La vista era espectacular. Estaba de vacaciones con mi familia manejando por la parte central de España. Yo iba, con mapa y lupa en mano, en el asiento del copiloto, indicando qué camino debíamos tomar. Era un domingo por la tarde, y ya habíamos notado mucho tráfico hacia la ciudad de Madrid. Entonces decidí tomar otro camino que, según el mapa, también nos llevaría a la autopista. Todo iba bien hasta que nos dimos cuenta de que la ruta se había angostado y estábamos ascendiendo mucho. Recorrimos varios kilómetros sin que nos cruzara un vehículo, y de pronto vimos nieve a los lados de la carretera. Todos en el auto comenzaron a preguntarse si íbamos por el camino correcto, incluso yo. Por lo que comencé a orar de inmediato para determinar si era conveniente dar la vuelta o seguir adelante. Para entonces ya estaba oscureciendo. La desesperación fue en aumento, ¡así como también las oraciones!
Continuamos nuestro camino hasta que llegó a su punto más alto donde había nieve por todas partes. Nos tranquilizamos al ver varios vehículos y numerosas personas con sus esquíes al hombro. Estábamos cerca de la cima de la Sierra de Guadarrama. Ahora nos sería fácil llegar a destino siguiendo a los autos que teníamos delante.
Pero nada nos preparó para lo que ocurriría después. Comenzamos a bajar por la carretera cuando de pronto dimos vuelta una curva y se presentó ante nuestros ojos el valle iluminado por infinidad de luces de los pueblos, pueblitos y ciudades que lo habitan. Nos quedamos maravillados ante semejante belleza. Para mí fue como si Dios me dijera: "Fuiste persistente, confiaste en Mí, y éste es el regalo que te tenía preparado".
¡Qué importante es ser obediente y perseverante en nuestra oración a Dios! Mary Baker Eddy, fundadora de esta revista, en una ocasión le escribió una carta a una de sus alumnas, alentándola a orar el Padre Nuestro todos los días.Carta de Mary Baker Eddy, Concord, NH, 17 de agosto de 1896, citada en "Keep steadfast to this prayer" por Sherry Darling, Journal October 2008, pg. 16. En ella recomienda reflexionar sobre esta oración con el significado y el espíritu que expresa.
En síntesis, la Sra. Eddy en su carta sugiere, siento yo, lo siguiente: "Venga Tu reino" —pide al Padre que puedas comprender verdaderamente qué es Dios y qué es el hombre, y manifestarlo en tu relación con los demás. Sólo pide lo que necesites espiritualmente. Es decir, no pidas cosas materiales, sino sólo lo que Dios conoce. Ora para ser paciente y amoroso cuando te persiguen o mienten en tu contra. Pide ser estrictamente honrado, diciendo siempre la verdad sin mentir ni en las cosas más pequeñas. Ora a Dios para tener un carácter afable y que te libere de toda ira y deseo de venganza o represalia.
"Danos hoy nuestro pan de cada día" —pide a tu Padre que cada día puedas comprender un poco más el Principio divino y tu identidad espiritual. "Y perdónanos nuestras deudas" —ora a Dios para que puedas perdonar y amar a tus enemigos, así como deseas que Él te perdone y te libere de toda condenación y castigo.
"No nos metas en tentación" —pide a la Mente divina que te fortalezca y te ayude a no ceder a la influencia de la mentalidad carnal, ya sea tuya propia o la de otras personas, y puedas reconocer que sólo hay una Mente.
Mantente firme en esta oración y pensamiento. Pide a Dios que te ayude a conocer sólo el bien y a actuar con sabiduría al desarrollar todas tus actividades, ya sea en el trabajo, en la escuela, en el hogar; y a no permitir que ningún pecado o pecador te aparte del camino correcto o te tiente a descarriarte o extraviarte.
Tengo la certeza de que el tierno Padre-Madre Dios recompensará con generosidad tu obediencia y persistencia, así como tus esfuerzos por hacer el bien y expresar con alegría y resplandor las cualidades espirituales tan especiales y únicas que te ha otorgado.
Todo lo demás, vendrá por añadidura.