“Yo creo que era difícil que me convencieran. Me interesaba muy poco la Ciencia Cristiana. Además, mi madre era enfermera registrada y mi padre trabajaba en una empresa farmacéutica, así que estaba definitivamente orientado hacia la medicina. Cuando conocí a mi esposa, lo que me contaba sobre la Ciencia Cristiana me sonaba muy raro. Pero me dije: “No me importa, de todos modos yo me caso con ella o ella se casa conmigo”.
¿Qué hizo que David Robertson, quien creció en una familia metodista, comenzara el estudio de la Ciencia Cristiana?
“Pienso que fue principalmente la forma en que mi esposa, Alice, enfrentó con nuestros tres hijos los problemas que surgían”, me dijo David cuando hablé con él hace poco. “Eso me hizo cambiar de parecer y me hizo pensar: ¿Qué está pasando aquí?”
David vio cómo Alice cuidaba a sus hijos con “gentil persuasión, el tipo de cuidado que es mucho más profundo que la disciplina. Los crió con mucho cariño, y ellos prosperaron gracias a esa crianza especial”.
De las palabras de David uno puede percibir un pequeño secreto. Algo que los que estudiamos la Ciencia Cristiana sabemos con tanta certeza como sabemos que las zonas tropicales son muy calurosas en verano: la Ciencia Cristiana abre canales de bien en la vida de la gente, que van más allá de la curación del cuerpo.
Pero, por supuesto, cuando la familia Robertson enfrentaba problemas físicos se apoyaba con confianza en la Ciencia Cristiana. David y Alice vieron a sus tres hijos sanar de enfermedades comunes en la niñez, entre ellas sarampión, infección de garganta y varicela. Y con el tiempo, a medida que David veía cómo Dios lo rodeaba de beneficios a él y a sus seres queridos—cuidando y guiando a su familia—cambió de carrera. En 1987 dejó el trabajo que había tenido por tantos años en IBM, y entró en la práctica pública de la curación como practicista de la Ciencia Cristiana. En 1991, se recibió de maestro de esta Ciencia.
David ahora divide su tiempo entre el pueblo donde crió a su familia, Stanfordville, Nueva York, y Cedar Island, Carolina del Norte, una pequeña comunidad pesquera junto al Océano Atlántico. “Cada lugar tiene su propio encanto especial”, afirma David, “y me encanta ver la cultura perspectiva diferentes de la gente de esos dos lugares”.
En esta conversación, David cuenta por qué el descubrimiento de Mary Baker Eddy representa mucho más que una elección personal de atención a la salud, o un sistema de atención a la salud “alternativo”: la Ciencia Cristiana funciona, para las personas y para toda la humanidad, como un agente que abarca un círculo completo de 360 grados de transformación espiritual, de armonía y de bendiciones.
David, me dijiste que quieres explorar dos preguntas. Una es sobre algo que escribió Eckhart Tolle, un autor de la Nueva Era. Y la otra tiene que ver con brindar un concepto correcto del potencial y valor total de la Ciencia Cristiana.
Así es. Suena interesante.
El Sr. Tolle dice: “El cuerpo físico no es más que una percepción errada de quiénes somos”.Eckhart Tolle, A New Earth: Awakening to Your Life's Purpose, (New York: Penguin, 2005), p. 250. Él se está refiriendo a un concepto clave para la Ciencia Cristiana, algo que Mary Baker Eddy descubrió en el siglo XIX. Lo cual, por supuesto, plantea la pregunta: Bueno, si el cuerpo es una percepción errada de quiénes somos, entonces ¿quiénes somos? ¿Podrías aclarar esto un poco?
Bueno, pienso que Tolle es uno entre las muchas personas que hoy están desafiando el punto de vista convencional de que el cuerpo es meramente físico. Así que es maravillosao para los Científicos Cristianos ver que se está abriendo el pensamiento a una base de vida más metafísica, y particularmente en lo que dicen que el 75 por ciento de la gente que visita a los médicos también utiliza un sistema de atención alternativo, y la oración forma gran parte de ese número, un número que ha ido en aumento. Según parece, la gente le cuenta esto a todos excepto a sus médicos. De manera que el pensamiento se está diseminando. La gente está avanzando en la comprensión de que hay un aspecto mental de increíble importancia en lo que se refiere al cuerpo.
