En algún momento de nuestra vida, tal vez nos hayamos sentido decepcionados con nuestros padres. Quizás hayamos sentido que no nos apreciaban o comprendían, o que no apoyaban nuestras metas. Conozco a más de una persona que ha pensado que sería maravilloso poder elegir a nuestros propios padres; empezar de nuevo y tener la oportunidad de tener una influencia más positiva de parte de ellos. Aunque no podamos elegir a nuestros padres, es útil tener en cuenta que sí tenemos la capacidad de elegir cómo los tratamos y pensamos acerca de ellos. A veces esto entraña estar dispuesto a perdonar cuando sentimos que nos han tratado injustamente.
El Quinto Mandamiento en la Biblia ofrece la siguiente guía sobre este tema: “Honra a tu padre y a tu madre. Entonces tendrás una vida larga y plena en la tierra que el Señor tu Dios te da” (Éxodo 20:12, NTV). Promete que al honrar a nuestros padres —mostrándoles el respeto, amor y perdón que esperamos de ellos— somos bendecidos.
Aprendí esta lección cuando me acababa de graduar del bachillerato, y mis padres y yo teníamos diferentes opiniones acerca de la carrera que debía seguir. Como muchos chicos, no siempre coincidía con mis padres, aunque sabía que me querían.