Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

El poder detrás de la resurrección

Del número de marzo de 2009 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Desde la vez que se menciona a Dios en el Antiguo Testamento hasta el último capítulo del Nuevo Testamento, el carácter y la identidad de la divinidad a menudo se representa como Espíritu. Los primeros tres versículos de la Biblia dicen: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz”. Génesis 1:1-3.

En Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, Mary Baker Eddy ilustra claramente la naturaleza de Dios como Espíritu divino, como el Espíritu omnipresente, omnipotente, ilimitado e infinito. Este punto es esencial para la teología de la Ciencia Cristiana y su práctica sanadora. Apreciar la totalidad del Espíritu—siempre presente, siempre poderoso, siempre infinito, siempre sustancial—proporciona la base para reconocer la insustancialidad de todo lo que se oponga o sea desemejante al Espíritu. La naturaleza de la materia, por ejemplo, temporal, limitada y finita, de ningún modo puede expresar las cualidades perdurables del Espíritu. En consecuencia, el estudiante de la Ciencia Cristiana se apoya constantemente en el Espíritu, en cuyo poder puede confiar para dirigir su vida, para traer luz e inspiración y obtener la seguridad que necesita para practicar eficazmente la curación mediante la oración.

Cristo Jesús comprendía que la naturaleza de Dios era el Espíritu puro y confió implícitamente en el poder espiritual durante su ministerio. Al sanar “todo tipo de enfermedad”, acallar la amenazadora tormenta en el mar, o pasar sin que lo vieran a través de una multitud furiosa que intentaba destruirlo, Jesús estaba ejerciendo el incomparable poder del Espíritu. Estaba demostrando la realidad del Espíritu divino y de la creación espiritual de Dios, frente a toda la evidencia contraria que le presentaban los sentidos físicos sugiriendo que la materia era la única condición y árbitro de la existencia del hombre.

Iniciar sesión para ver esta página

Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / marzo de 2009

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.