Cuando te sientas fatigado no desmayes,
detente y contempla el palpitante paisaje que te rodea.
Mira cómo las blancas nubes adornan el profundo azul del cielo
y riegan los campos, poblados de simientes y frutos.
Escucha el murmullo de la fuente que aunque parece solitaria,
con sus rítmicas notas a las almas cansadas aquieta.
Contempla, ahora, los árboles frondosos y llenos de vida,
que con su hermoso follaje brindan sombra y protección.
Regocíjate con el trinar de los pájaros, capta su alegría;
seguros bajo el cuidado de su Creador, desconocen el temor y la melancolía.
Por eso, cuando te sientas triste,
recuerda este paraje en donde un día te detuviste a meditar,
y comprobaste que nunca estás solo, que nada es inútil, que nada está quieto,
sino que todos tenemos la misión de dar.
Y cuando cansado estés de tanto andar,
busca en el recuerdo de tu corazón y comprenderás que la Vida, el Amor y la Verdad,
se reflejan en la alegría de los pájaros, en lo frondoso de los árboles,
en la tranquilidad de las aguas, en el cielo infinito,
y sin duda, en ti, "porque eres el hijo bienamado, el templo, de Dios".
Guadalajara, Jalisco, México