“Yo creo que era difícil que me convencieran. Me interesaba muy poco la Ciencia Cristiana. Además, mi madre era enfermera registrada y mi padre trabajaba en una empresa farmacéutica, así que estaba definitivamente orientado hacia la medicina. Cuando conocí a mi esposa, lo que me contaba sobre la Ciencia Cristiana me sonaba muy raro. Pero me dije: “No me importa, de todos modos yo me caso con ella o ella se casa conmigo”.
¿Qué hizo que David Robertson, quien creció en una familia metodista, comenzara el estudio de la Ciencia Cristiana?
“Pienso que fue principalmente la forma en que mi esposa, Alice, enfrentó con nuestros tres hijos los problemas que surgían”, me dijo David cuando hablé con él hace poco. “Eso me hizo cambiar de parecer y me hizo pensar: ¿Qué está pasando aquí?”
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!