Como sabes, el término percepción errada indica que la imagen mental se ha deformado, que algo se ha percibido erróneamente en el pensamiento. Así que en la declaración de Tolle está la sugerencia de que el cuerpo físico es una idea mental equivocada acerca de quiénes somos. No obstante, el descubrimiento y discusión de Mary Baker Eddy, pienso yo, va mucho más profundo que eso. Ella desafía la realidad de toda la materia. De manera que como ves, percibir verdaderamente la realidad no se limita simplemente a rechazar una percepción errada de lo físico, sino al rechazo total de que lo físico pueda tener algo que ver con lo que somos. Pienso que es este punto de vista avanzado el que está abriendo el camino para que el entendimiento humano se eleve a un sentido totalmente nuevo de nuestra verdadera sustancia y, por lo tanto, a la habilidad de sanarnos a nosotros mismos.
¿Esta expansión del entendimiento humano no sugiere acaso que muchas personas, no sólo los Científicos Cristianos, podrían cuestionar si el tratamiento médico puede sanar adecuadamente un cuerpo que no es más que una percepción errada y, por lo tanto, no es físico?
Cuando leí esa frase de Tolle, pensé: “¡Si, es muy difícil dar una inyección a una percepción errada! ¿Cómo lo haces?” El trabajo en el cuerpo debe ser mental. Debe ser la corrección de esa percepción errada de quiénes somos.
Actualmente se está efectuando una intensa investigación para descubrir lo siguiente: ¿Qué es la materia. ¿Cómo puede mantenerse estacionaria lo suficiente como para que yo la vea? Por supuesto, el año pasado tuvimos la alegría en Berna, Suiza, de que el acelerador de partículas lograra producir partículas de energía cada vez más pequeñas, tan pequeñas que prácticamente no queda casi nada que pueda percibirse como materia. Así que la búsqueda es muy actual, muy abierta a la comprensión que trae la Ciencia Cristiana de que el cuerpo y todo lo que es físico son manifestaciones mentales. Por lo tanto, nosotros podemos cambiar las percepciones erradas y ver los resultados en nuestro propio cuerpo, en nuestro propio sentido de cuerpo, y en nuestro propio sentido de qué es la vida.
En los escritos de la Sra. Eddy hay una nota acerca de un premio de £100 que ofrecieron en Inglaterra para escribir un ensayo sobre “ ... ciencias naturales —ensayo destinado a contrarrestar la tendencia de la época a atribuir efectos físicos a causas físicas, más bien que a una causa espiritual definitiva...” La autora termina la nota diciendo que este premio “es uno de los muchos incidentes que demuestran que la Ciencia Cristiana satisface el anhelo de espiritualidad de la raza humana”.Ciencia y Salud, pág. En esa dirección veo yo que todas estas cosas modernas están apuntando, hacia ese anhelo. Y la Ciencia Cristiana es la respuesta a ese anhelo.
Dijiste que adquirir un sentido totalmente nuevo de nuestra verdadera sustancia nos lleva a tener la habilidad de sanarnos a nosotros mismos. ¿Cómo es que el reconocer que nuestra sustancia es 100 por ciento espiritual, y ni una pizca material, lleva a corregir la forma y función del cuerpo aparentemente físico?
