Podríamos decir que la gratitud significa estar siempre preparado para reconocer el bien.
La gratitud es “la cualidad de ser agradecido; la disposición de manifestar aprecio por la bondad, y responder a ella”. Y he encontrado que, aparte de esta definición, hay otras dos palabras que hacen que el poder espiritual de la gratitud sea más claro. Una de ellas es alabanza.
La Biblia nos invita, más de 200 veces, a alabar a Dios cualquiera sea la circunstancia. Alabar a Dios es una forma de estar agradecido a Dios, y es interesante notar que la mayoría de esas invitaciones a alabarle son del Antiguo Testamento. Podemos considerar el Antiguo Testamento desde la perspectiva de que era la Biblia de Jesús, la Biblia que él usaba.
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