En Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Mary Baker Eddy escribe: “La Verdad eterna está cambiando el universo” (pág. 255). La Verdad divina, la cual, de acuerdo con la Biblia, ella designó como un sinónimo de Dios, está revelando eternamente el noble destino de la humanidad —la libertad que viene cuando las personas aprenden acerca de su verdadera identidad espiritual— y guiando cada paso del progreso humano al demostrar el poder sanador de la Verdad.
Un área que está experimentando un cambio grande es la percepción que tiene la gente de la función y la posición de las mujeres en la sociedad. Alrededor del mundo hemos visto cómo se ha extendido el derecho de la mujer a votar, ha aumentado el acceso a la educación y ha disminuido la discriminación hacia las mujeres. Afortunadamente, todo esto ha puesto en evidencia más de las habilidades que Dios ha dado a las mujeres y ha bendecido a naciones enteras con mayor paz y prosperidad. Estas señales de progreso son pruebas tangibles de la influencia leudante de la Verdad sobre el pensamiento humano.
No obstante, como muestran algunos sucesos recientes, muchos ámbitos de la vida humana todavía quedan por resolver, a fin de sanar problemas vinculados a los estereotipos y prejuicios relacionados con el género. Para alcanzar un progreso perdurable que beneficie a todos, el mundo necesita lo que solo la Verdad puede sacar a luz: una comprensión más profunda de la naturaleza de Dios como Espíritu infinito y del valor y la habilidad inherentes a cada individuo como la imagen y semejanza de Dios.
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