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Inspiración para un sanador

Del número de mayo de 2007 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Una mañana, muy temprano, algo me despertó. Sentí como si Dios me estuviera diciendo que tomara lápiz y papel y comenzara a escribir. Al principio me sentí renuente a hacerlo, pero luego obedecí. A continuación presento la inspiración que recibí sobre mi labor como practicista de la Ciencia Cristiana.

Yo soy Dios, y nunca creé la materia; la materia no existe. Así que deja de tratar de sanar la materia.

Ni tu paciente ni tú, como practicista, pueden ser hipnotizados para creer que existe un verdadero problema, puesto que Yo jamás creé un problema. No hay problema que sanar, tan solo un concepto incorrecto (falso). Conoce mejor quién soy Yo. Conoce la verdad de lo que he creado. Ésta es la realidad en que se funda el trabajo que realizas.

No puede haber resistencia alguna al reconocimiento de lo que he creado porque ni tú ni tu paciente pueden pensar en sí mismos, ni por sí mismos. Como practicista, no pienses que tienes que lograr que el paciente sepa algo, porque Yo lo sé Todo.

Como practicista no dudes ni cuestiones la obra sanadora. La Ciencia Cristiana nunca falla. El Principio está detrás de todo el trabajo para el paciente/practicista.

"Yo soy Dios, y no hay más". Isaías 45:22. Yo hice todas las cosas reales y completas. No trates de comprender lo que no es, ¡sabe tú lo que es! El poder de la oración es tener la certeza de lo que es. Lo que no es de Mi creación nunca fue creado; por lo tanto, nunca puede estar en el pensamiento porque Yo soy Mente. Esta verdad es absoluta, y no conozco otra. Yo nunca creé lo material. No existe ninguna condición material.

Mary Baker Eddy le dio relevancia a este hecho, y la única forma de explicar satisfactoriamente su obra es siguiendo al Cristo. Es el Cristo el que viene a ti para que sepas cómo sanar. El Cristo está con cada hijo de Dios. Este Cristo se manifiesta en el pensamiento y habla la verdad tanto al paciente como al practicista. Sólo hay un único Dios, una creación, un solo Creador, una Mente, un Principio. El paciente no puede morar en la ignorancia, no puede tener dolor, no puede ser diagnosticado, no puede sufrir, no puede fracasar y no puede morir.

Una ley está actuando y es Mi ley. No existe un proceso mental en la labor de la curación por la Mente. Sólo existe una realidad: Dios. Comienza con Dios y termina con Dios. No hay nada más.

Sólo Yo hago todo lo que es. Sólo Yo soy el poder en tu obra sanadora. Yo he creado y la manifestación de lo que Yo creé tiene que ser.

La labor de sanar mediante la oración está en el Espíritu, no en la materia. El paciente y el practicista le prestan demasiada atención a la materia. Ni el paciente ni el practicista originan la comunicación; sólo Yo me comunico con ambos.

Sólo escucha Mi Palabra. Permanece en el único reino, el cual es Mío. No trates de convencer al paciente de la verdad, porque entonces estás aceptando la discordia de la que habla el paciente. No eres tú ni el paciente los que saben, sino Yo. Yo soy el Sanador, y "YO SOY EL QUE SOY". Éxodo 3:14. Por lo tanto, la curación está en saber lo que es. No tengas miedo. Sabe tú quién soy Yo, qué soy Yo, dónde estoy Yo. No hurgues en lo que nunca creé. No aceptes aquello sobre lo que no sé nada. No trates de deducir el por qué. No trates de analizar. No permitas que tus pacientes crean que son creadores o los instrumentos de otro creador aparte de Mí. Yo soy el único, y he creado sólo UNO. Por lo tanto, no hay otro. No es necesario que pase tiempo para percibir esta verdad.

Como practicista recurre a Mí. Conóceme a Mí. Como practicista, tu labor de oración es completa, porque está basada en la única creación. El Consolador está presente. Permanece en Mí. No permitas que nada excepto Yo esté presente en tu pensamiento, porque no hay otro pensamiento más que Yo. Yo soy la Mente que te piensa a ti, que piensa al paciente, que piensa el universo. No creas ni aceptes otro pensamiento. Como practicista, tu trabajo sólo está basado en Mí.

Yo estoy presente. Yo soy poder. Yo he hecho todas las cosas perfectas. No hay nada desemejante a lo que Yo he creado. No hay sustituto alguno. No hay nada que justifique el sueño de vida en la materia. Sólo existe lo que Yo he hecho, y tú sólo me conoces a MÍ como Yo soy.

Tu labor sanadora es completa. No aceptes ninguna mentira que diga lo contrario, porque no viene de Mí.

"Todo está bien". Mary Peters, Himnario de la Ciencia Cristiana N° 350. Sólo Yo soy TODO. Acepta lo que he comunicado. Acepta que todo es perfecto. Tú sabes sólo lo que Yo sé.

Huelga decir que esta inspiración verdaderamente me ayudó a tomar conciencia una vez más y con toda humildad del hecho de que ¡Dios es TODO! Yo no puedo sentirme personalmente responsable de haber sanado a quienes me llaman para pedir ayuda. Me hizo comprender que la revelación final de esta Ciencia divina es el fundamento sobre el cual se realiza la obra sanadora. Sentí gratitud por saber que debo trabajar partiendo del hecho de que la Ciencia Cristiana es la revelación final de la verdad, y que mi labor puede apoyarse con seguridad en el conocimiento de que cada tratamiento en la Ciencia Cristiana es eficaz. Nuestra oración no puede ser revertida. Nuestra obra sanadora no está tendiendo a desaparecer. Nuestras curaciones no son largas y tediosas. Nuestra labor es el cumplimiento de la profecía, de manera que todos puedan ser testigos de la promesa de la revelación final de la Verdad.

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