Estaba con un amigo en la Costa del Sol, gozando de un agradable y cálido mediodía junto a la playa repleta de bañistas, colorido y vida. De pronto, el recuerdo de una desagradable experiencia me apartó del presente.
—¿Qué te ocurre? ¡Tiritas! —mi amigo me hizo aterrizar en la realidad.
—No estaba aquí —me disculpé.
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