He sido un jardinero orgánico muy entusiasta, durante décadas, sin embargo, he tenido cada vez más problemas con los caracoles, áfidos, avispas, pájaros, etc. ¿Por qué será que es tan difícil llevarse bien con estas criaturas sin tener que recurrir a la violencia?
En Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy leí: “Todas las criaturas de Dios, moviéndose en la armonía de la Ciencia, son inofensivas, útiles, indestructibles” (pág. 514). Yo podía definitivamente confirmar esta descripción de “indestructible”, aunque de una manera muy diferente a la que la autora da a entender al referirse a la naturaleza espiritual de la creación. Desesperado, en ocasiones había sido “violento” con algunas de estas llamadas pestes. Pero no había logrado eliminarlas. Cuanto más las perseguía y trataba de hacerlas desaparecer de mi jardín, más numerosas se volvían. Se transformaron en algo realmente “¡indestructible!” En aquella época, todavía no había logrado verlas como “inofensivas”, ni siquiera “útiles”.
Lamentablemente, en este sentido, no estoy solo. Las pérdidas causadas a la agricultura por las llamadas pestes alrededor del mundo, son enormes. Se utilizan muchos venenos mortales contra ellas, que se aplican una y otra vez cada año, sin ningún efecto perdurable.
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