumplir con el mandato de Jesús: “Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios”. Mateo 10:8.

Después de completar misiones de combate como piloto de la Marina de los Estados Unidos durante la guerra de Corea, Vic, como se lo llama con afecto, comenzó una compañía de distribución de juguetes al por mayor en California. Luego en 1970, renunció al mundo de los negocios para dedicarse totalmente a la práctica pública de la Christian Science. Desde entonces, ha estado ayudando, en una variedad de puestos, a otras personas. Fue capellán de una prisión durante diez años en el Comité Institucional de California, asesor de las organizaciones de la Christian Science para estudiantes universitarios en el área de San Francisco, y cofundador de Twelveacres, una escuela de la Christian Science y hogar para personas mentalmente discapacitadas. Ha servido como Comité de Publicación para La Iglesia Madre, como Presidente de la Junta de Educación, y fideicomisario de La Sociedad Editora de la Christian Science. Actualmente es miembro de La Junta Directiva de la Christian Science.

Hace poco conversé con él en el soleado jardín cubierto de La Biblioteca Mary Baker Eddy para el Adelanto de la Humanidad.

Vic, ¿cuándo comenzó a estudiar la Christian Science?

Bueno, fue hace unos 40 años, pero permítame contarle un poco acerca de mi vida porque pienso que es importante saber de dónde vengo en lo que a mi práctica se refiere. De niño asistí a una Escuela Dominical protestante y cuando tenía unos seis o siete años — aún puedo recordar dónde estaba parado y lo que estaba mirando— me vino esta formidable vislumbre que ha iluminado mi pensamiento desde entonces: “Nunca nací, y nunca voy a morir”. El pensamiento de que no era material fue muy fuerte. Todavía no podía identificarme como espiritual, pero sabía que había existido antes y que existiría después. Luego me gradué de la Escuela Dominical pero ya no quise continuar en esa religión porque me estaban enseñando cosas que iban en contra de lo que ya había sentido y percibido, entre ellas que era un ser mortal con todo tipo de limitaciones. No me veía a mí mismo de esa forma, y sabía que comprender a Dios de una manera diferente tenía que ver con la manera en que me veía a mí mismo. Así que comencé mi búsqueda por otro lado.

Y con el tiempo encontró la Christian Science. ¿Cómo sucedió?

Mi primera esposa era Científica Cristiana. Era un ángel. Nunca me presionó. Ella iba a la iglesia todos los domingos y miércoles. En aquella época, yo no tenía ninguna religión, porque no lograba encontrar lo que estaba buscando. Así que un domingo, saqué mi auto del garaje, ella sacó el suyo y me preguntó “¿A dónde vas?” Le contesté: “Voy a ir a mi antigua iglesia para ver si algo ha cambiado en todos estos años” Me dijo: “Me parece bien”. Así que ella se fue a su iglesia y yo a la mía.

Cuando llegué a casa, ella me preguntó: “¿Cómo te fue?” Le conté que nada había cambiado. Entonces me dijo “Qué lástima”. El siguiente domingo, saqué mi auto y ella quiso saber a dónde iba, y le expliqué: “Voy a ir a tu iglesia para ver cómo es”. Y así lo hice. Entré a aquella iglesia de la Christian Science con mucho escepticismo. Miré las paredes y vi dos inscripciones. Una era una cita de Jesús: “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. Juan 8:32. La otra era de Mary Baker Eddy: “El Amor divino siempre ha respondido y siempre responderá a toda necesidad humana”.Ciencia y Salud, pág. 494. Esas citas me llamaron la atención, pero continué sentado pensando “No voy a sacar nada de esto. He buscado en todas las religiones. ¿Cómo puede ser que ésta sea la que estoy buscando?”

Se leyeron versículos de la Biblia. Yo conocía bien la Biblia; pero fue el otro libro del que estaban leyendo que me llamó la atención: Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy. Conocía el libro porque mi esposa lo tenía, y pensé: “Esto va a ser interesante”. Muy pronto estaba sentado así...

