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Permite que Dios se haga cargo

Del número de julio de 2009 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Se pierden 20.000 puestos en la empresa Caterpillar". "General Motors anuncia el recorte de 2000 empleos". "Home Depot despide a 7000 empleados". "IBM Elimina 2800 puestos en su Unidad de Software y Ventas".

Estos titulares son tan solo una muestra de que la situación económica mundial es cada vez más desesperante. Muchas personas necesitan trabajo, y encontrar empleo durante una recesión con tantos despidos y reducciones, es muy intimidante. No obstante, hay una luz que puede atravesar este panorama tan sombrío, y he descubierto que cuando uno es persistente e insiste en enfrentar la situación desde una perspectiva inspirada por la oración, todo temor y pronóstico negativo es eliminado. Cuando Dios te guía en tu búsqueda de empleo, ocurren cosas maravillosas.

El deseo de dar

Es importante señalar que hay una diferencia muy grande entre "necesito obtener" y "quiero dar". He notado que cuando lo que me impulsa es el deseo de obtener algo, en realidad estoy diciendo que carezco de alguna cosa. Mis pensamientos y acciones se basan en la escasez y en la debilidad. Pensar que "necesito obtener" es como que estoy aceptando que Dios no puede ni quiere proporcionarme ingresos, ni desea que yo me sienta realizado y con un propósito en la vida.

No obstante, cuanto más aprendo qué es Dios, más me doy cuenta de que Él nos lo da todo. La oración nos ofrece una perspectiva totalmente nueva e inspirada de lo que es el empleo, y revela que en realidad nadie está sin trabajo, sino que todos estamos constantemente empleados. Dios nos emplea para que seamos testigos de Su bondad y gracia, para que expresemos Sus habilidades. Él es la verdadera fuente de aquellas cualidades que hacen que un empleador esté dispuesto a contratarnos. La escasez no glorifica a Dios, y la debilidad niega Su poder, en vez de revelarlo.

Permitir que Dios se haga cargo en una búsqueda de empleo es comprender, en cierta medida, que Dios, el Espíritu, ha estado siempre guiándonos a cada uno de nosotros, Sus hijos espirituales. Pero Él no nos guía de la misma manera en que llevaríamos nosotros un caballo a beber agua. Dios nos guía por reflejo. Como explicó Mary Baker Eddy en Ciencia y Salud: "Tal como vuestro reflejo aparece en el espejo, así vosotros, siendo espirituales, sois el reflejo de Dios. La sustancia, la Vida, la inteligencia, la Verdad y el Amor que constituyen la Deidad son reflejados por Su creación..." Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, pág. 516.

Los pensamientos de fracaso, preocupación, limitación, no provienen de Dios..

Cuando el móvil de una persona es ofrecer la sabiduría, la paz, la fortaleza, el orden y la bondad que refleja de Dios, un empleador la aceptará por considerarla un miembro valioso para su equipo. Los empleadores desean, de hecho, oran por tener trabajadores que sean fuertes y competentes. ¿Acaso no harías tú lo mismo?

Durante diez años, mi hermano Kevin y yo firmamos contratos para los shows de nuestro grupo musical. Los miembros de la banda, nuestro equipo de apoyo y sus esposas e hijos, dependían de nosotros para obtener su sustento. Si no actuábamos, no obteníamos ganancias. Al principio, muchas veces los calendarios que teníamos en la pared estuvieron en blanco. Fue en aquel entonces cuando aprendí a dejar que Dios se hiciera cargo. Mi hermano y yo descubrimos que los promotores de conciertos invitaban a nuestra banda porque confiaban en nosotros y en nuestra honradez. Al orar por la banda y por nuestro lugar en ella, valorábamos mucho el hecho de que reflejábamos esas mismas cualidades. Teníamos el deseo de dar. Durante esos diez años nuestro calendario estuvo lleno. La banda actuaba en 200 shows al año, y yo se lo atribuyo totalmente a la oración.

