Las numerosas dificultades económicas que enfrentaba, las largas colas para presentarme a un trabajo, sin poder conseguirlo, todo esto me hacía sentir bastante decepcionada. Fue entonces cuando me invitaron a concurrir a un servicio de testimonios de una iglesia de la Ciencia Cristiana. Recuerdo que me impactó un mensaje sobre una pared que decía: "El Amor divino siempre ha respondido y siempre responderá a toda necesidad humana".Ciencia y Salud, pág. 494.
Me sentí reconfortada de saber que el Amor divino respondería a mi necesidad. La semana siguiente, un martes, me enteré de un lugar donde ofrecían trabajo. En esa ocasión, al estar en la larga cola de espera, no dudé, me sentía segura de que Dios quería lo mejor para mí. No me sentía ansiosa como otras veces; y ese sábado me llamaron para ofrecerme un empleo.
Comence a trabajar y tambien me sentia gozosa de ir a la iglesia. Escuchaba el sermón, y aunque no entendía mucho sentía el toque del Cristo en mi consciencia.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!