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La curacíón metafísica

Tomemos conciencia del Amor

Del número de marzo de 2007 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


William (Bill) Ansley nació en Oklahoma y se mudó a Topeka, Kansas, hace casi 40 años, después de haberse retirado como jefe de la división financiera de la International Paper Company — División Long Bell. Desde su adolescencia supo que quería dedicarse a la práctica sanadora de la Ciencia Cristiana. Ya siendo estudiante de economía y administración de empresas en la universidad, recibía llamadas para ayudar mediante la oración. En 1964, comenzó a anunciarse como practicista de la Ciencia Cristiana y diez años después como maestro de esta Ciencia.

Bill, cuéntenos primero qué lo trajo a Topeka, Kansas.

A mi esposa, Jean, y a mí nos encantaba vivir en Missouri, donde estuvimos ocho años, después de graduarme en la Universidad de Oklahoma. Pero yo tenía muchas ganas de mudarme a Topeka y cumplir con el deseo de toda la vida de entrar en la práctica pública de la Ciencia Cristiana para poder ayudar a otras personas. Casi desde el principio, los dos nos sentimos muy a gusto en Topeka. Yo puse mi oficina de practicista en el distrito comercial de la ciudad, y me sentí cómodo desde que empecé. Nunca lamenté la decisión de mudarnos aquí.

¿Cómo comenzó a estudiar esta Ciencia?

Mi abuela materna era practicista de la Ciencia Cristiana. Cuando ella falleció, mi familia dejó de estudiar esta Ciencia. De Pequeño, estaba casi siempre enfermo y a menudo estaba bajo el cuidado de los médicos. Justo antes de comenzar la escuela primaria enfermé gravemente y, mientras esperábamos a que llegara el médico, mi madre salió de la habitación por unos minutos, tomó el libro Ciencia y Salud de mi abuela, y me lo entregó diciéndome: “Toma, lee esto. No te va a hacer daño”. El libro estaba abierto en la página 578, donde Mary Baker Eddy inserta la palabra “amor” en el Salmo 23 para ilustrar “la luz que la Ciencia Cristiana proyecta sobre las Escrituras, al sustituir el concepto corpóreo con el concepto incorpóreo o espiritual respecto a la Deidad”.

Después de leer la línea “el [Amor divino] es mi pastor”, me quedé dormido. Cuando desperté, el doctor me estaba examinando. Se volvió hacia mi madre y le dijo: “Este niño no tiene absolutamente nada malo. Déle algo de comer y que salga a jugar”. Y eso fue lo que hice. Me levanté de la cama, comí y salí a jugar.

Mi papá falleció repentinamente cuando yo tenía 11 años Estando en la escuela, nuevamente me sentí mal y perdí el sentido, entonces me llevaron a casa. Recuerdo que cuando recuperé el conocimiento escuché a mi madre leyéndome de Ciencia y Salud. Luego, cuando el médico me examinó le preguntó a mi madre si había estado orando, y ella respondió afirmativamente. Entonces él le dijo: “Usted hizo más en las dos últimas horas que lo que yo habría podido hacer en varias semanas. ¿Por qué no sigue orando?”

Recuerdo que después, mi madre me dio el libro Ciencia y Salud, y yo empecé a leer y a orar. Eso fue un jueves, el lunes regresé a la escuela totalmente recuperado. Al poco tiempo, nos mudamos a un pueblo donde había una iglesia de la Ciencia Cristiana, y empecé a asistir a la Escuela Dominical. Al principio no entendía por qué había que aprender acerca de la relación entre Dios y el hombre para que se produjera la curación. Pero me encantaba lo que estaba leyendo. Aun desde niño, yo era muy receptivo y todo empezó a tener lógica para mí.

Cuando tenía 16 años, mi hermana mayor me regaló una enciclopedia religiosa de siete tomos, y me dijo: “Después que hayas leído cada palabra de esto y lo hayas discutido conmigo, podrás afiliarte a cualquier iglesia que quieras”. Al leer aquellos libros, llegué a tener mucho respeto por todas las religiones, no obstante, esa lectura fortaleció mi decisión de ser miembro de una iglesia de la Ciencia Cristiana.

El amor es el antídoto contra el odio y la frustración.

Usted comentó que su deseo de servir a los demás lo llevó a dedicarse a la práctica sanadora. ¿Podría comentar qué significa eso para usted?