Pienso que la habilidad de sanarse a uno mismo comienza con el anhelo, con ese sentido, que dice: “Yo soy más que lo que este físico sugiere”. Creo que a medida que nos preguntamos: “Bueno, entonces ¿qué soy?”, y comenzamos a ver los aspectos más espirituales de la vida: “soy una persona honrada, bondadosa, soy una persona compasiva”, comenzamos a identificarnos cada vez más con esos aspectos como nuestra verdadera identidad, y cada vez menos con “yo mido 1,60 y soy rubia de ojos azules”. Pienso que hay una transición en la manera en que la gente empieza a identificarse a sí misma. Primero, se identifican con los atributos de Dios, sabiduría, bondad, fortaleza, armonía, y demás. Eso naturalmente lleva a una percepción de su propia valía espiritual y dominio espiritual, libre de limitaciones físicas. Entonces, el resultado más natural es cuando enfrentan un desafío y ellos expresan esos atributos, su propia y única individualidad, que se manifiesta en un cambio de pensamiento. Cambian la percepción errada de quiénes son, por la verdadera percepción, y esa verdadera percepción produce y se manifiesta como un cambio físico y curación. La curación es el resultado de ese reconocimiento lento, o ese reconocimiento inmediato—como sea que se manifieste a la persona—de que estos atributos de Dios componen lo que realmente somos. Ese reconocimiento trae primero transformación en la consciencia y luego naturalmente en el cuerpo, el cual expresa lo que pensamos.
En otras palabras, el cuerpo es una proyección del pensamiento. Es como una película. Cuando miramos una película y aparece alguna imperfección en la pantalla, como si estuviera sucia, sabemos que no tendría ningún sentido acercarnos a la pantalla para arreglarlo. Uno tiene que ir al proyector y limpiar el polvo de la lente.
Y cuando quitamos el polvo de la materialidad de nuestro pensamiento y permitimos que nuestra espiritualidad pura brille, reconociendo que somos la expresión de Dios, recobramos la armonía del cuerpo.
Ahora, si continuamos con esta pregunta “¿Quiénes somos?”, la Ciencia Cristiana ofrece una increíble respuesta a eso. La Sra. Eddy plantea y responde la pregunta “Recapitulación”, en Ciencia y Salud.Véase Ibíd., pág. 475. Ese es un gran lugar donde empezar para todo aquel que quiera profundizar en el conocimiento de su identidad. Y para mí, la identidad se traduce en ese infinito flujo del carácter de Dios, el ser de Dios, en nuestra consciencia. Ese flujo infinito de los atributos de Dios—los atributos de Vida, Verdad, Amor, Espíritu, Mente, Alma, Principio—define quiénes somos.
David, nuestra segunda pregunta tiene muchos aspectos, pero permíteme plantearla de esta forma: A veces se piensa de la Ciencia Cristiana exclusivamente como una religión cuyos adherentes “no van al médico”. Es decir, que reducen la Ciencia Cristiana a una opción terapéutica de la atención a la salud, o sea, remediadora o curativa. Pero la Ciencia Cristiana representa algo mucho más grande que eso. Muestra a las personas cómo tener las curaciones que se manifiestan cuando se vive en sintonía con las leyes espirituales que fundamentan la realidad, bendiciones que abarcan naturalmente el funcionamiento normal del cuerpo. Así que, por ejemplo, la gente encuentra que la Ciencia Cristiana brinda una atención preventiva a la salud, y actúa como un escudo, que los protege de todo tipo de problemas. ¿Podrías hablar de la Ciencia Cristiana desde esta perspectiva?
Yo creo que muchas veces se trata a toda costa de hacer que la Ciencia Cristiana esté de acuerdo con la idea popular que la prensa tiene de ella. Y, por supuesto, eso termina rebajando el propósito y las metas de la Ciencia Cristiana, y despreciando lo que Mary Baker Eddy deseaba para la humanidad. Su deseo va mucho más allá de la curación física o incluso de la longevidad física, y es la total regeneración de la humanidad, aunque las curaciones físicas son parte forzosa de la regeneración. Es interesante que la Biblia se refiera a muchas de las curaciones registradas como “señales”, porque la curación misma, si bien maravillosamente importante, es realmente una indicación de su menta más grande. La misión de Jesús, y pienso que la misión de la Sra. Eddy también, fue mucho más allá de la curación del cuerpo como un fin en sí mismo. La curación del cuerpo a través de medios metafísicos es, más bien, una manera de señalar la salvación de la humanidad, la total transformación de la sociedad humana. Sabemos que existe una cantidad muncho más grande de curaciones efectuadas por Jesús que lo que aparece en los Evangelios; esto se indica tanto en los Evangelios,Véanse Juan 20:30 y Juan 21:25. como en los nuevos Evangelios que se están descubriendo. De modo que tal vez los compiladores de los Evangelios intentaron reunir las curaciones que mostraban lo que el relato de la curación física implica en lo referente a la verdad del ser e identidad espiritual de la humanidad.
