En noviembre de 2008 se celebra el centenario del establecimiento de la enfermería de la Ciencia Cristiana como parte de las actividades sanadoras de la Iglesia. El Manual de La Iglesia Madre por Mary Baker Eddy establece: "Enfermeros de la Ciencia Cristiana. Sección 31. Un miembro de La Iglesia Madre que se acredite como enfermero o enfermera de la Ciencia Cristiana, deberá tener un conocimiento demostrable de la práctica de la Ciencia Cristiana, comprender a fondo la sabiduría práctica necesaria respecto al cuarto de un enfermo, y que pueda cuidar bien del enfermo. Los nombres de tales personas pueden publicarse en The Christian Science Journal según las reglas establecidas por los editores".Manual, pág. 49.
enfermera de Ciencia Cristiana, hace casi tes décadas que se anuncia en el Christian Science Journal, y aquí comparte con los lectores de nuestras publicaciones periódicas algunas ideas sobre la enfermería de la Ciencia Cristiana. En la actualidad, Eva es gerente de alto rango de La Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana, y supervisa los anuncios de las iglesias, sociedades, practicistas, maestros y enfermeros, de todo el mundo, en el Journal.
¿Por qué es importante que haya un estatuto en el Manual para los enfermeros de la Ciencia Cristiana?
Es de suma importancia porque establece la enfermería como parte de la revelación divina, universal y eterna que Mary Baker Eddy tuvo de la Ciencia Cristiana. La enfermería de la Ciencia Cristiana refleja la presencia del cuidado esmerado que Dios brinda a toda la humanidad. Para mí este estatuto es como un pacto entre Dios y Su amada creación. La Sra. Eddy presentó una evidencia tangible de esa promesa del cuidado de Dios dentro del marco inspirado de ese estatuto—para que sea cumplido por hombres y mujeres miembros de La Iglesia Madre—a través de su preparación espiritual, obediencia ética, sano juicio y habilidad práctica.
¿Qué hace que un enfermero de la Ciencia Cristiana sea una ayuda tan única para quien está enfermo o lesionado?
Los enfermeros de la Ciencia Cristiana son principalmente y ante todo, valientes pensadores espirituales. Tienen la completa seguridad de que van a ver al paciente desde una base espiritual, como el hombre de la creación de Dios, aunque la evidencia física que tienen ante sus ojos diga todo lo contrario.
En una ocasión, un médico comentó que al despertar en una cama de hospital después de un accidente automovilístico, escuchó que dos enfermeras que estaban afuera de su puerta en el pasillo se referían a él como "el cuadripléjico de la 204". Él se sintió devastado. "Me sentí despojado de todo valor; de repente dejé de ser un médico, esposo, padre, para ser el cuadripléjico de la sala 204". Él relató esto con el propósito de exhortar al personal médico a no reducir al paciente a una mera condición física. Mi propósito al mencionarlo es centrar la atención en la misión más importante que tiene el enfermero de la Ciencia Cristiana, es decir: ser testigo de la identidad espiritual innata de cada paciente. Esta manera de ver al paciente beneficia considerablemente el ambiente que lo rodea.
A su parecer, ¿qué es lo que más se presta a malentendidos en cuanto al trabajo del enfermero de la Ciencia Cristiana?
Que básicamente consiste en un cuidado superficial que brindan damas bondadosas de la iglesia. Cuando, en realidad, la enfermería de la Ciencia Cristiana exige diligente y sincera dedicación para tomar las decisiones y poner en práctica las habilidades que se requieran para responder, de una forma consciente y adecuada, a una gran variedad de necesidades prácticas. No obstante, la exigencia primordial, que es la parte esencial del estatuto de los enfermeros, es que la Ciencia divina esté presente en el pensamiento y acción del enfermero. Los enfermeros de la Ciencia Cristiana están dedicados a aplicar la norma de atención más elevada. Estos hombres y mujeres devotos podrían tener éxito en otras profesiones, sin embargo, decidieron formar parte de un sereno—aunque poderoso—grupo de sanadores. Este centenario nos da la oportunidad de rendir honor a su contribución al reflejar "...en cierto grado, la Iglesia Universal y Triunfante".ibíd., 19.
La gratitud es como un cohete propulsor para la curación.
¿Le gustaría compartir algunas ideas específicas que en sus muchos años como enfermera haya sentido que tienen un impacto directo en la curación?
Con mucho gusto. Estas ideas realmente son las que más se han destacado en mi experiencia:
• Pedir "ayuda" inmediatamente.Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy afirma: "Si los estudiantes no se sanan prontamente por sí solos, no debieran demorar en acudir a un Científico Cristiano experimentado para que les ayude. Si no se sienten inclinados a hacerlo en beneficio propio, les basta saber que el error no puede producir esa renuencia contranatural".Ciencia y Salud, pág. 420. Así que, no permitan que los argumentos humanos los hagan dudar en llamar a un Científico Cristiano experimentado que sea practicista. Y si no se pueden cuidar a ustedes mismos de una forma práctica, llamen también a un Científico Cristiano experimentado que sea enfermero, o recurran a los servicios de un sanatorio de la Ciencia Cristiana con su numeroso personal de Científicos Cristianos experimentados.