Para mí, servir significa estar dispuesto a enfrentar los problemas del mundo y traer curación y consuelo a los que sufren. Significa seguir la directiva de Cristo Jesús: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”. Marcos 16:15. Yo siempre había tomado literalmente la declaración que Jesús hace en Lucas: “Yo estoy entre vosotros como aquel que sirve”, Lucas 22:27. y he tratado seguir a Jesús, de predicar, sanar, de ir al mundo como un ayudante. Creo firmemente que mi deseo de servir es lo que me trajo a la práctica pública de la Ciencia Cristiana.

¿Qué aspira lograr cuando alguien le pide ayuda?

Siento que realmente he logrado algo cuando ayudo a una persona a despertar del sueño de vida en la materia. Cuando contribuyo a que la gente deje de ver esa maraña de aflicciones, esa sugestión hipnótica que trata de convencerlos de que están sujetos a leyes materiales. La parte más importante de mi trabajo es ayudar a la gente a tener una vislumbre de su propia naturaleza espiritual, para que puedan dar un paso más hacia su propia ascensión, fuera de las creencias materiales. Sigo sabiendo que toda curación es simplemente un recordatorio del poder sublime del Cristo, y al sanar tenemos que estar dispuestos a hacer que la verdad prevalezca sobre la pobreza, la animalidad y la inmoralidad que rodean al mundo.

Es necesario avanzar constantemente más allá del sentido limitado del mundo. Mary Baker Eddy estuvo orando por África a fines de 1800 y principios del 1900. No lo habría hecho si no hubiera percibido la necesidad de orar por ese continente. Nosotros tenemos que estar tan alertas y conscientes como ella lo estaba. Si la aceptamos como nuestra Guía, entonces tenemos que ser más universales en la manera que encaramos la Ciencia Cristiana, e ir más allá de todo sentido limitado acerca de nosotros.

¿De manera que la parte más importante de la curación es tomar conciencia del poder de Dios?

Debemos tomar conciencia de la naturaleza real, tanto de nosotros mismos como de los demás. Ver al hombre perfecto no se limita a aquellos que nos llaman para pedirnos ayuda, tenemos que extender nuestro punto de vista acerca del hombre perfecto para incluir a todos los hombres, mujeres y niños.

Al orar por el mundo, ¿ha pensado en el terrorismo?

Para la raza humana es natural reaccionar y cuando a uno lo golpean, devolver el golpe. Este pegar y devolver el golpe se transforma en un círculo interminable de asesinar y ser asesinado, de lesionar y ser lesionado, de lastimar y ser lastimado. No obstante, la solución para todo tipo de violencia es el amor. Lo que más necesitan, tanto el terrorista como las víctimas del terror, es amor. El amor no sólo es el libertador, sino también el antídoto contra el odio y la frustración.

El odio nunca es la solución. El amor es la manera de reaccionar ante el terror y el terrorista. El amor es siempre la solución a todo lo que enfrentamos.

¿Cómo hace para expresar amor día tras dia?

Siempre que surge la sugestión de odio o temor —cuando leo el diario o escucho las noticias mundiales— decido no creer en absoluto que esos cuadros falsos sean ciertos acerca del hombre de Dios. Me niego a aceptar esa mentira. Paso mucho tiempo tratando de comprender más acerca del sentido universal del amor. Un amor que no divide a la gente, sino que incluye a todos. Mary Baker Eddy dice que el Amor es “imparcial y universal”.Ciencia y Salud, pág. 13. Yo oro para comprender la naturaleza del amor de Dios por el hombre, que todo lo incluye. Si Dios puede amar a Su creación, el hombre, entonces yo puedo amar al hombre; y nos podemos amar los unos a los otros.

¿Qué consejo le daría a alguien que está pensando entrar en la práctica pública de la curación en la Ciencia Cristiana?

Es necesario estar dispuesto a hincarse ante el altar del Amor divino y sacrificar el sentido falso de uno mismo, un sentido mortal basado en la materia, no sólo acerca de uno mismo, sino de toda la humanidad.

Las personas que deciden dedicarse totalmente a la práctica están dispuestas no sólo a seguir los pasos de Jesús, sino también los de Mary Baker Eddy. Cristo Jesús sanó al enfermo, reformó al pecador y resucitó a los muertos, pero no dejó ninguna regla sobre cómo lograr estas maravillas del Amor divino. Mary Baker Eddy, siguiendo el ejemplo del Maestro, logró todo eso, y escribió un libro que instruye cómo poner en práctica su descubrimiento, la Ciencia Cristiana. Un practicista debe dedicar toda su energía a comprender y practicar lo que Cristo Jesús demostró y Mary Baker Eddy descubrió.