Todo aquel que busca trabajo desea dar una muy buena impresión y demostrar que es productivo, no débil ni indeseable. Lo que aprendí en esos años que viajábamos tanto, es que la verdadera inspiración y fortaleza vienen cuando comprendemos a Dios y el lugar que ocupamos por ser Su reflejo espiritual.

Cuando se comprende y practica metódicamente, la Ciencia Cristiana individualiza el poder de Dios y se expresa como el Cristo en nuestra vida. Jesús expresó totalmente al Cristo durante su ministerio. El sanador del pecado y la enfermedad era y es el Cristo eterno, no el hombre Jesús. El Cristo es también el que restaura todo el bien que aparentemente puede que nos hayan quitado en la vida. Basta una pequeña fibra de espiritualidad semejante al Cristo, para que un trabajador sea fuerte y valioso.

Al escribir basándose en su propia experiencia, la Sra. Eddy observó que "los hombres de negocios y los cultos eruditos han encontrado que la Ciencia Cristiana les aumenta su resistencia y sus poderes mentales, les amplía su discernimiento del carácter, los dota de agudeza y de amplitud de comprensión, y los habilita para exceder su capacidad usual... Un conocimiento de la Ciencia del ser desarrolla las habilidades y posibilidades latentes del hombre. Extiende la atmósfera del pensamiento, dando a los mortales acceso a regiones más amplias y más altas, Eleva al pensador a su ambiente natural de discernimiento y perspicacia". ibíd., pág. 128. Nosotros reflejamos lo que Dios es, y es así como Dios nos guía.

No es necesario comprender toda la majestuasidad infinita de Dios para ser guiado por Él. Cuando simplemente recurrimos a Dios, todo Su poder nos eleva para que percibamos y experimentemos en mayor medida Su orden y actividad.

Hace un tiempo, en un viaje en avión, conocí a una mujer que buscaba trabajo. Iba de camino a la ciudad de Houston, Texas, para tener una entrevista en una firma de abogados. Era una empresa prestigiosa, y ella realmente necesitaba ese trabajo. No conocía la Ciencia Cristiana, así que le comenté lo que había venido aprendiendo. Le sugerí que, en lugar de pensar que necesitaba conseguir trabajo, valorara el hecho de que ella ya era completa y se sentía satisfecha porque reflejaba a Dios. También le recomendé que reconociera la bondad de Dios que expresaban tanto ella como todos aquellos con quienes hablara durante la entrevista. Esto le daría la seguridad de que Él la estaba guiando. Percibí que Dios siempre la había empleado para que expresara Sus cualidades espirituales y dinámicas. Ella era el reflejo espiritual de Dios, y Dios es Amor.

La mujer después se comunicó conmigo para contarme que había pensado en lo que yo le había dicho. Trató de ver qué le agradaba de la entrevistadora. Recordó que yo le había comentado que si, por ejemplo, esa mujer ponía todos sus lápices en orden, ella podía apreciar esa actitud y sentir verdadero afecto. A medida que reconocemos la gracia y el orden de Dios, estamos más conscientes de la presencia gobernante y poderosa del Amor. Me dijo que durante la entrevista ella notó que la entrevistadora tenía hermosos ojos, así que apreció esa cualidad y sintió la presencia de Dios. Posteriormente me contó que le dieron el puesto y me agradeció la ayuda.

En la línea correcta de trabajo

Otro aspecto maravilloso de permitir que Dios sea nuestro guía, es que dejamos de trabajar para la compañía equivocada. Cuando permitimos que Dios se haga cargo, descubrimos que tenemos un Jefe tierno y poderoso, y ya no tenemos pensamientos improductivos que intentan manejar nuestra vida y guiarnos en la dirección equivocada. Los pensamientos que sugieren fracaso, desconfianza en nosotros mismos, preocupación, limitación y resentimiento, no provienen de Dios, la Mente divina y única, y, por lo tanto, no pueden formar parte de la realidad. Se originan en la mente carnal, o la mentira y el mentiroso como lo llama la Biblia. Véase Juan 8:44. Dichos pensamientos nos tientan a vivir una mentira en lugar de reflejar la Verdad divina. Al aceptarlos atribuimos la ilusión de realidad a algo que es totalmente irreal. Porque, de hecho, es imposible que nosotros, como reflejos de Dios, pensemos, actuemos o experimentemos aquello que Dios no puede conocer ni crear.

