Querida Kate:
Desearía estar allí, sentada justo afuera de la puerta del baño cuando sales para regresar al estudio de danza. Me encantaría decirte que yo sé que has estado vomitando para perder peso, pero te quiero y que no pienso nada malo de ti. Te diría que yo comprendo que es difícil estar rodeada todo el día de revistas con fotos de modelos y actrices delgadas, y de los espejos del estudio de danza toda la noche.
Pero también te diría que yo pienso que eres hermosa. Anoche estuve mirando fotografías tuyas de aquella época, hace 35 años, y eras tan linda. Tú pensabas que nunca eras lo suficientemente buena. Pero, yo te diría que no sólo eras lo suficientemente buena, eras perfecta... tú eras tú. Y eso era siempre suficiente.
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