Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

traducción de los escritos de Mary Baker Eddy

¿Alguna vez se han preguntado qué entraña producir las traducciones de los escritos de Mary Baker Eddy? Esta es la segunda de una serie de tres partes en la que esperamos poder compartir ideas sobre el proceso de traducción y contestar algunas de las preguntas que se nos hacen con más frecuencia. Los invitamos a explorar este importante tema con nosotros.

El "lenguaje del Espíritu"

segunda parte

Del número de noviembre de 2011 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Es posible que, como lectores de las traducciones de las obras de Mary Baker Eddy, se hayan preguntado qué hace que una traducción sea buena y qué desafíos deben superarse. Muchos han expresado interés en varios aspectos del proceso de traducción, y quisiéramos ofrecerles una idea de lo que ocurre entre bambalinas.

En el siguiente artículo, leeremos acerca de una ex integrante de un equipo de traducción. Los equipos de traducción varían en el número de miembros que los integran, pero típicamente incluyen: personas cuya lengua materna es el idioma al que se va a traducir la obra y que tienen amplia experiencia en traducción; personas cuya lengua materna es el inglés y que hablan con fluidez el idioma al cual se ha de traducir la obra para asegurarse de que la traducción expresa correctamente el significado del texto original en inglés; así como maestros y practicistas de la Ciencia Cristiana encargados de comprobar la exactitud metafísica. Uno de los miembros del equipo puede cumplir más de una de estas funciones, y cada equipo incluye una combinación en particular que cubre todas las bases.

Continúe leyendo para conocer la perspectiva de una traductora acerca del proceso de traducción.

Cuando fui invitada a participar en la traducción de uno de los libros de Mary Baker Eddy, sentí profunda humildad y quedé maravillada ante el trabajo que estaba por realizar. Traducir las obras de la Sra. Eddy es tanto un trabajo sagrado como un gran privilegio.

Cuando nuestro equipo de traducción comenzó a trabajar, lo primero que establecimos fue la importancia primordial de encarar el trabajo desde un punto de vista espiritual y correcto. Durante todo el proceso, tuve presente en mi pensamiento el hecho de que sólo Dios es el origen de cada palabra, de cada pensamiento; es el único Autor, el único Traductor. Mi oración constante fue afirmar esta verdad y escuchar a la Mente divina, la fuente inteligente de todos mis pensamientos. Además era imperioso que lo que verdaderamente impulsara a nuestro equipo fuera el amor, amor por Dios y por la Sra. Eddy y por todo lo que ella hizo para darnos estas obras.

En mi propia experiencia, estos son algunos de los desafíos que se presentaron durante la traducción de las obras de la Sra. Eddy, que más me invitaron a la reflexión:

Originalidad linguística

El estilo de la Sra. Eddy es único, nuevo y excepcional. Ella acuña nuevas metáforas y analogías, su ordenamiento de las palabras es deliberadamente inusual, y su uso de la gramática a menudo no es nada convencional. Sus escritos combinan varios estilos diferentes, entre ellos, el bíblico, el poético, el periodístico, el legal y el médico. También existe una gran "intertextualidad", lo que quiere decir que ella a veces toma citas de otras fuentes literarias (tanto conocidas como desconocidas), o de traducciones de la Biblia. Estas citas están integradas en el texto, a menudo sin comillas, ya que las palabras les resultaban muy familiares a ella y a sus contemporáneos. Cada uno de estos aspectos requiere mucha investigación y sensibilidad al momento de traducir, con el fin de asegurar que la traducción sea lo más exacta posible.

Permanecer fiel al texto revelado, original

El objetivo universalmente reconocido de una buena traducción es "traducir el significado del original, todo el significado y nada más que el significado" (Frederick Fuller, The Translator's Handbook, p. 157). Esto quiere decir que la traducción debe ser totalmente fiel a la inspiración original.

Este deseo, que es común entre los traductores de todo tipo de texto, es realzado por el hecho de que la Sra. Eddy consideraba que sus obras eran una revelación divina. Ella escribió: "Me ruborizaría escribir sobre 'Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras' como lo he hecho, si éste fuera de origen humano, y si fuera yo, aparte de Dios, su autora. Pero, como sólo fui un escriba repitiendo las armonías celestiales en la metafísica divina, no puedo ser demasiado modesta en mi valoración del libro de texto de la Ciencia Cristiana" (La Primera Iglesia de Cristo, Científico, y Miscelánea, pág. 115).

