Al parecer, vivimos en un mundo de ciclos: ciclos de nacimiento y muerte, de buena y mala salud, de expansión y recesión económica, de prosperidad y escasez, de paz e inestabilidad política y social. Los recientes conflictos en el Medio Oriente y el ciclo aparentemente interminable de destrucción y reconstrucción en la Franja de Gaza, ofrecen un perturbador ejemplo de cómo se desarrollan a veces estos ciclos en el escenario mundial.
Aunque las tensiones en la región van en aumento, aquí en Argentina, y en gran parte del mundo, la gente no ve el momento de regresar a su rutina “normal”, después de más de un año de trastornos debidos a las cuarentenas ordenadas por el gobierno, y al aislamiento social como una medida para resolver el problema de la pandemia del COVID.
Sin embargo, continúa habiendo una atmósfera de incertidumbre acerca del futuro, incluso desesperación, ya que algunos países continúan lidiando con los continuos efectos de la pandemia. Muchos se preguntan: ¿qué podemos esperar del mañana?
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