Hace unos años, mientras iba de compras por la calle, un grupo de personas que pasaba aventó hacia mí una botella llena de alcohol encendido que envolvió todo mi cuerpo en llamas. En el hospital me informaron que tenía quemaduras hasta de tercer grado que cubrían 99% del cuerpo. No sólo el cabello estaba quemado, sino parte de la cara también, y algunas quemaduras llegaban hasta los huesos. Asimismo, la pierna izquierda en gran parte no tenía piel ni músculos. El médico me dijo que no podían hacer mucho por mí, así que simplemente me anestesiaron para limpiarme. Al día siguiente cuando desperté, estaba vendada de la cabeza a los pies.
Recuerdo que lo primero que me vino al pensamiento cuando ocurrió el incidente fue la "declaración científica del ser" de Ciencia y Salud, que comienza diciendo: "No hay vida, verdad, inteligencia, ni sustancia en la materia. Todo es Mente infinita y su manifestación infinita porque Dios es Todo-en-todo".Ciencia y Salud, pág. 468.
Todavía en el hospital, oraba pensando que Dios me envolvía en sus brazos de amor y que jamás podía haber estado envuelta en llamas. Así fue como los ardores se fueron calmando, y dos días después me dieron de alta porque el progreso había sido muy notorio.
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