• Prestar atención al pensamiento—cuanto antes, mejor. No busquen señales en el cuerpo para determinar si la condición mejora o empeora. La mente mortal nos mantiene concentrados en lo que los sentidos físicos están proyectando, midiendo si hay progreso o no con un reloj o un calendario. Ésta es una distracción dañina. Siempre es el pensamiento el que debe elevarse y alinearse espiritualmente.
• Estar dispuestos a cambiar es fundamental. Esta disposición abre la puerta de la consciencia para que el tratamiento por medio de la oración se lleve a cabo. La Sra. Eddy especificó claramente en Ciencia y Salud qué se espera del tratamiento: "El efecto de esta Ciencia es incitar a la mente humana a un cambio de base, sobre la cual pueda dar lugar a la armonía de la Mente divina".ibíd., pág. 162. Esta disposición de cambiar exige lo que es, tal vez, más intolerable para los sentidos materiales: estar dispuestos a ser sacudidos por las verdades espirituales. Es dejar de lado las influencias terrenales—el sentido personal de nosotros mismos—y aceptar nuestra verdadera identidad espiritual. La luz sanadora y brillante de la Ciencia divina, el Cristo, es la que redime y sana vidas.
• Hay que hacer una sola pregunta. Tener curiosidad o pensar una y otra vez en la causa que provocó la condición física, es una pérdida de tiempo. La mente mortal nos tienta a que preguntemos el "por qué" de la enfermedad; pero no se puede esperar respuesta alguna porque el problema no es más real que un espejismo. Uno puede quedarse para siempre tratando de explicar o creer que un espejismo es real, pero nunca dejará de ser más que una ilusión. De modo que al insistir en especular acerca de la condición humana, uno se enreda en una enreda en una charlatanería mental de imágenes insustanciales. El Apóstol Pablo nos da una clara indicación de cómo lidiar con la tentación de especular cuando nos aconseja derribar argumentos y llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.Véase 2 Cor. 10:5. La única pregunta pertinente que vale la pena hacer es: ¿Estoy sabiendo lo que Dios sabe acerca de mí?
• La gratitud es como un cohete propulsor para la curación. La gratitud es como una fuerza poderosa que anula la influencia hipnótica de todo tipo de creencias. Aunque a veces, cuando se está enfermo o angustiado, puede que sea difícil siquiera pensar en estar agradecido, la gratitud constante y sincera es una forma eficaz de reconocer la presencia y el poder bondadosos de Dios allí mismo donde uno está.
• La persistencia es como un martinete. Ser persistente y aferrarse firmemente a lo que uno sabe que es la verdad acerca de nuestro ser espiritual, es como un martinete que golpea hasta que desintegra lo que la mente mortal trata de imponer como impenetrable e inamovible. Tener una confianza tenaz, resuelta, firme y sólida en Dios, es una herramienta poderosa que traspasa toda pretensión del error.
En ocasiones, puede que algunos pacientes piensen que el tratamiento y la oración en la Ciencia Cristiana no bastan; que recurrir a la ayuda médica es realmente hacer algo. ¿Qué piensa usted?
Ciertamente puede que se presente la tentación de creer que buscar atención médica es hacer algo y que recurrir a la oración significa no hacer nada. Es necesario percibir de inmediato que esta tentación es una imposición impersonal, provocada por la creencia que tiene la mayor parte del mundo de que la atención médica es la única forma de cuidar nuestra salud. Pero, pensemos por un momento en el arsenal de apoyo que la Sra. Eddy dejó para cuando recurrimos a Dios en oración.
• "Dios es nuestro Padre y nuestra Madre, nuestro Ministro y el gran Médico..." Escritos Misceláneos 1883-1896, pág. 151.
• "La Ciencia Cristiana siempre es el cirujano más hábil..."Ciencia y Salud, pág. 402.
• "La Verdad es el remedio de Dios para toda clase de error..."ibid., págs. 142-143.
• "La medicina del Científico Cristiano es la Mente, la Verdad divina que hace libre al hombre..."ibid., pág. 453.
• "Tratamos al error comprendiendo la Verdad, porque la Verdad es el antídoto del error..."ibíd., pág. 346.
Es importante no dejarse engañar por las imágenes de la condición física.
