La eterna importancia de El Heraldo de la Ciencia Cristiana
Fue entonces que enfermé gravemente. Como comprendía que la oración podía sanarme por completo, no quise que me dieran tratamiento médico... De hecho, los armarios de medicamentos estaban vacíos y no me pudieron dar nada. De modo que me sumergí completamente en el estudio de Ciencia y Salud y de los Evangelios. Comencé a rebelarme mentalmente contra la enfermedad. Jesús dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6), de manera que la enfermedad nunca es el camino, pensé. Y en Ciencia y Salud leí: “...la enfermedad no puede llevar sus nocivos efectos más allá del camino trazado por la mente mortal” (Ciencia y Salud, pág. 176). Después de un tiempo mejoré, pero luego tuve una recaída. Fue entonces cuando recibí un número del Heraldo que tenía el título “La curación espiritual, una renovación para todos” (Héraut, Febrero 2000). Me impresionó lo que leí y pensé en ello hasta que pude salir de la enfermería, sano.
Adama Fondio
Del número de Enero de 2004 de El Heraldo
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