Sabía que Dios me estaba hablando y me daría las respuestas que necesitaba.

En el borde de su asiento.

En efecto. La respuesta a cada pregunta que yo había tenido toda mi vida estaba brotando de ese libro aquel día. Salimos y le comenté a mi esposa “¡Uau! ¿Esto es la Christian Science? ¿Por qué no están ustedes gritándolo desde los techos? Todo el mundo necesita esto”. Ella me dijo: “Tranquilízate, tranquilízate”.

Cuando llegamos a casa, me dio algo para leer que era muy interesante. Era la sección “Preguntas y Respuestas” de Escritos Misceláneos, otro libro de la Sra. Eddy.Escritos Misceláneos 1883-1896, pág. 31—94. Lo leí, pero se lo devolví. Le dije: “Eso está bien pero no contesta ninguna de mis preguntas”. Mi esposa me sugirió: “¿Por qué no lo lees de nuevo?” Así lo hice, pero todavía no lo comprendía. Ella me alentó a que lo intentara otra vez. Así que comencé a leerlo por tercera vez, llegué a la mitad y de pronto me di cuenta de que yo había estado mirando hacia abajo; toda mi vida había estado buscando respuestas en el mundo material. Así que finalmente, miré hacia arriba y comprendí: La única manera en que podemos responder preguntas aquí abajo, en este cuadro material, es desde una perspectiva espiritual. Aquí abajo no hay respuestas. Ése es el problema. Si uno continúa buscando aquí abajo, desde una perspectiva mortal y limitada, nunca va a encontrar la respuesta que resolverá el problema.

A medida que estudiaba, empecé a comprender que yo no era quien pensaba que era. Mi verdadera identidad era espiritual, como yo había percibido cuando era niño, antes de siquiera escuchar hablar de la Christian Science.

Tiempo después, tomé instrucción en Clase Primaria en la Christian Science. Instrucción en clase es un curso de 12 lecciones sobre la curación espiritual. Eso reforzó la idea de que es importante buscar las respuestas por encima del cuadro material, especialmente respuestas que le permitan a uno sanar. Entonces un día, un par de años más tarde, iba manejando por la autopista y de pronto, ¡buum! Me vino este pensamiento poderoso: “¿Qué estás haciendo? Eres un Científico Cristiano con instrucción en clase. ¿Qué estás haciendo en el mundo de los negocios? Te han enseñado a sanar”. En aquel entonces, yo tenía un negocio floreciente y trabajaba duro en él. Recuerdo que eché la cabeza para atrás y dije: “Muy bien, Padre. Dime qué tengo que hacer”. Claro está que las cosas ocurren en el tiempo de Dios. De modo que esperé con paciencia a que me indicara qué hacer, pero no escuché nada más hasta dos años después.

Entonces un domingo, un practicista de mi iglesia filial se me acercó después del servicio religioso. Tenía unas llaves en la mano y me dijo: “Me han nombrado Comité de Publicación para el Norte de California. Tengo una oficina cuyo alquiler termina dentro de ocho meses. ¿Sabes de alguien que esté interesado en entrar en la práctica? Le pedí: “Dame las llaves”. Fui a casa y se lo conté a mi señora, y a ella le pareció estupendo. Eso fue un domingo. El lunes por la mañana, entré a mi compañía, reuní a mis tres gerentes de mayor jerarquía, y les dije: “Caballeros, esto es lo que voy a hacer. Voy a dedicarme a la práctica pública de la Christian Science. Quiero que ustedes tres manejen la compañía, y se las entrego completa. No voy a llevarme un centavo de ella”. Dejé eso y entré en la práctica, y nunca más miré hacia atrás.

¿Cómo tuvo usted la claridad y el valor para hacer eso con tanta decisión?