Comprender la totalidad y bondad de Dios, así como cuál es nuestro lugar y posición por ser Su expresión dinámica, permite al que busca trabajo ver más allá de todas las mentiras que intentan imponerse en su pensamiento. A las creaciones de la Verdad divina no se las puede engañar para que acepten una mentira acerca de ellas mismas, o que identifiquen a los demás una mentira acerca de ellas mismas, o que identifiquen a los demás con una cualidad tan desemejante a Dios.

He descubierto que cuando nos sentimos excluidos, inseguros o preocupados, es útil permitir que Dios nos guíe con Su Palabra inspirada:

• "Te bendeciré [con abundancia de favores] y... serás bendición [impartiendo el bien a otros]". Génesis 12:2.

• "Yo estoy contigo, y te guardaré [cuidaré de ti, estaré atento] por dondequiera que fueres, y... no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho." Génesis 28:15.

• "Yo estaré en tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar". Éxodo 4:12.

• "He dispuesto lugar para mi pueblo..." 1 Crónicas 17:9.

• "Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino debes seguir". Isaías 48:17.

Cuando permitimos que Dios nos dirija, lo que sea necesario se manifiesta.

A medida que damos, ganamos

Cada uno de nosotros es, ahora mismo y para siempre, el reflejo inmortal de Dios, el medio por el cual el Amor manifiesta su satisfacción y perfección. Conozco una historia que ilustra este hecho. Según me contaron, un hombre le pide trabajo al capataz de una obra en construcción. El capataz le responde: —¿Ve esta roca enorme? Empújela hasta la cima de la colina y luego tráigala rodando abajo otra vez.

El hombre responde: —¡Debe estar bromeando!

—Bueno, yo creía que usted quería un trabajo —dice el capataz.

—Yo realmente no necesito un trabajo —contesta el hombre—. Lo que necesito es dinero.

—¿Por qué no lo dijo antes?—dice el capataz, tomando su billetera y dando al hombre un billete de $20—. Pero no lo gaste—agrega.

—Bueno, yo realmente no necesito dinero. Lo que necesito es comida y ropa para mi familia—confiesa el hombre.

—¿Por qué no lo dijo antes?—responde el capataz, tomando su billetera y dándole más dinero—. Vaya a comprar comida y ropa. Pero no coma la comida ni use la ropa.

—Bueno, la verdad es que no necesitamos comida y ropa. Lo que realmente necesitamos es sentirnos satisfechos y completos.

—¿Por qué no lo dijo desde un principio?—exclamó el capataz—. Está usted contratado.

En otras palabras, el sentirse completo, la abundancia y la satisfacción son cualidades. Son estados de la Vida divina, que todos poseemos por reflejo. Todo lo demás trabajo, dinero, comida y ropa—son símbolos de la presencia y la perfección absoluta y completa de Dios.

Jesús dijo: "No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? ...vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas". Mateo 6:31-33. Cuando permitimos que Dios nos dirija, lo que sea necesario se manifestará de la manera más apropiada. Jesús explica más adelante: "No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino". Lucas 12:32.

He visto que cuanto más agradecidos estamos por la bondad y el amor de Dios, más descubrimos de Su majestad y ternura, por más sombría que parezca la situación. Es una gran verdad que las circunstancias y oportunidades no producen la gratitud, sino que la gratitud crea, más bien, las circunstancias y las oportunidades. Mary Baker Eddy plantea la pregunta: "¿Estamos realmente agradecidos por el bien ya recibido. Entonces aprovecharemos las bendiciones que tenemos, y eso nos capacitará para recibir más". Ciencia y Salud, pág. 3.

Cuando tu deseo es dar—bendecir a otros con lo que reflejas de Dios—tu Padre-Madre te da aún más. A medida que das, ganas.

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