Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

LEY DIVINA: Poderosa como ninguna

Del número de marzo de 2008 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


¡LEY! La palabra misma incluye el poder de la Ciencia divina. La Ciencia Cristiana es la ley espiritual hecha práctica en la vida. Comprende la fortaleza divina e irresistible. La ley espiritual está respaldada por la autoridad infinita de Dios, y es poderosa como ninguna. Mary Baker Eddy afirma: "La ley de Dios se resume en tres palabras: 'Yo soy Todo'; y esta ley perfecta siempre está presente para rechazar cualquier pretensión de otra ley". No y Sí, pág. 30. Esta es una declaración muy breve y sustancial de la ley, de sus capacidades, de lo que es y lo que hace.

No estamos controlados por la materia, las limitaciones ni la parcialidad.

La ley eterna trasciende toda oposición de la materia, ya sea que esta oposición provenga de la ley física, la ley eclesiástica, la ley médica, la ley mortal, la ley económica, o cualquier otro tipo de ley. Y siempre podemos tener la certeza de que la ley omnipotente del bien, de todo el bien, está siempre con nosotros.

Hace muchos años que soy practicista de la Ciencia Cristiana y conozco muy bien los variados y numerosos problemas que enfrenta la gente. Entradas económicas insuficientes, mala salud, desafíos en los negocios, desacuerdos, incluso problemas en las iglesias. No obstante, siempre podemos preguntarnos ¿Acaso está permitido este tipo de cosas bajo la ley espiritual, bajo la ley del Amor? Si la respuesta es no, hemos dado un gran paso hacia la curación y la resolución de los problemas.

Cualquiera sea el problema y la forma que asuma, la Verdad científica que conocemos con todo nuestro corazón es la única ley que gobierna dicha condición, la ley que anula todo aquello que no es correcto. No enfrentamos superficialmente las creencias humanas o teorías religiosas, con los dedos cruzados, esperando que todo salga bien. Por el contrario, aplicamos la ley inmutable. Ciencia y Salud afirma: "La enfermedad, el pecado y la muerte no son concomitantes de la Vida o la Verdad. Ninguna ley los sostiene". Ciencia y Salud, pág. 196.

La ley y el amor son inseparables. El Amor y el Principio —sinónimos de Dios— son uno. En realidad, nunca existió una ley parcial, injusta o insensible. Como tampoco una ley que sea indiferente, carente de amor o temporal. Para que toda ley sea verdadera, debe ser eterna y defenderse a sí misma —debe ser benevolente. Lo que bendice a uno, bendice a todos universalmente. No se trata tan solo de un punto de vista sentimental. Está respaldado por la autoridad divina e impersonal, por Dios. De hecho, es un aspecto de la omnipresencia.

¿Qué podemos decir de nuestra habitual resistencia a la ley divina? ¿De nuestra renuencia a obedecer?

Eso es pura obstinación de nuestra parte. ¡Es arrogancia y consciencia mortal en acción! La ley espiritual y auténtica es irresistible por toda la eternidad. En la realidad absoluta dicha ley nunca ha sido rechazada ni puesta en duda; nunca podría serlo. Esto se debe a que no existe una mente mortal que pueda cuestionar, rechazar ni poner en duda la ley de Dios, porque la consciencia divina es Todo.

¿Y qué podemos decir de nuestra oración diaria? ¿Acaso no es cuestión de ponernos conscientemente bajo la ley divina y mantenernos allí con toda la firmeza que sea posible? En realidad, no hay lugar más seguro ni próspero en el que podamos estar. Someta su vida a la ley de la abundancia infinita, la ley del Amor invariable. Tome conciencia, tanto como pueda, de que esa ley lo está gobernando a usted y a todo el mundo a cada instante. Asimismo mantenga firmemente en su pensamiento que no estamos controlados por la materia o la limitación, la restricción, la injusticia o la parcialidad. En realidad, estamos regidos por las leyes del Principio divino, el gobierno del Amor.

Es muy valioso invertir el tiempo en hacer esto, porque cuando comienza el día parecemos estar rodeados de comentarios negativos e ilusorios, ya sea por el físico, la escasez y el conflicto, es decir, por los argumentos que se oponen a la verdad de la Ciencia divina. ¿Qué se puede hacer al respecto? Mantener bien claro en el pensamiento durante todo el día que la ley del Amor está siempre operando, en todas partes. Ésta es la sustancia de la experiencia que Dios nos ha dado.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / marzo de 2008

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.