¿Cómo se puede superar el temor de que uno no va a poder vivir con lo que obtiene de la práctica?

Bueno, usemos esta analogía: A mí me gusta nadar. Y cuando uno salta al agua se hunde, pero después naturalmente vuelve a la superficie. Y eso es exactamente lo que ocurre con la práctica. Si uno salta y está realmente preparado para sumergirse y trabajar, saldrá directamente a la superficie. En Mensaje a La Iglesia Madre para 1901, la Sra. Eddy escribió: “...podéis estar seguros de que nunca dejaréis de contar con el brazo extendido de Dios mientras estéis a Su servicio”.Mensaje a La Iglesia Madre para 1901, pág. 1.

Dios es la fuente de todo el bien y no está influenciado por la bolsa de valores.

Yo no siento que tenga que sostenerme con la práctica. Sé que es Dios quien sostiene, apoya y mantiene a cada una de Sus ideas, y que el hombre, la idea de Dios, siempre ha incluido e incluirá abundancia natural e ilimitada. Como Mary Baker Eddy lo demostró en su vida, Dios nos da Sus ideas y estas ideas nos dan nuestro pan de cada día, nuestro diario suministro de salud, riqueza, inspiración, vida, inteligencia, todo lo que necesitamos. Véase Escritos Misceláneos 1883-1896, pág. 307.

A mí me gusta pensar que la comprensión que nos trae abundancia y responde a las necesidades humanas que tenemos a diario, proviene de la revelación de que ya tenemos todo lo que podemos necesitar. Se trata simplemente de tomar consciencia de este hecho. En el Evangelio según Mateo, Cristo Jesús relata la parábola de un hombre que tenía una viña y salió temprano por la mañana y ofreció un denario a quienes estaban en la plaza desocupados, si trabajaban para él. Este hombre fue a la plaza varias veces durante el día, hasta casi el atardecer, y contrató a otros trabajadores, diciendo que les pagaría con justicia. Al término del día, le dijo a su sirviente que le pagara a cada uno un denario. Aquellos que habían comenzado a trabajar temprano pensaron que recibirían más que aquellos que fueron contratados más tarde, y criticaron la decisión de pagar a todos la misma cantidad sin tener en cuenta el tiempo que habían trabajado. Véase Mateo 20:1-16.

Si ésta fuera una parábola basada puramente en la economía, yo estaría de acuerdo con los que se quejaron, pero es mucho más. Habla del lugar o posición que tiene cada persona en el tiempo y la eternidad. Veámoslo de esta forma: Cuando uno toma consciencia de la realidad espiritual, está en el punto de la perfección, es uno con Dios. En ese momento infinito sólo hay perfección infinita. La alegría, la belleza, la armonía y la misericordia fluyen libremente de Dios al hombre, sin interrupción ni nada que las detenga.

Nuestra provisión no depende de nuestras cuentas de cheques o de ahorros, fondos de jubilación, herencias ni inversiones, ni tampoco está condicionada ni limitada por ellos. A veces nuestra provisión proviene de fuentes totalmente inesperadas, tal como la historia de la Biblia que cuenta de la moneda que encontraron en la boca del pez, Véase Mateo 17:24–27. y otras veces, de parte del asesor de inversiones. Pero cualquiera sea la provisión que recibimos, su origen siempre es nuestro Padre-Madre Dios, que nos ama y cuida de nosotros. Él es la fuente de todo el bien y no está influenciado por la bolsa de valores, las decisiones gubernamentales sobre políticas monetarias, la luna, ni las mareas. Dios no se puede agotar, desgastar ni empobrecer. Por ende, tampoco podemos nosotros.

¿Cómo ayuda usted a las personas que se sienten desalentadas y desesperadas?

Muchos Científicos Cristianos sienten que el mundo ha cambiado demasiado. Piensan que ya no se producen curaciones como las que había en el pasado, así que, ¿para qué siquiera intentarlo? Este desaliento es como decir que el mal es real.

Al enfrentar este pensamiento, debemos, ante todo, desafiar la supuesta realidad de la materia. La Sra. Eddy dijo: “No hay vida, verdad, inteligencia ni sustancia en la materia”.Ciencia y Salud, pág. 468. Con esto ella elimina toda base que pueda producir desaliento, frustración, depresión, temor, suicidio, es decir, todo tipo de mal.