Escuchando. Sabía que Dios me estaba hablando, y sabía que si yo escuchaba, obtendría las respuestas. Sabía que todo en la experiencia humana ya está divinamente dirigido. Puedo decirle que habían ocurrido cosas increíbles en mi negocio, aplicando simplemente la metafísica de la inspiración divina. De modo que si usted está mirando su vida y ve un problema, usted está viendo el cuadro falso. No está viendo el plan de Dios. Yo tengo que recordar esto constantemente. Cuando me veo envuelto en el torbellino de problemas que parecen surgir en la vida diaria, tengo que detenerme y pensar: “Un momentito. Ya tienes cada respuesta que necesitas para enfrentar con éxito este desafío. Lo único que debes hacer es detenerte y tranquilizarte, y escuchar esa ‘voz callada y suave’ Véase 1° de Reyes 19:12, Versión Moderna. de que habla la Biblia, y las respuestas van a llegar”.

¿Cómo es que usted sana?

Trato de ver a cada paciente en su verdadera luz, como el reflejo perfecto de Dios. Si uno trata de sanar la materia, no está viendo al hombre genérico a imagen y semejanza de Dios, y, por lo tanto, no puede sanar. Uno nunca da un tratamiento para sanar la materia porque entonces lo que está diciendo es que la “materia es real”. Uno puede sanar cuando ve la verdadera identidad del hombre como imagen de Dios.

¿Estás viendo a tu marido como un ser mortal o como una idea espiritual e indestructible?

Permítame darle un ejemplo. En febrero de 2004, recibí una llamada de una amiga que me dijo: “Se han llevado a mi esposo en helicóptero al hospital”. Estaba esquiando cuando tuvo un grave ataque al corazón. Así que ella me hablaba desde su teléfono celular, mientras iba corriendo en su auto desde su casa al hospital, y yo comencé a hablarle asegurándole que Dios, la Vida, es todopoderosa y omnipresente, y que la identidad de su esposo era espiritual y eterna. Hablé con ella durante toda esa noche. Y en un momento dado recibió una llamada del hospital. Me llamó de inmediato y me dijo: “Falleció. Los médicos dijeron ‘Lo perdimos’ ”. Y yo le aseguré: “Querida, Dios está presente y nada, sino el bien, se está manifestando aquí. ¿Estás viendo a tu marido como un ser mortal o lo estás viendo como una idea espiritual de Dios, que es indestructible? Dios gobierna todo lo que hacemos. La materia no puede destruir a la idea espiritual de Dios”. Media hora después me llamó para contarme: “Me acaban de llamar del hospital. Dicen que ha revivido”. Querían que se quedara en observación. Y yo le dije: “Déjalo ahí. Tú sabes que él está bien”. Luego lo llevaron en helicóptero a otro hospital de rehabilitación. Y poco después ella logró, finalmente, sacarlo de allí. Por supuesto que después de eso todos querían hablar con él. “¿Qué se siente?” Él respondió: “No lo sé. Estaba ausente. Todo lo que sé es que la Christian Science cambió mi vida”. De modo que cuando se tiene una experiencia como ésta, uno sabe que su verdadera identidad es espiritual.

¿Cómo podría haber usted imaginado que aquella percepción espiritual sobre su verdadera identidad que tuvo de niño, finalmente lo iba a guiar a ayudar a otra persona de una manera tan práctica y maravillosa?

No podría haberlo hecho. No hay forma. Pero es así como opera Dios. Lo importante es que uno no trata la materia, por más tentador que eso sea. Y si uno resiste la tentación de tratar la materia y ve al hombre como ya perfecto, espiritual, las curaciones se producen instantáneamente. Uno tiene que recordar, y se tiene que recordar a sí mismo, que la curación consiste en ver al hombre como Dios lo creó. Se encuentra en toda la Biblia. Se encuentra en todos los escritos de la Sra. Eddy. Uno tiene que tomar conciencia de que en cada momento del día, el concepto falso del hombre trata de apartarnos del verdadero, y eso es magnetismo animal. No se detiene ni descansa. Cada vez que surge un problema, tenemos que comprender que la causa es el magnetismo animal.

