Al preparar este número especial para conmemorar la caída del Muro de Berlín hace 25 años, encontré esta pequeña anécdota:
“Pocas semanas después de la apertura del Muro de Berlín en noviembre de 1989, el director de orquesta estadounidense Leonard Bernstein llevó a cabo dos conciertos en teatros de ambos lados de la famosa división. Al frente de una orquesta internacional compuesta de músicos de Alemania y de los cuatro países que habían ocupado Berlín al término de la Segunda Guerra Mundial (Francia, Inglaterra, los Estados Unidos y la Unión Soviética), ambos conciertos incluyeron fragmentos de la Novena Sinfonía de Beethoven. No obstante, Bernstein, ansioso de honrar el transcendental e histórico cambio realizado, efectuó una alteración crucial en el famoso movimiento final de la obra, conocido como ‘Oda a la alegría’. Bernstein cambió el texto original del siglo XVIII del poeta Friedrich Schiller, sustituyendo la palabra alemana Freude (alegría), por la palabra Freiheit (libertad), y guio a un grupo de cantantes de dos importantes coros de Alemania Occidental y Oriental, en una emotiva representación de lo que era ahora la ‘Oda a la libertad’”. (Véase: http://www.history.com/news/brandenburg-gate-a-brief-history)
El anhelo y destino inherentes a la humanidad es ser libre. No es posible reprimir y quitar esta libertad para siempre. Mary Baker Eddy lleva esta libertad un paso más allá y dice en Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras: “La Verdad trae los elementos de la libertad. …El poder de Dios libera al cautivo. Ningún poder puede resistir el Amor divino. ... Todo lo que esclavice al hombre es opuesto al gobierno divino. La Verdad hace libre al hombre” (págs. 224-225).
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