Al parecer, vivimos en un mundo de ciclos: ciclos de nacimiento y muerte, de buena y mala salud, de expansión y recesión económica, de prosperidad y escasez, de paz e inestabilidad política y social. Los recientes conflictos en el Medio Oriente y el ciclo aparentemente interminable de destrucción y reconstrucción en la Franja de Gaza, ofrecen un perturbador ejemplo de cómo se desarrollan a veces estos ciclos en el escenario mundial.
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