El Padre Nuestro es una oración poderosa que sana. Así que si usted tiene un problema, recurra al Padre Nuestro. Trabaje con él, reflexione sobre él, especialmente el sentido espiritual del Padre Nuestro que aparece en Ciencia y Salud. Véase Ciencia y Salud, pág. 16—17. Eso iluminará el pensamiento, y lo elevará por encima de los falsos reclamos de la materialidad.

¿Qué quiere usted decir con magnetismo animal?

El magnetismo animal es una influencia mental que nos aparta de la verdad acerca de nuestro ser. Es el pensamiento que dice: “Soy material, soy un ser mortal”, e intenta impedir que sepamos que “somos una idea espiritual de Dios”. Pero el magnetismo animal es una ilusión, y si comprendemos que es nada, no nos puede influenciar. Si no lo comprendemos, entonces le estamos dando poder, y comenzamos a actuar exactamente de la manera que nos sugestiona que actuemos.

No podemos permitirnos ser atraídos por ese sentido magnético descendente que nos dice que somos materiales y no semejantes a Dios. No nos podemos dar el lujo de aceptar eso. Pero a menos que momento a momento continuemos entendiendo que nuestra identidad es espiritual, seremos susceptibles de creer que somos materiales y que todo en el mundo material tiene una ley, una ley totalmente falsa. Sólo existe una ley verdadera, la ley de Dios. Tenemos que declararla con firmeza hasta que observemos un cambio en nuestro pensamiento. No se trata simplemente de “intentarlo”, y luego salir y hacer otra cosa. Es aferrarse a él hasta que se produce la curación.

Una de las frases que más se destaca para mí en el artículo de Mary Baker Eddy ”El Principio y la Práctica”, es la que dice: ”Es la comprensión que tiene el sanador de la operación del Principio divino y su aplicación, lo que sana al enfermo, de la misma forma que nuestra comprensión del Principio de las matemáticas nos permite demostrar sus reglas”. Mary Baker Eddy, “El Principio y la Práctica”, Christian Science Sentinel, 22 de agosto de 2005, pág. 18. A veces se les hace sentir a las personas que piden ayuda a un practicista o sanador de la Christian Science, que son ellas las que tienen que hacer algo para inducir la curación. Pero he notado que la Sra. Eddy no pone el énfasis en lo que el paciente tiene que hacer, sino en lo que el sanador debe hacer. ¿Cómo explicaría usted esta responsabilidad del practicista y del paciente?

Es responsabilidad del practicista. Y un practicista no debería tomar un caso si no tiene la intención de continuar hasta que se produzca la curación. He aquí una cita de la Sra. Eddy: “¿Por qué dan tratamientos largos? Porque no los dan del lado correcto... ¡Están tan sepultados en la vida de los sentidos! Eso es lo que hace que los tratamientos sean largos... Cuando uno percibe la Verdad, el Amor, uno sana”. A10273, Colección Mary Baker Eddy, La Biblioteca Mary Baker Eddy para el Adelanto de la Humanidad. Eso es fundamental. La materia es una ilusión. Es un sueño. La Sra. Eddy usaba las analogías tanto de los sueños dormidos como de los sueños despiertos. Si usted tiene un sueño nocturno, cuando se despierta por la mañana, ¿acaso llama a un practicista para que lo sane del problema que soñó? ¿Por qué no lo hace? Porque ese problema del sueño nocturno no es real. Pero luego uno se pasa el día permitiendo que el sueño despierto lo mesmerice o hipnotice para que crea que un problema aparente es real, para los sentidos, cuando no es diferente de un sueño nocturno. El pecado, la enfermedad y la muerte no son más reales durante el sueño despierto que durante el sueño dormido.

Mary Baker Eddy continúa diciendo de los estudiantes que están en la práctica pública: “Cuando un estudiante no sana, es por su propia culpa. Estoy cansada de oír que un estudiante le pida a su paciente que trabaje, cuando el paciente está con el agua hasta el cuello”. ibíd. No les pidan nada a los pacientes. No les pidan que trabajen cuando están tan mesmerizados por la carga de lo que creen que es un problema sin resolver. La responsabilidad del practicista es cambiar el pensamiento del paciente, no decirle al paciente que estudie más.