Es difícil para la prensa tratar esto, especialmente cuando está principalmente interesada en publicar noticias sensacionalistas. Pero es algo que hay que tener en cuenta en nuestra labor. Y para mí, es parte fundamental del tratamiento en la Ciencia Cristiana; es aferrarse a ese sentido mayor de lo que implica la curación, aunque uno esté orando por algo muy personal y muy doloroso en su momento. En cierto sentido, en la Ciencia Cristiana realmente no existe el tratamiento privado, porque el tratamiento está dirigido hacia una creencia universal. Y cuando uno enfrenta esa creencia, cuando asumimos una postura firme de que esa creencia de mortalidad y materialidad es errónea, estamos ayudando a todo aquel que sufre de esa creencia, no sólo al paciente por quien estamos orando en ese momento. Ayuda a todo el que sufre de esa creencia porque hemos disminuido la creencia. La Ciencia Cristiana abarca este sentido más amplio de propósito de la curación. He visto cómo los pacientes son sanados cuando perciben que, aunque se está orando por su propio caso, ellos forman parte de este ministerio más grande para el mundo.
Y puesto que el practicista argumenta no sólo a favor de un futuro mejor para su paciente, sino también para disminuir la falsa creencia del mal para todos, todo tratamiento de la Ciencia Cristiana exitoso es una declaración profética de esperanza, señalando el camino para la humanidad. Un practicista de la Ciencia Cristiana ocupa un puesto de gran servicio para el mundo.
Respecto a la prevención, es, sin duda, una parte importante de nuestra práctica diaria de la Ciencia Cristiana. Yo pienso que no hay forma de saber de problemas nos hemos salvado gracias a la perspectiva que tenemos de nosotros mismos y del mundo. Lo que puedo decir con toda certeza es que nuestros tres hijos crecieron en un hogar donde había un increíble sentido de armonía y alegría en sus vidas, crecieron con un maravilloso sentido de unidad y amistad entre ellos mismos que ha durado a lo largo de los años. Pienso que a raíz de esto tuvieron muy pocas enfermedades o lesiones en la niñez, y la Ciencia Cristiana nos ayudó a manejar directa y rápidamente los problemas por los que pasaron. Aunque las cosas que no ocurrieron son difíciles de probar, creo firmemente que la Ciencia Cristiana brinda un cuidado preventivo confiable, manteniéndonos a salvo de muchos males y problemas.
¿Cómo puede alguien experimentar el cuidado preventivo al que te refieres?
Para mí, se reduce a cómo comienzo mi día: declarando que como una idea espiritual puedo andar por el mundo sin sufrir daño y sin preocupaciones. Puedo ir a mi trabajo, a mi escuela, a donde necesite estar, consciente de mi espiritualidad, la cual fluye libremente del Espíritu, Dios, y nada puede entrar en mi consciencia sin mi permiso. La Sra. Eddy dijo: “Estad de portero a la puerta del pensamiento”.Ciencia y Salud, pág. 392. Esa es la clave. Por adelantado hazte cargo de tu pensamiento desde la mañana. ¡Y que sea lo último que hagas en la noche! Me gusta la idea de adelantarnos espiritualmente para saltar por encima de los mensajes de la materialidad que han de llamar a la puerta del pensamiento durante el día. De modo que, salta adelante. Toma control del día. Toma control con un sentido que afirme “voy adelante en paz”, que afirme “en los negocios de mi Padre debo estar”,Lacas 2:49. como señala la Biblia, y, por lo tanto, nada puede hacerme daño.
