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Al quitar un “semáforo”

Del número de junio de 2014 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Según cuenta la historia, había un pueblo tan pequeño que solo tenía un semáforo en toda la ciudad. De hecho, después de un tiempo la gente se dio cuenta de que realmente no necesitaban ni siquiera ese semáforo, así que decidieron quitarlo. Pero durante las primeras semanas, después de hacerlo, el pueblo experimentó sus primeros problemas de tránsito porque la mitad de los conductores, por puro hábito, seguían frenando donde el semáforo solía estar, a pesar de que ya no estaba, creando más confusión.

Recientemente hemos experimentado algo similar con respecto a un pequeño cambio en la impresión de las Lecciones Bíblicas del Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana. Durante décadas tuvimos una pequeña nota que servía de una especie de semáforo para ayudar en la transición entre la Lectura Alternada y la Lección-Sermón. Simplemente decía: “Las citas siguientes constituyen nuestro sermón”.

Por cuestiones prácticas, en los servicios religiosos de la Ciencia Cristiana, es útil que el Primer Lector, quien se encarga de conducir “la parte principal de los cultos dominicales” (Mary Baker Eddy, Manual de la Iglesia, pág. 31), incluya alguna declaración como la mencionada, para indicar el comienzo de la Lección-Sermón. No obstante, investigamos y no encontramos evidencia alguna de que Mary Baker Eddy haya escrito esta frase en particular o que quisiera preservar exactamente dichas palabras. A pesar de ello, debido a que el Manual específica que los Lectores “leerán todos los anuncios y observaciones que contenga el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana” (pág. 32), la única manera de brindar a los Lectores la libertad para continuar utilizando esta frase conocida, o bien, emplear otros términos que sean más naturales para su propio entorno de iglesia, era eliminándola.

Como ocurrió cuando quitaron aquel proverbial semáforo, ahora los Lectores no saben qué hacer. Algunos han preguntado si pueden decir algo para ayudar en la transición, aunque no esté específicamente impreso en el Trimestral, naturalmente quieren evitar añadir algún “comentario explicativo de la Lección-Sermón” (Manual, pág. 32). Pero todos reconocemos la diferencia sustancial que existe entre un comentario de transición y una observación interpretativa. Francamente, nos hemos sentido alentados al escuchar algunos de los ejemplos de cómo los Lectores han encontrado, por medio de la guía de la Mente, la forma correcta de hacerlo conforme a las necesidades de su iglesia.

Por supuesto, lo principal es dar libertad al espíritu de los Estatutos del Manual relacionados con la conducción de los servicios religiosos, y al mismo tiempo cumplir con la obediencia a la letra. Lo que más importa es que todo creyente sienta el espíritu del amor universal que motiva cada aspecto de nuestros amados servicios religiosos. La Sra. Eddy se hizo eco de este espíritu bellamente cuando escribió: “Olvidaos de vosotros mismos al trabajar por la humanidad; entonces atraeréis al fatigado caminante a vuestra puerta, el peregrino y el extranjero vendrán a vuestra iglesia, y hallaréis acceso al corazón de la humanidad” (Escritos Misceláneos 1883-1896, pág. 155).

Con amor y gratitud,

Administración Fideicomisaria
La Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana

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