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La influencia divina me dio libertad de movimiento

Del número de septiembre de 2011 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Hace unos años, vivía en Barcelona y trabajaba en una empresa ubicada en el centro de la ciudad. En una ocasión, hubo una huelga de transportes muy grande y para llegar a la oficina me vi obligada a utilizar los servicios mínimos gue, a instancias del gobierno, las empresas deben proporcionar (tren, metro y bus), los cuales no circulaban asiduamente. Esto hacía que los viajes fueran muy largos y agotadores. Al cabo de unos días empecé a sentir una sensación de agobio en todo el cuerpo que me producía ahogos y temblor en el cuello. En varias oportunidades me paralizó, me impidió caminar y me hizo perder, por momentos, toda sensación en el cuerpo.

Comencé a aplicar las ideas que nos enseña la Ciencia Cristiana, a orar y a reconocer mi verdadera identidad como hija de Dios, exenta de todo temor; pero transcurrían los días y esos síntomas no cedían. Entonces, decidí pedir tratamiento mediante la oración a una amiga de la Iglesia, la cual amorosamente accedió a apoyarme con la oración.

Los síntomas parecían intensificarse y una mañana incluso casi me impiden llegar a mi trabajo. Recuerdo que llamé a mi amiga y ella me leyó el himno N° 192 del Himnario de la Ciencia Cristiana, que dice: "Más cerca, Dios de ti, más cerca sí..." Me dijo que pensara en esto y Dios me guiaría salva hasta mi trabajo. Esto me tranquilizó y me ayudó a llegar, pero el problema físico continuaba.

Más tarde, al volver a mi casa, ella me había enviado unas citas de los escritos de Mary Baker Eddy y muchas de ellas se referían al sentido de libertad que proviene de Dios. Al estudiar Ciencia y Salud me aferraba a estas citas: "Soy libre de nacimiento",Ciencia y Salud, pág. 227. y "Ni la inacción ni la acción excesiva orgánicas están fuera del dominio de Dios".Ibíd., pág. 125.

Oraba afirmando en mi pensamiento que el Amor divino me estaba gobernando, que nada malo podía sucederme y que el temor no podía invadir mi consciencia porque yo moraba en el Amor, y así continué reflexionando con la lectura de las demás citas.

Una de ellas tuvo un gran efecto en mí, y se encuentra en el prefacio de Ciencia y Salud, donde la Sra. Eddy hace referencia a Emanuel o Dios con nosotros, y dice que es "una influencia divina que está siempre presente..."ibíd., pág. xi. Persistí en saber que esa influencia divina es el Cristo que nos permite escuchar a Dios y recibir la guía divina, que está siempre presente y disponible en mi consciencia, cumpliendo el mismo mensaje de Jesús que nos dice que "Dios está con nosotros".

Al cabo de 3 días, cuando esperaba el tren para dirigirme a mi trabajo, (la huelga había finalizado), me di cuenta de que el temblor en el cuello no se presentaba y el resto de los síntomas habían desaparecido en su totalidad. Me sentí libre por completo y segura, tanto de ida como de regreso.

Siento infinita gratitud a Dios por esta curación que me permitió una vez más reconocer mi verdadera identidad como la hija amada y libre de Dios, y la importancia de estar siempre alerta y firme en la Verdad. Esto nos hace triunfar sobre cualquier desafío que se nos presente. También agradezco el apoyo amoroso que recibí en ese momento de mi amiga que me permitió despertar de un falso cuadra material.

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