Cuando nuestras hijas eran chiquitas, mi esposo y yo estábamos pasando por una situación bastante difícil de carencia de hogar y de empleo. Vivíamos en la casa de un familiar.
Yo había orado mucho para encontrar una solución. En esa búsqueda, me volqué al estudio del libro Ciencia y Salud, y una frase me llenó de inspiración: "La Mente divina mantiene todas las identidades, desde una brizna de hierba hasta una estrella, distintas y eternas". Ciencia y Salud, pág. 280. Esta idea me alimentaba con la certeza de que el Amor divino estaba sosteniéndonos y cuidando de cada uno de nosotros.
Un día, estábamos sentados a la mesa y miré lo que íbamos a comer en ese momento, y sentí alegría al ver lo que tenía en el plato. Entonces me vino al pensamiento una frase de Mary Baker Eddy que dice: "Del amor y de la luz y armonía que son la morada del Espíritu, pueden venir sólo reflejos del bien". ibíd., pág. 70.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!