Es nuestro derecho divino ser libres y estar seguros. Y Dios exige y suministra la libertad y seguridad a cada persona.
¿Qué otra cosa, aparte de sanar enfermedades y proteger a la gente del mal, hace la Ciencia Cristiana? Estoy pensando, por ejemplo, en cómo ayuda a la gente a respirar su “...ambiente natural de discernimiento y perspicacia”.
Yo trabajé en los laboratorios de IBM, desarrollando sistemas avanzados de computación, especialmente software. IBM es una compañía internacional donde trabaja gente de diversas culturas, y tiene la necesidad de desarrollar productos avanzados. Uno podía percibir esa tensión de culturas e idiomas de variadas formas. Pero lo que me maravilló fue que a medida que fui comprendiendo más la Ciencia Cristiana y la unicidad de la Mente, la igualdad de cada persona, pude actuar con más tranquilidad, con una mayor productividad en todos esos ambientes variables. Pude participar en los sucesos del día, viajar, visitar diferentes culturas, con una sensación de serenidad y alegría, mientras que a muchos otros les resultaba muy difícil.
Una de mis últimas experiencias en IBM fue que tuve que resolver serios asuntos legales, que abarcaban gobiernos de varios países. Mucha animosidad salió a relucir en nuestras reuniones, particularmente entre ejecutivos de IBM que habían vivido los horrores de la guerra en el Pacífico. Pero mi estudio de la Ciencia Cristiana me ayudó a “estar de portero a la puerta del pensamiento", y decirme a mí mismo: "La animosidad y los recuerdos atroces no forman parte de la verdad del hombre, no forman parte de las cosas que tratamos de hacer aquí juntos, entre las que se incluye sanar esta situación". Y esa postura espiritual ayudó a traer gran armonía a nuestras reuniones y una solución a nuestros asuntos legales. De modo que siento fehacientemente que cada oración que se hace de esta forma hace avanzar a la humanidad.
Recuerdo también que estuve a cargo de un proyecto en el que desde el comienzo me encontré con muchas incógnitas técnicas, y dije: "Bueno, vamos a necesitar una solución para esto en determinado momento, y vamos a tener que resolverlo en ese tiempo". Recuerdo que tenía la certeza de que esos problemas se resolverían, incluso le dije a alguien: "No, en este momento no sabemos nada al respecto. Pero ponte a pensar, sigue tomando notas, continúa ordenando tus pensamientos, y la solición aparecerá cuando la necesitemos". La Mente provee a diario lo que necesitas. Tú sólo tienes que salirte del medio para permitir que se realice, y entonces te embarga la sensación de que no necesitas hacer esfuerzo alguno.
Fue interesante lo que ocurrió cuando decidí dejar IBM y dedicarme por completo a la práctica de curación. Yo fui muy metódico al hacerlo. Me propuse irme en un par de años y en el ínterin poner mis finanzas en orden. Creo que tuve los años más productivos. La compañía me consideraba uno de los mejores ejecutivos. Y fue porque había dejado de competir con los demás y ya no me preocupaban los planes de entrega y todo lo demás. Estaba trabajando dentro de una modalidad libre, haciendo lo mejor que podía como me parecía cada día. Y eso fue lo que me llevó tan maravillosamente adelante. Cuando fui a ver a mi jefe y le dije que me iba y la razón por qué lo hacía, me sugirió que fuera a ver al psiquiatra de la empresa. No podía creerlo, porque en ese lapso de tiempo yo me había destacado muchísimo. Así que cuando supe cuál era mi verdadero llamado, me resultó muy fácil no preocuparme por todas esas cosas por las que uno se preocupa normalamente a diario. Simplemente me desempeñé en un nivel más elevado y dejé que la Mente me llevara adelante.
