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La oración que hace frente a la corrupción

Del número de julio de 2009 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Muchos corazones alrededor del mundo sufren por Zimbabwe que, como otros países en desarrollo, está luchando contra la corrupción política. No hace mucho, a la directora del Proyecto de Paz en Zimbabwe le fue denegada una orden judicial para salir de la cárcel, debido a su oposición contra el gobierno. Otros han sido asesinados debido a su afiliación política. Los abogados defensores de activista de los derechos humanos en Zimbabwe, hace poco dijeron que el estado de derecho está totalmente colapsado.

El colapso del estado de derecho puede que tome diferentes formas dependiendo de la cultura o la sociedad. Por ejemplo, es muy común escuchar decir que los suministros de ayuda no llegan a quienes los necesitan debido a los trámites burocráticos o a los gobernantes corruptos que los usan para sus propios fines. Se ha descubierto que varios gobiernos han actuado en colusión con los traficantes de drogas, e incluso hace unos años el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) se vio forzado a renunciar debido a alegatos de que había recibido sobornos. Varios sitios en internet llevan cuenta de este tipo de escándalos políticos, y la lista es larga.

No es agradable pensar en sobornos, extorsiones, nepotismo y malversaciones de fondos, pero permitir que continúe este comportamiento afecta el desarrollo político y económico. La corrupción viola los derechos humanos al sofocar la oposición política, e incluso puede llevar a la pérdida de vidas. En el estado de Illinois, Estados Unidos, donde resido, ocurrió un accidente en el cual murieron seis niños, y esto llevó a la investigación de funcionarios de alto nivel, acusados de vender, a cambio de dinero, licencias para conducir camiones a conductores que no estaban calificados.

Tal vez, un buen ejemplo de esto sea la observación que hizo el autor de la epístola a Timoteo, cuando escribió: "Raíz de todos los males es el amor al dinero". 1 Timoteo 6:10. El amor al dinero y el temor de no tenerlo, puede hacer que incluso la gente honrada recurra a actividades cuestionables y acuerdos dudosos.

Una respuesta espiritual a la corrupción

¿Qué podemos hacer? ¿Simplemente quedarnos quietos y sacudir la cabeza asqueados? Eso no resolverá el problema. Pero recurrir a la oración permite probar que la ley de Dios está siempre presente y en operación. Pone al descubierto esas actividades no para condenar a las personas, sino para eliminar el comportamiento equivocado. Conociendo el poder de esta ley, Jesús dijo en una ocasión: "Nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse". Mateo 10:26. Jesús nunca consintió la hipocresía o la falta de honradez, y tampoco la aprobaba en los demás.

Él enseñó a la humanidad a apartarse del pecado de todo clase, entre ellos, la extorsión, el soborno e incluso la total confianza en las riquezas y las circunstancias materiales. Decía que primero debemos encontrar las mayores riquezas en Dios: "Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas".3 Esta sigue siendo la respuesta para el que busca obtener dinero y poder ilegalmente.

La oración nos permite apoyar los esfuerzos para eliminar la corrupción, aun cuando hacerlo pueda poner al descubierto prácticas que son difíciles de enfrentar. Mary Baker Eddy escribió: "El mal no es algo que deba temerse y del cual huir, o que se vuelva más real cuando se lo combate. El mal, si se deja en paz, se hace más real, más agresivo, y aumenta sus pretensiones; pero cuando se combate con la Ciencia puede ser, y será, dominado por la Ciencia". Escritos Misceláneos 1883-1896, pág. 284.

Una sociedad basada en la honradez

La verdad y la rectitud son valores que construyen una sociedad mejor y más fuerte. Sabiendo esto, nuestras oraciones y acciones inspiradas por ellas pueden apoyar la integridad del comportamiento tanto a nivel público como privado.

La corrupción a menudo surge cuando uno no se siente satisfecho, ya sea porque necesita dinero, un puesto más interesante, o tiene un ansia incontrolable de poder y posición social. Es aquí donde el ejemplo de Jesús es tan poderoso. Es difícil pensar que Jesús se pudiera sentir insatisfecho o vacío. Sus acciones ilustran que tanto en tiempos difíciles, como en momentos de alegría, Dios gobernaba su vida y lo amaba.

