Apesar de los esfuerzos del Congreso y Senado de los Estados Unidos para resolver la crisis financiera, el camino que yace por delante está lleno de curvas y recovecos. Nuestras oraciones pueden ayudar a que se tomen decisiones inteligentes en la implementación de estrategias relacionadas con la banca y empresas nacionales e internacionales, así como con los propietarios que enfrentan juicios hipotecarios por falta de pago.
Como en muchos casos, el enemigo a vencer es el temor. The New York Times señala: "El miedo puede ser la fuerza impulsora más grande... como por ejemplo, la preocupación de que pueda demorarse semanas o más el otorgamiento de préstamos a corto plazo y factibles de pagar que las compañías necesitan para financiar sus operaciones. "'Is my Money Safe? and Other Questions to Ask," September 30, 2008. Al igual que en otras situaciones, el temor tiende a privarnos de la libertad—en este caso, el flujo normal de dinero—y a congelar el progreso.
Al ver que las compañías fracasan, que los empleos se desvanecen y que los fondos de pensiones y ahorros de toda una vida amenazan con desaparecer, muchos están atemorizados y angustiados. No obstante, es fundamental resistir este impulso y orar, para probar que existe una solución basada en el Espíritu, no en la materia. Esta solución espiritual tiene un efecto en el mundo, todos los días, donde la crisis parece muy real y amenazadora para mucha gente.
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