Hace unos años, vivía en Barcelona y trabajaba en una empresa ubicada en el centro de la ciudad. En una ocasión, hubo una huelga de transportes muy grande y para llegar a la oficina me vi obligada a utilizar los servicios mínimos gue, a instancias del gobierno, las empresas deben proporcionar (tren, metro y bus), los cuales no circulaban asiduamente. Esto hacía que los viajes fueran muy largos y agotadores. Al cabo de unos días empecé a sentir una sensación de agobio en todo el cuerpo que me producía ahogos y temblor en el cuello. En varias oportunidades me paralizó, me impidió caminar y me hizo perder, por momentos, toda sensación en el cuerpo.
Comencé a aplicar las ideas que nos enseña la Ciencia Cristiana, a orar y a reconocer mi verdadera identidad como hija de Dios, exenta de todo temor; pero transcurrían los días y esos síntomas no cedían. Entonces, decidí pedir tratamiento mediante la oración a una amiga de la Iglesia, la cual amorosamente accedió a apoyarme con la oración.
Los síntomas parecían intensificarse y una mañana incluso casi me impiden llegar a mi trabajo. Recuerdo que llamé a mi amiga y ella me leyó el himno N° 192 del Himnario de la Ciencia Cristiana, que dice: "Más cerca, Dios de ti, más cerca sí..." Me dijo que pensara en esto y Dios me guiaría salva hasta mi trabajo. Esto me tranquilizó y me ayudó a llegar, pero el problema físico continuaba.
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