El desaliento es la creencia de que la vida es un callejón sin salida, y cuando aprendemos que la vida mortal no tiene realidad y, por ende, no puede hacer leyes para el hombre, recobramos la esperanza. La frustración es producida por la creencia de que la existencia humana no es constante, sino incierta e inestable. Cuando descubrimos que la vida mortal no es una entidad inteligente y que Dios es invariable y podemos confiar en Él, encontramos satisfacción y paz. La depresión es la creencia de que la vida mortal está compuesta por una cosa mala tras otra. Cuando llegamos a comprender que la vida mortal no puede imponer condiciones al hombre, percibimos la naturaleza verdadera del hombre. El temor es la creencia de que la vida es material y está sujeta a la muerte y a todas las llamadas leyes de la materia. Cuando aprendemos que la vida espiritual es lo real y la muerte es irreal, podemos avanzar sin temor.

Hoy en dia, parece que muchas iglesias, no sólo las de la Ciencia Cristiana, están pasando por dificultades. ¿Qué piensa al respecto?

La verdad es que no sólo las iglesias, sino la mayoría de las organizaciones están luchando para sobrevivir. Pasó la época en que las personas recurrían unas a otras en busca de apoyo y ayuda. En el pasado, los clubes, iglesias y organizaciones sociales y fraternales florecieron mucho. Pero hoy en día, las personas pueden actuar e interactuar con los demás, brindar y recibir apoyo, sin siquiera apartarse del teclado de su computadora. Muchos piensan que las organizaciones que dependían de la presencia física de la gente para poder funcionar, son cosa del pasado.

¿Cuál es la solución? Algunas organizaciones, en especial las iglesias, celebran servicios religiosos más informales. Otras usan el Internet para comunicarse con un público invisible. Mientras que otras, se están esforzando por dar a conocer y comunicar su vancia dentro de una sociedad cambiante. Las organizaciones que tienen éxito en conservar su público, a veces se concentran en un solo tema. Pero las que tienen mucho éxito, están logrando traer un toque sanador a la gran variedad de problemas sociales.

Sin embargo, a pesar de que las épocas están cambiando, la Ciencia Cristiana es más importante que nunca. Necesitamos ir más allá de medir nuestro éxito con números. Una iglesia tiene éxito cuando sus miembros van por el mundo con el profundo deseo de sanar, y verdaderamente sanan.

Mary Baker Eddy escribió para todas las épocas, todos los pueblos, todas las ocasiones. Su descubrimiento, la Ciencia del Cristo, continúa hablando al oído que escucha y al corazón receptivo. La solución para los males que infestan la sociedad —como son la pobreza, el terrorismo, el hambre, la esclavitud, la enfermedad rampante— se encuentra en sus inspirados escritos. En Ciencia y Salud ella declaró que la raíz de todos los problemas es la creencia de que la vida, la verdad y la inteligencia están en la materia. Y luego probó la irrealidad de la materia y la realidad del Espíritu.

¿Qué puede decir de una iglesia filial que se está esforzando por seguir adelante?

Permítame darle un ejemplo. Aquí en Topeka hay una casa sobre una colina. En la época en que las carretas pasaban por esta región rumbo a Seattle y California, la dueña de esa casa mantenía una vela encendida en la ventana todas las noches. Si algúm viajero pasaba buscando un lugar donde quedarse, podía ver la luz y detenerse allí para conseguir agua y provisiones.

Pienso que eso mismo es cada iglesia filial: un faro en la oscuridad. Nosotros somos esa luz en la ventana para los viajeros, para los fatigados peregrinos, para quienes buscan la Verdad. Véase Ciencia y Salud, pág. 570. Nuestras iglesias no se formaron pensando en cantidades, sino en la vida de aquellos que fueron sanados y ayudados por la Ciencia Cristiana. Esta es la Iglesia que la Sra. Eddy describió como la Iglesia “destinada a ser edificada sobre la Roca, el Cristo; o sea, la comprensión y demostración de la Verdad, la Vida y el Amor divinos, sanando y salvando al mundo del pecado y de la muerte; para así reflejar, en cierto grado, la Iglesia Universal y Triunfante”.Manual de La Iglesia Madre, pág. 19. Y no va a desaparecer jamás.

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