Esto es verdad para todos, y orar para nosotros mismos nos dará la misma satisfacción. Cada uno de nosotros no sólo puede tener "esa [mente] que estaba también en Cristo Jesús", Filipenses 2:5, según la versión King James. sino que ya la tenemos. Dios es nuestra verdadera Mente, y somos Sus hijos y estamos bajo Su cuidado. Él nos ama a cada uno infinitamente, y nos brinda la inteligencia, sabiduría y dirección moral necesarias, incluso en las circunstancias más angustiantes. Esto puede también ser la base la la oración para todo funcionario del gobierno. Ellos también son hijos de la Mente que todo lo sabe y que es totalmente buena.

La Mente divina es la fuente del pensamiento correcto de todos, y nadie está separado de esta comprensión divina. Isaías escribió: "Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová es nuestro Rey; él mismo nos salvará". Isaías 33:22. La corrupción no tiene parte alguna en la naturaleza espiritual que Dios nos ha dado. Es justamente cuando la gente no logra comprender y aceptar esta identidad espiritual, que puede caer presa de la tentación, ya sea para juzgar a los demás o justificarse por sus propios fracasos, o ceder ellos mismos a la tentación.

Una comprensión más clara de que la Mente divina gobierna a todas sus ideas, revela que el verdadero delincuente no es un político, un partido político ni una historia de corrupción, sino el error de pensar que los individuos puedan tener mentes desemejantes a la Mente divina, que puedan estar enemistados y separados de Dios. Este hecho absoluto puede que no salve inmediatamente a alguien del castigo por los crímenes cometidos, pero siempre promueve la atmósfera mental donde es posible alcanzar la redención, y una persona condenada por un crimen puede encontrar la sabiduría y la fortaleza para enfrentar las consecuencias. También prepara el camino para que surjan las reformas necesarias y las personas tengan el valor suficiente como para anunciarlas públicamente y trabajar para que se concreten.

Amor que quita el temor

Estar conscientes del amor que Dios tiene por nosotros y por todos, produce alegría en lugar de miedo, percepción espiritual en lugar de frustración, y fortaleza en lugar de debilidad. La maldad y el resentimiento deben comenzar a languidecer y decaer, y el amor y la bondad a expandirse. En lugar de decepción y desaliento, una confianza más profunda en Dios inevitablemente revelará que Él está siempre dando oportunidades tanto a los ciudadanos como a los funcionarios electos.

Afirmar que tenemos esa mente que estaba en Jesús, también nos hace más compasivos con aquellos que se encuentran atrapados en las redes de la corrupción. Podemos apoyar todo esfuerzo del gobierno para reformar la situación, orando para conocer al Cristo, la influencia divina que revela al verdadero ser de todos. Esta oración contrarresta la tentación tan común de hacer políticamente todo lo posible por superar a los demás y creerse muy justo y bueno, y nos hace concentrar en la ley divina que gobierna a todas las personas.

De igual manera, la vergüenza, la ira o la impotencia que sienten los ciudadanos cuando sus vecinos o colegas son afectados por prácticas corruptas, también puede enfrentarse con la oración que hace eco a estas palabras: "El gobierno del Amor divino es supremo. El Amor gobierna el universo y su edicto se ha publicado: 'No tendrás dioses ajenos delante de mí' y 'Amarás a tu prójimo como a ti mismo'. Tengamos la molécula de fe que mueve montañas, una fe armada con el entendimiento del Amor, como en la Ciencia divina, donde reina el derecho". Mary Baker Eddy, La Primera Iglesia de Cristo, Científico, y Miscelánea, pág. 278

Por medio del progreso espiritual de la humanidad y de reformas éticas y morales, podemos encontrar respuesta a nuestras oraciones, y contribuir a la purificación de un sistema político corrupto.

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