Nosotros también, como traductores de sus obras, necesitamos apoyarnos totalmente en el sentido espiritual, de acuerdo con el nivel más elevado de nuestra comprensión actual. En este esfuerzo, es reconfortante recordar que "el lenguaje del Espíritu" (Ciencia y Salud, pág. 117) habla a través de las páginas a los traductores y a los lectores por igual, dilucidando el verdadero significado. Una y otra vez me encontré contendiendo, durante lo que parecieron ser varias horas, con el desafío que presentaba una expresión. Cuando me quedaba muy tranquila y acudía a Dios para obtener una respuesta, surgía poco a poco la solución perfecta.

Al mismo tiempo que nos concentramos en permanecer fieles al texto original, debemos mantener en el pensamiento que una traducción debería sonar como si hubiera sido escrita originalmente en el lenguaje al que traducimos. Es muy difícil mantener el equilibrio entre la traducción "literal" (extrema fidelidad al texto original), y la traducción "comunicativa" que busca que suene natural. De hecho, este equilibrio es tan delicado que muchos eruditos consideran que una traducción perfecta es algo imposible de lograr.

Cuando se trata de traducciones religiosas, este desafío es aún mayor y muchos sienten que los textos sagrados traducidos "nunca satisfarán a todos" (Lynne Long, Translation and Religión: Holy Untranslatable?, p. 15). ¡Esto da que pensar! Sin embargo, a medida que vayamos creciendo en nuestra comprensión de la Verdad, estas dificultades se irán superando cada vez más.

La "nueva lengua" del Espíritu

Como es de esperar de los textos revelados, las obras de la Sra. Eddy tienden a romper el molde tradicional del lenguaje con el fin de expresar nuevos conceptos metafísicos. Ella constantemente procura alcanzar la "nueva lengua" (Marcos 16:17), en un esfuerzo por transmitir aquello que no ha sido escrito previamente. Consideremos su declaración en Ciencia y Salud: "El principio y su idea es uno" (pág. 465). El mismo rompe las reglas gramaticales de concordancia del verbo a fin de poner énfasis en un punto específico y obtener precisión metafísica. La elegancia y belleza de sus escritos también le hablan al lector, y debemos tener cuidado de no perder esta valiosa sustancia.

Naturalmente, así como la Sra. Eddy lleva al extremo el idioma inglés, los traductores a menudo también tienen que emplear nuevas formas en el lenguaje al que traducen. Por ejemplo, algunos idiomas no tienen una traducción directa para el término "Mente" como lo emplea la Sra. Eddy al referirse a Dios. Quizá tengan una palabra bastante parecida, pero nada que capte totalmente el sentido de unidad, comprensión y consciencia resumidos en el uso que la Sra. Eddy le da a la palabra "Mente". La solución a veces es acuñar un nuevo término o frase, ampliando los límites del lenguaje al que se traduce para adecuarlo mejor a la "nueva lengua" del Espíritu.

Flexibilidad del idioma inglés

El hecho mismo de que las obras de la Sra. Eddy sean en inglés tiene implicaciones mportantes para los traductores. Generalmente se considera que el idioma inglés contiene más palabras que otros idiomas. Los estudiosos concuerdan en que el inglés es más flexible que la mayoría de los idiomas, tanto en lo que hace al uso de la gramática como en la amplia gama de su vocabulario. Por lo tanto, cuando traducimos del inglés a otros idiomas no tenemos los mismos lujos y nos enfrentamos a restricciones lingüísticas.

Sin embargo, aun con toda la libertad que ofrece, la Sra. Eddy expresa lo siguiente acerca del idioma inglés: "La dificultad principal para transmitir con exactitud las enseñanzas de la Ciencia divina al pensamiento humano consiste en que, como todos los demás idiomas, el inglés es insficiente para la expresión de conceptos y proposiciones espirituales, porque uno se ve obligado a usar términos materiales cuando tiene que ver con ideas espirituales" (Ciencia y Salud, pág. 349). Una vez más, esto deja en claro que tanto en los términos del texto original en inglés como en las traducciones, es "el lenguaje del Espíritu" el que debe hablar al lector a través del texto.

Mayor acceso a las obras de la Sra. Eddy

Es una alegría cuando surge la oportunidad de traducir de nuevo uno de los libros de la Sra. Eddy, o de renovar una traducción ya existente. Podemos apoyar este trabajo con toda confianza, con la comprensión de que la Mente es el traductor que no falla, que se comunica con nosotros hoy, directamente, en todos los idiomas. El trabajo de traducción continuará mejorando a medida que esta verdad sea comprendida, afirmada y demostrada.

Traducir las obras de la Sra. Eddy es para mí una celebración del inestimable regalo que hemos recibido en la revelación de la Ciencia Cristiana. Por esta razón estamos todos tan interesados en la existencia y la calidad de cada traducción. Qué mejor causa para regocijarnos que saber que cada traducción brinda a más personas el acceso a estas preciadas obras.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / noviembre de 2011

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.