Yo buscaba a Dios desde hacía mucho tiempo, pero no sabía cómo encontrarlo, entonces oraba para que me indicara Su camino.
Cuando compré el libro Ciencia y Salud y empecé a estudiarlo me quedé maravillado, porque comprendí que era el camino que yo andaba buscando. Allí aprendí que Dios está siempre conmigo y con todos, que es todo amor y bondad. Comprendí que debía detenerme y callar para poder escucharlo, porque Él nos está hablando constantemente. Ahora, cuando me pongo a orar, siento una gran sensación de paz y felicidad.
Como consecuencia de este nuevo conocimiento, he tenido varias demostraciones claras del cuidado de Dios. Hace unos cuatro años, los médicos habían diagnosticado que yo tenía diabetes, además de sufrir de hipertensión y asma. Posteriormente, determinaron que sufría de angina de pecho, por lo que me hicieron muchos análisis. Llegado este punto, también me dijeron que debido a mi edad, y con todos los problemas que habían diagnosticado, tenían que hacerme un cateterismo, pues lo más seguro era que tuvieran que ponerme una válvula en el corazón. Para tranquilidad de mi familia acepté que me hicieran el cateterismo.
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