Recientemente, en una reunión de testimonios de una organización de la Ciencia Cristiana, escuché a un hombre decir: “Si tienes miedo o no estás seguro de compartir el poder sanador de la Ciencia Cristiana, debes saber que mi vida era mucho más difícil antes de conocer la Ciencia Cristiana”. Ciertamente, esto se parece mucho a lo que yo siento de mi propia vida, después de haber pasado muchos años deambulando por el desierto de las creencias humanas en busca de respuestas e inspiración divina. Recurría a cualquier cosa y a todo para encontrar el profundo sentimiento de paz y amor que tanto anhelaba. Estaba buscando curación en muchos aspectos de mi vida.
Entonces una amiga me guió amablemente a considerar las verdades sanadoras que presenta la Biblia. Esto con el tiempo me hizo volver a los escritos de Mary Baker Eddy, la pensadora pionera que descubrió la Ciencia Cristiana. Esta Ciencia está basada en las enseñanzas y obras sanadoras de Cristo Jesús, y mi familia se había apoyado en ella por generaciones, pero yo la había descartado hasta ese momento.
Desde entonces, he tenido incontables curaciones poderosas por medio del estudio y la aplicación de esta Ciencia, entre ellas, depresión, fuertes dolores de cabeza, huesos rotos, y más. A menudo he compartido el texto primordial de la Sra. Eddy, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, porque he sanado al leer y estudiar las verdades que contiene, incluso la verdad de que soy la hija entrañablemente amada de Dios, creada sana y completa a Su imagen y semejanza. ¿Por qué no habría de compartir el libro que me ha traído tal transformación y curación?
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