Si usted no logra sanar a la gente, es necesario que se examine a sí mismo. Hay preguntas básicas que un practicista puede hacerse: ¿Es que realmente creo en todo lo que estudio, en todo lo que dice la Sra. Eddy? ¿Estoy dispuesto a dejar de lado esta creencia que tengo de sanar la materia-cuerpo? Y ¿estoy dispuesto a cambiar y ver al hombre como Dios lo creó, espiritual, no material? Su convicción tiene que ser firme porque si uno tiene el mínimo de duda o incertidumbre, no va a poder sanar. Tenemos que estar firmes en nuestra comprensión de que nuestro tratamiento está bajo el control del Espíritu. Debemos ser radicales y mantenernos firmes.

Ahora bien, hay otra dimensión importante que considerar, y se trata del Cristo. Es el poder del Cristo, la Verdad, como enseña la Christian Science, lo que sana. El libro de texto de la Christian Science nos asegura: “La enfermedad, tanto como el pecado, es un error que únicamente Cristo, la Verdad, puede destruir”.Ciencia y Salud, pág. 251. Y luego define al Cristo como “el divino mensaje de Dios a los hombres que habla a la consciencia humana”. ibíd., pág. 332. De manera que Dios nos habla directamente a nosotros a través del mensaje de Su Cristo allí mismo donde estamos en el sueño despierto. Y este mensaje del Cristo produce la curación. El magnetismo animal está tratando de decirle que usted es material, pero el Cristo le dice: “Tú eres espiritual”, y así atraviesa la creencia-sueño de la materia.

Usted tiene que confiar en Dios para sanar mediante el mensaje de Su Cristo. Como practicista uno es simplemente un observador del poder de Dios, del Amor divino, para sanar cualquier cosa. Uno conecta a la persona que le pide ayuda con el Cristo, que es lo que la Sra. Eddy llama “el gran Médico”.Escritos Misceláneos, pág. 151.

La gratitud es esencial; es una fuente de bien que fluye del Amor divino.

La Christian Science ofrece una base teológica sólida para que expresemos genuina gratitud. ¿Cuán importante es la gratitud para la curación?

La gratitud es esencial. Pone nuestro pensamiento de acuerdo con la Vida, la Verdad y el Amor. Y cuando nuestro pensamiento está alineado con Dios, sana la depresión y el sentido de limitación es eliminado. La gratitud es una fuente de bien y fluye del Amor divino. Es el Amor expresado en el reino de lo humano. De modo que para mí la gratitud es una influencia sumamente beneficiosa e importante que vale la pena mantener en el pensamiento. Usted puede preguntarse: “¿Por qué me siento agradecido por esta situación?” Elija algo positivo, expándalo y se dará cuenta de que su temor, que es el resultado de ser mesmerizado por el aparente problema, es desechado. Y cuando el temor desaparece, cuando su pensamiento está lleno de gratitud en lugar de temor, es cuando comienza la curación. Cada uno de los desafíos que enfrentamos tiene algo por lo que tenemos que estar agradecidos, algo que nos va a permitir aprender más acerca de Dios y nuestra verdadera naturaleza, algo que nos va a acercar más a Él y nos dará un mayor dominio sobre el supuesto poder del pecado, la enfermedad y la muerte.

Y de la misma manera que el afecto, la bondad y la inteligencia provienen de Dios, quien es nuestro único origen, la gratitud es también parte natural de ser la expresión de Dios.

Definitivamente. La gratitud es natural, y es como un tanque lleno de gasolina que nunca se agota. Tiene energía, tiene poder, y es inagotable porque es espiritual... es un poder impulsado por el Amor divino. Cuanto más se vea a usted mismo como realmente es — como el hijo de Dios, como la idea espiritual de la Mente o el Amor divino que nunca muere, nunca nació y es sano y perfecto— más gratitud expresará. Y más reconciliación, restauración y curación experimentará en su vida.

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