Después de las impetuosas tormentas de invierno y primavera, a veces los árboles caídos bloquean caminos y destruyen puentes en los alrededores por donde suelo salir a caminar. A fines del verano, me siento agradecida por los expertos y voluntarios que los reconstruyen. su labor me recuerda la descripción de la verdadera religión en el libro de Isaías: "...serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar". Isaías 58:12.
Todos tenemos muchas oportunidades de ser restauradores de la armonía, que es una definición de paz. De hecho, podríamos decir que nuestra razón misma de existir es hacer que la presencia de Dios se manifieste en la práctica con demostraciones de paz, entre ellas, paciencia, moderación, amor y curación.
Hace poco pude comprobarlo cuando estuve a punto de chocar contra un auto. Cuando los dos frenamos y nos detuvimos el otro conductor juntó sus manos y me hizo una reverencia con la cabeza. Es un hermoso gesto de saludo hindi llamado Namasté, uno de cuyos significados es: "Me inclino ante el Espíritu que está en ti y que también está en mí".
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