¿Te has sentido alguna vez estancado? La mayoría de nosotros se ha sentido alguna vez así. Me gustaría compartir contigo algunas ideas que me han ayudado a orar cuando he enfrentado situaciones difíciles en las que no podía encontrar una salida.
Los evangelios cuentan que Cristo Jesús caminó sobre las aguas. Lo hizo después de haber alimentado a cinco mil personas, y después se fue a una zona montañosa a orar. Mientras tanto, sus discípulos subieron a una barca y se fueron remando por el Mar de Galilea para ir a Capernaum. Fue entonces que surgió una tormenta. Según cuenta la historia, después de recorrer unos 5 o 6 kilómetros, los discípulos vieron a Jesús caminar hacia ellos sobre el mar y se asustaron. Jesús dijo: “Yo soy; no temáis” (Juan 6:20). Entonces subió a la barca de ellos, y cesó el viento. Estoy seguro de que sintieron un gran alivio al estar nuevamente con él.
Puedes leer este relato en los evangelios de Mateo, Marcos y Juan en la Biblia, pero solo Juan registra lo que ocurrió después de que Jesús subió a la barca de los discípulos, con estas palabras: “Ellos entonces con gusto le recibieron en la barca, la cual llegó en seguida a la tierra adonde iban” (Juan 6:21, agregó con énfasis).
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