La Sra. Eddy dijo que ella hacía mejor las cosas cuando "quitaba a Mary del medio".Véase John C. Lathrop, We Knew Mary Baker Eddy, p. 118. Y durante esos últimos años en IBM, realmente quité mi ego del medio. Es por eso que pude realizar mi trabajo de la mejor manera. Y continué con ese espíritu cuando me anuncié como practicista en el Journal, cuando trabajé para La Iglesia Madre en el departamento de practicistas, y luego representando a los Científicos Cristianos como Comité de Publicación en Nueva York. Todo eso vino porque permití que mi vida fluyera, permití que la Mente me llevara de una gran experincia a otra.
David, hemos abarcado mucho hoy, hablando de cómo es que la Ciencia Cristiana significa mucho más que el simple "no ir a los médicos", cómo es que sus enseñanzas pueden potencialmente, en las palabras de un himno, "... sanar / de tus penas y de todo mal".Himmario de la Ciencia Cristiana, No 298. Cómo protege a la gente de problemas y los hace avanzar en la vida. Aun así, la curación divina del cuerpo, tan esencial para la expresión original del cristianismo, sigue siendo especialmente importante. ¿Por qué?
Porque la curación física nos está diciendo que nos podemos apoyar en Dios para que responda a todas nuestras necesidades. La prueba de esto apacigua todo tipo de desafíos para los Científicos Cristianos hoy en día.
Permíteme darte un ejemplo. Hace dos años, me llamó una señora y me dijo que tenía bultos en el pecho. El dolor y la molestia eran tan intensos que le resultaba difícil trabajar. Consideré que su pedido de ayuda era un llamado para defender la femineidad y pureza de las mujeres, cualidades espirituales innatas a esta señora y a todas las mujeres. La herencia también era un factor, su bisabuela había fallecido debido a estos mismos síntomas. De modo que era necesario destruir la pretensión falsa de que una enfermedad puede pasar de una generación a otra. Juntos declaramos que toda fuente de irritación derivada de relaciones no resueltas, todo resentimiento persistente, se podían corregir y disolver. Percibí que no podía crecer nada que Dios, el bien, no hubiera plantado. Las declaraciones de la Sra. Eddy acerca de Dios—“Venga Tu renio” y “Tú estás siempre presente”, en su interpretación espiritual del Padre NuestroVéase Ciencia y Salud, págs. 16-17.—se transformaron en la base de una fuerte defensa mediante la oración para esta mujer. Nada malo podía entremeterse donde Dios era la única presencia. El temor dio paso a la gratitud por la relación inmaculada y pura que ella tenía con Dios, el Amor divino. A medida que percibió que jamás podía ser afectada por algo que no fuera Dios, los bultos y el dolor desaparecieron. Ella había tenido que limpiar y vendar mucho esa área, pero ahora estaba completamente sana. Así que podemos ver cómo un cambio mental—producido a través de la oración, al ver que la salud y la armonía emanan de la Mente, no de la materia—se manifestó en un cambio físico, mejoría y regeneración físicas.
En un poema sanador llamado "Satisfecho", Mary Baker Eddy nos pide que imaginemos un mundo donde nosotros aceptamos que el Amor divino se haga cargo de todas nuestras necesidades. Estar satisfecho es un estado en el cual todas tus mejores expectativas y necesidades son cumplidas. A mí me encanta el último verso, que dice: "Los siglos caen, cadenas no hay, /¡gloria a Dios!/ Quien hace aquí Su voluntad / Saciado es".Himnario de la Cristiana, No 160.
Eso es lo que la gente anhela, la sensación de que se está cuidando de ellos y que se sienten satisfechos.
Esa es la base de la oración, ¿no es así? Afirmar con toda convicción que Dios, nuestro Principio divino, satisface continuamente todas nuestras necesidades, y luego esperar con toda confianza ver este hecho metafísico manifestado de maneras muy prácticas en nuestra vida.
Así es, y esa es, por lo tanto, la base de toda curación, ajuste y armonía. Toda codicia, malicia, envidia, enfermedad—males de todo tipo—pierden todo el poder cuando aceptamos que el Amor divino satisface continuamente todas nuestras necesidades ahora mismo y para siempre.
