Quizás ya conozca este chiste: Un turista va por las calles de Nueva York, se detiene y le pregunta a alguien cómo llegar al Carnegie Hall, y la persona en lugar de indicarle le responde: "Con práctica, práctica, práctica".
Éste también es un buen consejo para encontrar la Iglesia. La Iglesia verdadera no se encuentra en una calle o avenida, sino en nuestro corazón, a medida que ponemos en práctica nuestro amor a Dios y a nuestro prójimo. La Iglesia verdadera vive en todo corazón humano, a la espera de ser descubierta.
Podemos pensar que la Iglesia representa la realidad universal porque la definición espiritual de IglesiaVéase Ciencia y Salud, pág. 583. no se apoya en denominaciones religiosas, dogmas ni rituales. El profeta Jeremías escribió en el Antiguo Testamento acerca de esa comprensión universal: "Éste es el pacto que haré con la casa de Isreal después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande". Jeremías 31:33, 34. La promesa de que todos "conocerán a Dios" se basa en el hecho de que en nuestro ser real, como hijos de Dios, todos conocemos al Señor, es decir, al Espíritu divino.
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