Hace unos años, sufrí un accidente de tránsito en el que recibí graves lesiones, incluyendo fractura de la columna vertebral y un fuerte golpe en la cabeza. A consecuencia de esto me inmovilizaron la columna con un yeso en el pecho y espalda durante 30 días. Me fui recuperando lentamente, pero los dolores en la cabeza y columna persistían. Cuando me quitaron el yeso y pude asistir a la consulta médica por los fuertes dolores de cabeza, me remitieron a oftalmología ya que el accidente me había afectado el ojo izquierdo y el conducto nasal, por lo que sentía mareos y náuseas.
Los doctores que me vieron comentaron sobre un caso similar en el que tuvieron que operar de urgencia para evitar la pérdida de la vista. Cuando me pidieron que regresara la próxima semana, salí muy preocupada por las implicaciones de una operación.
Una tía mía vio y me habló de la Ciencia Cristiana, también me prestó Heraldos y me regaló libro Ciencia y Salud.
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