Estos pocos pasajes demuestran que tenemos acceso inmediato al mejor médico, cirujano, remedio, medicina y antídoto. Y esto no es todo. Gracias al Manual también tenemos practicistas de la Ciencia Cristiana y enfermeros de la Ciencia Cristiana, hombres y mujeres experimentados que representan los ministerios sanadores de la Iglesia de Cristo, Científico, a quienes podemos recurrir. Además, tenemos los mensajes sagrados de la Biblia y de Ciencia y Salud, las Lecciones Bíblicas Semanales, las revistas de la Ciencia Cristiana y, por supuesto, los servicios religiosos—todos ellos apoyan la habilidad que tenemos para vencer cualquier barrera material. Finalmente, en Escritos Misceláneos se nos recuerda: "Quienquiera que entienda el poder del Espíritu, no duda del poder de Dios—o sea, del poder de la Verdad—para sanar mediante la Ciencia divina, poder que supera todo otro medio y método humanos".Escritos Misceláneos, pág. 52.
¿Qué puede decirnos de los sanatorios de la Ciencia Cristiana? Los mismos no son administrados por La Iglesia Madre. ¿Son realmente necesarios cuando la mayoria de la gente preferiría ser atendida en su propio hogar?
Yo he estado muy agradecida y he sido bendecida por ambos. Es una decisión individual si se ha de tener a un enfermero en casa o si se ha de ir a un sanatorio. Uno de los mayores argumentos en contra de los sanatorios de la Ciencia Cristiana es que se dice que es un lugar donde la gente va a morir, no a sanarse. Esta inferencia maliciosa debe rechazarse por completo. En los sanatorios de la Ciencia Cristiana se tiene la expectativa de que habrá curaciones y éstas se producen constantemente, por más graves que sean las circunstancias. Estos lugares son verdaderos baluartes consagrados a apoyar al paciente. Si se necesita la atención de un enfermero, es bueno vigilar que no seamos tentados por la negligencia a posponer la búsqueda de un lugar de refugio donde "el metal noble que hay en el carácter" se pueda desarrollar, mientras que "el hierro en la naturaleza humana se oxida y desaparece..."La Primera Iglesia de Cristo, Científico, y Miscelánea, pág. 4.
¿Cuál es la parte más difícil de ser un enfermero de la Ciencia Cristiana y cuál es la mejor?
Lo más difícil es no dejarse engañar por las imágenes de la condición física que se tiene ante la vista. Los enfermeros de la Ciencia Cristiana se ven frente a condiciones corporales que la mayoría de la gente nunca llega a ver, y algunos de estos "cuadros" tratan de causar una gran impresión en el pensamiento de los enfermeros. Intentar borrar estas imágenes simplemente con buenos pensamientos o pura fuerza de voluntad, no sirve de nada. Es necesario estudiar la Ciencia Cristiana en profundidad y con constancia, además de orar, para no dejarse impresionar por el gran circo del magnetismo animal. Los enfermeros de la Ciencia Cristiana tienen que demostrar persistentemente valor moral y aplomo espiritual para enfrentar y rechazar los viciosos cuadros del error, y al mismo tiempo tener la certeza de que la curación se producirá muy pronto.
Respecto a la mejor parte de ser un enfermero, ¡hay tanto que decir! Tal vez para mí sea la bendición de aprender algo nuevo acerca de Dios en cada caso que atiendo. Esto me ayuda a reconocer más rápidamente Su dirección, a concentrarme mejor y a tener un enfoque renovador en mi trabajo de enfermera. Es maravilloso saber que, si bien como enfermera de la Ciencia Cristiana no interfiero con la actividad del practicista—cuya labor es la de dar tratamiento específico al paciente—mi oración es importante. Mantener el pensamiento espiritual elevado contribuye en gran manera a la atmósfera de la curación. Tal como señala la Sra. Eddy: "El poder espiritual de un pensamiento correcto y científico, sin un esfuerzo directo, un argumento oral o aun mental, a menudo ha curado enfermedades inveteradas".Rudimentos de la Ciencia Divina, pág. 9.
Los enfermeros de la Ciencia Cristiana pueden dar prueba de que la perspectiva espiritual que se obtiene a través de la oración, aunque no es un tratamiento específico en la Ciencia Cristiana, puede muy bien destruir el pecado, la enfermedad e incluso la muerte. Y ésa es otra de las "mejores" partes de esta labor: ver cómo las leyes de Dios en acción, que se manifiestan a través del tratamiento persistente y sagrado de los practicistas de la Ciencia Cristiana y de la inspirada atención que brindan los enfermeros de la Ciencia Cristiana, resultan una y otra vez en curación.
¿Una última idea sobre este centenario?
Que es una oportunidad muy especial para valorar aún más este estatuto como parte del designio que la Sra. Eddy dio a su iglesia, y también, para rendir honor a la abnegada fidelidad de los enfermeros de la Ciencia Cristiana de hoy y de siempre.