La materia ya no es lo que acostumbraba ser. O, por lo menos, eso podríamos creer al escuchar las opiniones que están surgiendo en el mundo de la física. Según recuerdo, hasta no hace mucho, a todos nos enseñaban que la materia era algo muy sustancial.
No obstante, hace poco, estaba conversando con un físico de Inglaterra y me comentó muy al pasar que la materia es más una probabilidad matemática que eso tan concreto que se ve y siente. Después, un amigo de California que es astrofísico, me explicó que cuando empujo o hago fuerza contra una pared, la verdad es que no hago contacto con algo sólido. Lo que sucede es que algunos electrones ofrecen resistencia y me devuelven un pequeño empujón. Por su lado, la física cuántica plantea interrogantes sobre el papel que cumple el observador cuando le parece que está viendo un objeto independiente al otro lado de la habitación.
Muy bien, quizás la materia no sea lo que siempre supusimos que era. Sin embargo, estoy seguro de que todas esas personas que están redefiniendo lo que hemos creído con tanta certeza durante más de doscientos mil años, sin duda, se abrigan con mantas bien materiales las noches frías de invierno y, como todos, recurren a lo que parece ser una cuchara muy sustancial cuando toman sopa.
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